CaixaBank obtuvo en 2013 un beneficio neto de 503 millones de euros, un 119% más que en 2012, gracias principalmente a las plusvalías por operaciones corporativas y a los créditos fiscales y a la plena integración contable y tecnológica de Banca Cívica y Banco de Valencia.

CaixaBank ha mejorado en el último año su margen de intereses un 2,1%, hasta los 3.955 millones de euros, aunque han caído tanto el margen bruto como el de explotación, que refleja la actividad operativa del negocio.

En concreto, el margen de explotación se reduce un 41,8%, hasta 1.846 millones, en parte por los costes extraordinarios derivados del proceso de reestructuración de la plantilla tras la integración de Caja Cívica y Banco de Valencia, mientras que el margen bruto disminuye un 1,6%, hasta 6.632 millones.

El resultado antes de impuestos del banco vuelve a ser negativo en 713 millones en 2013, frente a los 62 millones del año anterior.

No obstante, la entidad se anota créditos fiscales por valor de 1.208 millones, lo que sitúa el resultado neto en 503 millones.

La cuenta de resultados de 2013 refleja también las plusvalías que ha obtenido CaixaBank por la venta de algunos de sus activos, como el 51% del negocio de gestión inmobiliaria (255 millones de euros brutos) o del negocio de seguros de no vida procedente de Banca Cívica y Banco de Valencia a SegurCaixa Adeslas (79 millones brutos), según explicó el consejero delegado del grupo, Juan María Nin.

Por contra, las pérdidas por deterioro de activos han ascendido a 4.329 millones, casi un 10% más que en 2012.

CaixaBank ha destinado en el último año a dotaciones un total de 7.501 millones de euros, en línea con el ejercicio anterior, de los que 4.994 se han registrado contra resultados.

En cuanto a los ingresos de la cartera de participadas, éstos se reducen en 2013 un 45%, hasta los 446 millones, sobre todo por la reducción del dividendo de Telefónica y, en el cuarto trimestre, por el registro de una estimación provisional del impacto en Repsol de un posible acuerdo de compensación por YPF.

Caixabank, que tiene una participación del 12,8% en Repsol, ha estimado en 184 millones de euros el impacto negativo que puede tener en sus cuentas un acuerdo de compensación a la petrolera por la nacionalización del 51% del capital de la argentina YPF.

Por otra parte, el presidente de CaixaBank, Isidre Fainé, dio ayer por supuesto que esta entidad financiera, que no ha logrado hacerse con Novagalicia, pujará por Catalunya Banc en la subasta que el ministerio de Economía prevé llevar a cabo antes de verano.

"Nosotros siempre estamos presentes en todas las operaciones que hay sobre la mesa. El día que haya subasta haremos un estudio y seguiremos el mismo camino que con Novagalicia. Tenemos que estar presentes y es lo que haremos", remarcó.

Fainé, en cambio, descartó que CaixaBank esté interesada en comprar al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) un paquete accionarial de Bankia.