El Casino de Tenerife está empeñado desde hace un par de años en la labor de dar a conocer su legado de más de 300 obras artísticas (entre 330 y 340 para ser exactos) a la sociedad tinerfeña. De ahí los ciclos de arte iniciados hace tres años, en 2007, que van a tener continuidad en una cuarta edición, esta vez dedicada a un artista denostado y muy relacionado con la señera institución, el pintor gomero José Aguiar (Vueltas de Santa Clara, Cuba, 1895-Madrid, 1976), autor del mural que preside la entrada principal del edificio, catalogado como BIC, de la plaza de La Candelaria.

EL DÍA dialogó con Pablo Jerez, coordinador del ciclo de arte del Casino, quien señaló que "la catalogación de BIC no sólo protege el edificio sino a toda la obra artística que contiene".

Jerez recuerda que "hace tres años, en 2007, con motivo del 75 aniversario de las pinturas de Néstor Martín Fernández de la Torre surgió la idea de conmemorar la efemérides con un ciclo que después tuvo continuidad con su hermano Martín, arquitecto del edificio, construido en 1935, y César Manrique. La respuesta del público y del propio Casino fueron excelentes y vamos a mantener el ciclo con la cuarta edición para la que ya hemos pensado en homenajear a José Aguiar".

Los orígenes gomeros de Jerez, explica "me han influido, sin duda, para analizar la figura y la obra de Aguiar, que, aunque nació en Vueltas de Santa Clara (Cuba) está bautizado en Agulo. Pienso que ha sido muy despreciado históricamente, tal vez porque fue retratista de Franco, aunque los trabajos de historiadores como Manuel de Paz han demostrado que era masón, y sin ser represaliado, sí pasó por el Tribunal contra la Masonería y el Comunismo en plena dictadura".

"De todas maneras, añade Jerez, a mí la cuestión política no me interesa, sino valorar a una figura como Aguiar que en el Casino tiene también el retrato de uno de los presidentes de la institución. Hace poco encontramos lo que nos parecieron de entrada dos dibujos originales suyos, un descubrimiento que pudo ser extraordinario y hubiera, incluso, obligado a cambiar el catálogo de los fondos BIC. Sin embargo, se demostró que eran meras fotografías del mural, en blanco y negro y acristaladas, sin más valor".

En cuanto al valor de la obra artística del Casino, que engloba no sólo pintura sino alguna esculturas, Pablo Jerez lo tiene claro: "Es la mejor y mayor colección de arte privado en Tenerife, en base a sus fondos, con obra, por poner ejemplos, de Martín González, Francisco Bonnín, Manrique o grabados de Goya. La costumbre era que el artista donara una obra al Casino, que cedía el espacio, después de exponer allí. Pero, en mi opinión, por encima de todo está la obra de Néstor, para mí el pintor canario más importante del siglo XX con diferencia".

Jerez plantea, incluso para el futuro, que "existe la necesidad de afrontar al menos la limpieza de la obra de Néstor en el Casino, un trabajo que le devuelva el color original porque, sobre todo de los cielos, se ha ido apagando poco a poco. No quiero terminar sin valorar y agradecer la gran labor en la catalogación de la obra del profesor Domingo Martínez de la Peña, todo un caballero, al que el Casino en este aspecto y el arte en Tenerife, en general, le debe mucho".

Volviendo a Aguiar, Jerez piensa que "hay que revalorizar y recuperar su figura. Fue un gran dibujante que estudió becado en Madrid y luego viajó por Italia. Vuelve a España y recibe la oportunidad de retratar a Franco que quería un retrato al uso, hagiográfico, para resaltar su figura, en plena época de vanguardias. Necesitaba un pintor clásico y ahí estaba José Aguiar".

La otra faceta de Aguiar es "la del paisaje, con una raíz campesina, vernácula y regionalista resaltando al que trabaja la tierra o al obrero. Está entre los grandes muralistas de España con sus mejores obras en el salón del Cabildo Insular, la Basílica de Candelaria o en el hall del Casino. Esta última fue un encargo directo y se conserva el boceto original que está expuesto en el tramo de escalera entre el tercer y el cuarto piso. Utilizó la técnica de la cera para pintar directamente sobre la pared. Un genio muy poco conocido".

Arte y política

La opinión de Jerez es contundente respecto a la conjugación de arte y política tan habitual en el período de entreguerras del siglo XX: "En el 2010 no concibo que haya que eliminar ninguna obra artística que forme parte del patrimonio de una ciudad. Y estoy pensando en Santa Cruz donde el Monumento a los Caídos, proyecto de Tomás Machado, o el de Franco en La Rambla, que llevó a cabo Juan de Ávalos, tienen un gran valor artístico. No creo que hoy signifiquen ninguna alabanza al dictador ni que tengan connotaciones franquistas, son arte y hay que valorarlos como parte de la historia, nos guste más o menos, y los defiendo por su valor artístico. En mi opinión son dos símbolos de Santa Cruz. Y esta reivindicación es la que pretendemos ocurra con Aguiar. Otra cosa son los monumentos sin ningún tipo de valor artístico como puede ser el de Las Raíces".