El presidente de la Duma, uno de los principales colaboradores de Vladímir Putin, es la primera víctima política de la ola de protestas contra el fraude oficialista en las recientes elecciones parlamentarias.

"Hoy, he tomado la decisión de renunciar a mi acta de diputado", anunció Borís Grizlov, quien dirigió la Duma o cámara baja del Parlamento ruso desde diciembre de 2003.

Grizlov, número dos del partido oficialista Rusia Unida (RU), es considerado uno de los grandes culpables de los malos resultados cosechados por el partido encabezado por el primer ministro Putin en las legislativas del 4 de diciembre.

Además, la oposición, particularmente la no parlamentaria, le acusa de falsificar resultados electorales para que RU obtuviera la mayoría absoluta.

"Aunque la ley no contempla ninguna limitación, no estaré presente en la Duma, ya que considero incorrecto ostentar el cargo de presidente de la cámara más de dos mandatos consecutivos", dijo Grizlov.

Eso sí, el funcionario aseguró que seguirá al frente del consejo de RU y que "está dispuesto a trabajar en el lugar que decida el presidente".

Ministro del Interior entre marzo de 2001 y diciembre de 2003, Grizlov ha sido uno de los funcionarios más cercanos a Putin desde que éste ganara las presidenciales de 2000.

Grizlov, de 61 años, ha sido muy criticado por convertir la Duma en un mero órgano de certificación de las decisiones del Kremlin y del Gobierno.

El sucesor

Según los analistas, la renuncia de Grizlov permitirá al Kremlin colocar al frente de la Duma a un funcionario con mayor peso político, con el fin de mejorar tanto su imagen como la cooperación entre el Gobierno y la oposición parlamentaria.

El jefe del comité central de RU, Andréi Vorobiov, aseguró que la renuncia de Grizlov es parte de la "inevitable rotación de cuadros" en Rusia tras las elecciones legislativas, en las que su partido perdió 77 diputados y casi 13 millones de votos.

"No hay duda de que en el futuro nos espera una importante renovación", auguró.

En cambio, el líder del partido liberal Yábloko, Sergéi Mitrojin, no cree que la salida de Grizlov, vaya a suponer un cambio radical en el panorama político ruso.

"No veo ninguna gran noticia. Grizlov nunca fue una figura política autónoma. Por eso, el cumplidor de la voluntad de Putin será reemplazado por otro", opinó.