Frágil, delicada y tierna. Así se presenta Ana María Matute horas antes de asistir a la Fundación Juan March, donde hoy será protagonista del ciclo "Autobiografía intelectual", para repasar su extensa obra. "Mi contribución a la literatura puede que haya sido haber roto tabúes para la mujer", explica.

Acaba de llegar de Barcelona, donde vive, acompañada de su hijo, y Ana María Matute, a sus 83 años, algo torpe en los andares porque se rompió una cadera hace poco y algo sorda -"pero llevo pinganillo" dice riéndose- tiene una lucidez y una humildad infantil que la hace seguir pareciendo un hada de cabellos blancos.

Y, además, está muy contenta porque repasará su biografía intelectual acompañada por la escritora Juana Salabert. "La admiro como escritora y la adoro. Es una gran amiga, que conoce muy bien mi trabajo. Somos como dos mamuts", dice a EFE con una amplia sonrisa, casi muda, porque tiene un hilo de voz.

"El libro de Juana ''Velódromo de invierno'' es de los pocos libros que me han hecho llorar en estos tiempos en los que me he vuelto muy dura y muy mala", añade Matute, al tiempo que pone voz de ogro malo.

Salabert, en la página de anuncio de esta jornada dice que Ana María Matute posee un universo propio y que jamás ha percibido en su obra "esa supuesta dicotomía tan mentada por algunos, a mi juicio apresurada y falsamente, entre las temáticas de lo fantástico o maravilloso y ''lo realista''".

Algo con lo que la autora de "Olvidado Rey Gudú" dice estar plenamente de acuerdo. "Yo nunca he estado a la moda de nada ni he querido pertenecer a ninguna generación o grupo. Siempre he estado un poco al margen y antes parecía más una escritora extranjera en un tiempo en el que imperaba el mal llamado realismo social".

"Ahora ha publicado un libro Martínez de Pisón -dice- sobre una recopilación de la Guerra Civil, que incluye un cuento mío con tres mujeres protagonistas y eso, y no lo digo yo, parece mentira que lo hubiera podido escribir una mujer en la posguerra. Era impensable también que una mujer escribiera mi novela ''Los hijos muertos''", sobre la posguerra.

Y añade: "Yo siempre he contado que llegaron los malos y mataron y que llegaron los buenos y mataron. Nunca he estado con nadie. Lo que sí he dicho muy alto es que estoy contra la violencia".

Creadora también de un mundo narrativo lleno de simbología, trasgos, bosques y magas y donde la infancia es una constante fuente de inspiración, algo que la ha convertido en una de las autoras más importantes de la literatura española, Matute posee todos los premios importantes, excepto el Cervantes, para el que siempre ha sido una eterna candidata, como lo fue también en los años 70 para el Nobel de Literatura.

"Los premios no hacen mejor al escritor -asegura- y vete a saber... Yo no espero nada, pero también fui candidata al Nobel cuando entró Cela, y no porque fuera propuesta por alguien de España, no, no. A mí me propusieron dos académicos suecos, de los que no me acuerdo el nombre, pero a los que les gustaba mi trabajo. No me apoyó nadie de España".

Escritora y académica, Ana María Matute dice sentirse "encantada" porque la escritora zaragozana Soledad Puértolas haya sido presentada como candidata a la Academia de la Lengua. "Para mí es una noticia fenomenal, me gustaría que entraran más, pero están haciendo un esfuerzo. Todo está cambiando afortunadamente".

Se considera amante de la literatura europea y de Europa en general. "Yo soy europea de corazón y de alma -añade-. Me siento europea hasta las uñas. Me siento más apegada (a Europa) que a España, aunque también es Europa", recalca, pero sin querer emitir ninguna opinión política de la situación actual. "Tengo mis opiniones pero soy prudente y no digo nada".

La autora de "Paraíso inhabitado", que escribe a máquina y con dos dedos, está empezando a escribir su siguiente novela, de la que no quiere decir nada "porque da mal fario", pero sí que le gustaría escribir "una novela que reflejara la vida como es, que influyera en la gente para ser mejor, que tuviera una repercusión muy positiva, y eso: que fuera una gran novela", concluye. Y seguro que lo conseguirá.