El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, afirmó ayer que el Gobierno mantendrá "el pulso reformista", pero "ya no habrá ajustes dolorosos".

Además, aseguró que su principal reto "es que la recuperación en España lata con la fuerza suficiente como para que no haya vuelta atrás". En un artículo titulado "El esfuerzo recompensado", publicado en el diario El Correo, De Guindos recuerda que se acaba de cruzar el ecuador de la legislatura, pero todavía quedan otros dos años, "al menos, para afianzar lo conseguido".

Tras destacar que "hay un consenso general en que lo peor ha quedado atrás", ha manifestado que, "a partir de ahora, se trata de asegurar que la mejora que han anticipado los mercados llegue al conjunto de la población".

"El pulso reformista se mantiene, pero ya no habrá ajustes dolorosos, sino medidas para que la economía gane eficiencia y competitividad. Y, sobre todo, para que sea capaz de generar más y mejor empleo sin repetir los errores o excesos del pasado", señaló.

A su juicio, el Gobierno "ha conseguido detener la hemorragia", aunque reconoció que "el enfermo había perdido mucha sangre". En este sentido, subrayó que "las reformas que se han hecho hasta ahora no sólo han taponado la brutal sangría".

"Al tiempo que evitábamos el ''rescate'', estábamos poniendo bases nuevas para el crecimiento más sólido, duradero y con mayor capacidad de creación de empleo", apostilló.

Luis de Guindos recordó que las salidas de la crisis en España siempre se producen en tres fases: primero, se recupera el sector exterior, después la inversión y, por último, el consumo.