La Conferencia de Londres sobre Afganistán fijó ayer el rumbo para la devolución a las autoridades afganas del control de la seguridad en el país y para abrir un proceso de reconciliación nacional que no excluye a los talibanes. Representantes de 60 naciones se reunieron en Londres para tratar de ofrecer una imagen de consenso internacional en torno a la necesidad de que Kabul recupere progresivamente el control del país.

No se habló de retirada de las tropas extranjeras desplegadas desde 2001 para derrocar a los talibanes, tras el 11-S, pero sí de plazos para que el Ejército y la Policía afgana se hagan cargo de la seguridad en varias provincias.

"La OTAN y los socios de ISAF, de pleno acuerdo con el Gobierno de Afganistán y en concordancia con la resolución 9762 del Consejo de Seguridad de la ONU acordaron desarrollar un plan para una transición por fases para que los afganos se hagan cargo de la seguridad provincia a provincia", se afirmó en el comunicado final.

El ministro británico de Exteriores, David Miliband, dijo que si las condiciones lo permiten la transferencia en el control de la seguridad "será una realidad en algunas provincias a finales de este año, en el 50% de Afganistán dentro de tres años y en la totalidad del país dentro de cinco años".

El escenario futuro dependerá del éxito de la misión militar internacional, que se incrementará en los próximos meses hasta los 134.000 efectivos extranjeros sobre suelo afgano, con el objetivo de debilitar la resistencia talibán y desequilibrar la balanza.

El primer ministro británico y anfitrión de la cita, Gordon Brown, manifestó que en el terreno militar la situación puede "cambiar de tendencia" a mediados de 2010 y que a partir de ahí "el proceso de entregar distrito por distrito empezará a final de año".

Este proceso irá acompañado por un programa de reconciliación nacional, con el establecimiento de un fondo internacional que compensará económicamente a aquellos combatientes talibanes que renuncien expresamente a la violencia y a sus vínculos con Al Qaeda.

El presidente afgano, Hamid Karzai, dijo: "Debemos tender la mano a todos nuestros compatriotas, especialmente a nuestros desencantados hermanos que no son parte de Al Qaeda o de otras redes terroristas y que aceptan la Constitución afgana".

La respuesta talibán llegó antes que la propuesta, con un comunicado en las horas previas a la Conferencia de Londres en el que se afirmaba que la cita de Londres es un "engaño" de los líderes del mundo "promotores de guerras".