Todo comenzó en un humilde distrito de Madrid. Usera vio crecer deportivamente a Eridú Alcalá, que a los tres años dio sus primeras brazadas en el club del barrio, el CN Moscardó. Cuando apenas tenía trece años dio el salto al Real Canoe, donde no solo dejó huella en las categorías inferiores sino también en un primer equipo que por aquel entonces ya jugaba en la Liga de División de Honor. "En Canoe viví grandes momentos, ya que entre otras cosas tuve la oportunidad de jugar dos Europeos y un Mundial con la selección española junior", puntualiza el deportista madrileño. Luego se marchó al CN Barcelona para posteriormente tomarse dos años sabáticos alejados de las piscinas. "Necesitaba desconectar de este mundo", reconoce.

En este tiempo en el que el waterpolo pasó a un segundo plano, Alcalá puso rumbo a Tenerife con el objeto de montar dos negocios en el sur de la Isla. "No se me pasaba por la cabeza el poder retomar los entrenamientos. Sin embargo, durante un torneo de waterpolo playa en Adeje, David Rivas -presidente del Acuasport Tenerife Echeyde- me propuso la idea de fichar y sin apenas pensármelo dije que sí", explica. Ahora ya lleva tres años militando en el equipo y siendo una de las piezas claves del proyecto que dirige Juan Pablo Sánchez, quien cuenta en sus filas con uno de los jugadores más peligrosos y efectivos de la Liga de Primera División. Así lo respaldan sus números. La pasada temporada acabó la Liga con la friolera suma de 66 goles en su haber. Y este año va camino de superar esta cifra. Por el momento, lleva 25 tantos en los ocho encuentros celebrados.

"A día de hoy me siento contento individualmente y en el equipo. Todo lo que sea aportar en ataque al grupo me satisface muchísimo", confiesa a EL DÍA Alcalá, quien confía en que el único equipo canario en Primera División pueda conseguir su principal objetivo: ascender a la máxima categoría del waterpolo español. "Este año será complicado como todos, por lo que hay que estar concentrados y preparados en cada partido. En esta Liga todo puede pasar al estar la mayoría de los equipos igualados. La clave está en tener una defensa sólida y hacernos fuertes en casa, a la vez que ir ganando confianza como visitantes a medida que avancen las jornadas", apostilla el que además es entrenador de las categorías inferiores del Echeyde, que ha visto un considerable incremento de su masa social. "Estoy muy ilusionado con la cantera. Ahora tenemos el problema de que no tenemos piscina para entrenar, pero gracias a la intermediación del presidente del club y a su incansable trabajo nos dieron permiso para poner un campo de waterpolo en la playa de Las Teresitas. Por suerte vamos escapando. Mi intención es transmitirles mis conocimientos y experiencias tanto de waterpolo como valores morales y personales. Creo que sin estos últimos no se avanzaría en la dirección en la que quiero que vayamos", añade el jugador.

Eridú Alcalá marca la hoja de ruta para con la base del waterpolo chicharrero. "Cada día van a más en todos los niveles. Un ejemplo es que contamos con el único equipo de chicas de todo el Archipiélago y eso ha sido gracias al esfuerzo diario de todos. Estoy orgulloso y me siento afortunado de la confianza que han depositado en mí porque creo enormemente en el ambicioso proyecto que lidero", concluye.