República Centroafricana, uno de los diez países más pobres del mundo, celebra por fin este domingo unas elecciones presidenciales aplazadas durante más de un año y a las que comparecen, entre otros, dos candidatos con una historia en común a sus espaldas: por un lado el actual presidente y principal favorito François Bozizé, y por otro el hombre a quien derrocó en 2003 en un golpe de estado, y regresa ahora desde su exilio en Togo para conseguir la revancha en las urnas, el antiguo jefe de estado Ange-Félix Patassé.

Las condiciones económicas y sociales del país africano -- que ocupa el puesto 179 de los 182 países reflejados en el Índice de Desarrollo Humano-- han causado el retraso hasta en tres ocasiones de las elecciones inicialmente previstas para principios del pasado mes de abril de 2010. La debilidad de las infraestructuras, la acumulación de refugiados procedentes de otros países y la presencia permanente de milicias no harán sino dificultar el desarrollo de los comicios.

Hay que tener en cuenta que también se celebran elecciones legislativas parciales, en las que cientos de candidatos comparecerán para 105 escaños de Parlamento del país. En total, son 1,8 millones los centroafricanos registrados para sendas votaciones y los observadores se congratulan de que un país con un presupuesto de solo 320 millones de euros para 2011 haya conseguido celebrar los comicios.

Queda por ver, sin embargo, en qué condiciones se realizará el recuento, teniendo en cuenta los graves problemas derivados de la falta la falta de fondos, --como el impago de numerosos oficiales electorales-- y, ya en el terreno de la rivalidad política, denuncias de los candidatos de oposición ante la presunta parcialidad de la comisión electoral a favor de Bozizé, y que podrían desembocar en la retirada de aquellos de la carrera electoral entre acusaciones de fraude.

PAÍS EN RETROCESO

La RCA exhibe en 2011 peligrosos indicios de agotamiento en casi cualquier ámbito que se quiera nombrar tras los numerosos conflictos armados que se sucedieron durante los primeros años de la pasada década y que perduran hasta nuestros días. Sin ir más lejos, los rebeldes de la Convención de Patriotas para la Justicia y la Paz se hicieron el pasado mes de dicicembre con el control de Birao, la ciudad más importante del norte del país. El Gobierno no tuvo más remedio que pedir ayuda al Ejército chadiano para lograr su expulsión.

El caótico contexto en el que se han realizado los preparativos de los comicios ha disparado los costes de financiación de las elecctiones, financiadas en su práctica totalidad por la comunidad internacional y que se estiman ya en 23 millones de dólares frente a los 14 millones presupuestados inicialmente. La nueva inyección de dinero no ha sido suficiente apra impedir que centenares de funcionarios electorales se hayan declarado en huelga por impago, como ha sucedido por ejemplo en Nola, en el suroeste del país.

El constante chorro de refugiados que recibe la RCA impide la identificación de los votantes. Las malas condiciones de las carreteras dificultan el envío de las papeletas, urnas, listas y resto de material electoral. Pero el Gobierno mantiene un "frenético optimismo", según los analistas de ''Jeune Afrique'', que sale a reducir cada vez que se produce algún progreso en los preparativos, como cuando el pasado 3 de enero llegaron por fin las papeletas de voto, frescas desde Dubai, y que a lo largo de las últimas semanas han sido repartidas en la medida de lo posible entre los más de 4.500 colegios electorales que abrirán sus puertas este domingo.

CRÍTICAS A LA COMISIÓN

De los cuatro candidatos de oposición, sólo Patassé parece dispuesto a enfrentarse a Bozizé sin importar las presuntas irregularidades. El resto, abanderado por el ex primer ministro Martin Ziguele --un antiguo protegido de Patassé--, ha amenazado con abandonar la carrera electoral ante lo que consideran son graves deficiencias de la Comisión Electoral Independiente, dirigida por el pastor Joseph Binguimale, al quien consideran un "incompetente absoluto".

"No podemos permanecer callados y aceptar estas reglas", advirtió Ziguele, quien a juicio de los expertos recurre a estas denuncias en parte para ocultar el fracaso de los esfuerzos para galvanizar a la oposición en un bloque lo suficientemente sólido como para plantar cara a Bozizé.

Por contra, Binguimale asegura que el país "está preparado". Evita hablar demasiado sobre el bloqueo militar efectuado entre el 21 y el 23 de diciembre por los soldados en la sede de la comisión electoral en la capital, Bangui, presuntamente para impedir el amotinamiento de los funcionarios. "En dos días hicimos el trabajo de diez", asegura.

Fuentes diplomáticas extranjeras se limitan a calificar los preparativos como "dolorosos". A su juicio, estas son unas elecciones que debían celebrarse de manera imperativa para recuperar la confianza de los inversores internacionales. Sin embargo, piden una estrecha supervisión del recuento de votos, que pueda despejar el escepticismo generalizado --principalmente entre la población-- sobre la fiabilidad de los comicios.

MIEDO A LA VIOLENCIA

"La comisión electoral ha demostrado ser ineficaz, parcial y debería haber sido disuelta hace ya mucho tiempo", asegura el profesor Jean Louis Ndama a la emisora de radio estadounidense Voice of America. "Pero se ha mantenido ahí de manera artificial porque le ha dado la gana a un sólo hombre", añade el profesor en referencia a las presuntas maniobras de Bozizé.

"La mayor parte de la gente no está preocupada porque ya tienen la impresión de que el resultado de los comicios está cantado", en la que critica el escaso tiempo del que han gozado los opositores para desarrollar la campaña.

"El problema reside en que la oposición no ha podido hacer campaña con libertad y los que siguen en el poder llevan haciéndola durante cinco años seguidos", afirma Ndama. "No creo que (la oposición) haya podido planificar la campaña siquiera en el extrarradio", añade el experto quien describe los comicios como "un mero esbozo de lo que la gente realmente desea".

AMENAZA DE VIOLENCIA

Diferentes ONG y cooperantes recuerdan que la violencia sigue siendo un problema grave en algunas regiones de la RCA, sobre todo en el sudeste del país, donde los rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor (LRA) siguen activos.

"Los residentes de estas zonas remotas del sur tienen miedo de los ataques rebeldes", explica un cooperante bajo el anonimato a la agencia de información de Naciones Unidas, IRIN.

Por su parte, la ONG Human Rights Watchs tiene constancia de "una actividad cada vez mayor del LRA en el sudeste del país desde el pasado mes de diciembre, en particular en las regiones de Rafai y Obo", según los informes recogidos por la investigadora Ida Sawyer, quien advierte de que "la protección de los civiles en las zonas influenciadas por el LRA es completamente inadecuada, ya que no existen fuerzas de paz internacionales operando en la región".

Sin embargo, organizaciones como el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) sí que aplaude la celebración de los comicios. "La campaña parece avanzar en una dirección aceptable y se desarrolla de manera pacífica a pesar de la amenaza del LRA", indicó la representante de ACNUR en el país africano, Aminata Gueye.