Reiteramos que el término "desafección", utilizado por el presidente del Gobierno de Canarias en sus cartas a Mariano ajoy y al ey Juan Carlos, es un eufemismo con el que se pretende sustituir la palabra odio: el odio que siente el pueblo canario hacia los godos, no hacia los peninsulares.

Muchos peninsulares residentes en Tenerife, y en Canarias en general, con los que siempre hemos mantenido buenas relaciones familiares o de amistad, nos confiesan en privado que cuando están en España se sienten superiores a los canarios. ¿Por qué?, nos preguntamos. Pues porque nos consideran nativos colonizados de una posesión de ultramar. Nos ven como a negritos con la piel blanca y no como a sus iguales europeos porque no lo somos. No somos españoles ni europeos, sino africanos, aunque nuestra cultura y nuestra lengua sean europeas.

Pese a no ser españoles, seguimos sufriendo las leyes laborales implantadas en Canarias por los políticos de Madrid. Leyes que son el cáncer de las empresas y, por consiguiente, de la economía isleña. Leyes confiscadoras del beneficio empresarial que inhiben la creación de empleo. Leyes que nos empobrecen porque arruinan a las empresas y destruyen puestos de trabajo. Sin empleo, decae el consumo y se genera más paro. Así llevamos mucho tiempo: girando en un círculo vicioso que en realidad es una caída en espiral hacia lo más profundo del pozo negro en el que nos encontramos por culpa del colonialismo y de la necedad política de un Ejecutivo autonómico presidido por ivero.

La reforma laboral emprendida por el Gobierno de España, que nos afecta de lleno porque desgraciadamente seguimos siendo una colonia, no sirve para nada. Las medidas gubernamentales de Madrid no crearán ni un solo puesto de trabajo mientras no se establezca el despido libre sin indemnización, mientras el empresario esté obligado a pagar las vacaciones de sus empleados y mientras los comités de empresa continúen siendo el refugio de los trabajadores vagos que se reúnen para conspirar contra el patrón. Hemos llegado a una situación tan absurda, que algunos empleados se creen con derecho a incautarse de las empresas. De eso tenemos pruebas que pondremos sobre la mesa cuando sea necesario. De eso tenemos evidencias de las que hablaremos cuando seanecesario.

Sabemos que no podemos a disfrutar de los mismos niveles de empleo que existían en los tiempos de bonanza, antes de que empezara la crisis de España, que sigue, aunque en Europa solo persiste en Portugal y Grecia y, repetimos, España, tres países donde apenas se trabaja. Sin embargo, es posible mejorar. Podemos vivir mejor que en estos momentos si logramos quitarnos de encima el pesado yugo del colonialismo español. De lo contrario, aumentarán las colas del hambre y llegará un momento en el que estemos peor que en los tiempos del Caudillo, cuando no había libertad pero la gente tenía trabajo y no se pasaba tanta hambre como ahora. No nos gustan los autoritarismos porque en esta Casa sufrimos las arbitrariedades de la dictadura, pero debemos reconocer que con Franco no había tantos ladrones como ahora.

No somos ni seremos nada mientras continuemos colonizados por España y gobernados por un político necio, como lo es Paulino ivero. Un hombre sin preparación que se agarra al rechazo de las prospecciones petrolíferas como forma de conseguir apoyos populares y, de paso, tener contentos a los presidentes insulares de Fuerteventura y Lanzarote; los únicos que lo apoyan en Coalición Canaria, porque en estos momentos es aborrecido por su propio partido. No obstante, ese debate es inútil porque las aguas en las que se van a realizar los sondeos no son canarias. Ni siquiera son españolas. Prueba de ello es que Marruecos ha tenido que conceder las licencias oportunas para que faenen pesqueros españoles y canarios en esa zona. ¿Quién es el propietario de esas aguas, el que concede las licencias de pesca o el que tiene que recibirlas para poder faenar en ellas? Hay argumentos tan evidentes que se caen de maduros, aunque los españolistas, amantes de la españolidad y leales a España se empeñan no sólo en taparse los ojos, sino en ponernos a todos una venda para que no podamos ver lo que tenemos delante.

Lo repetimos una vez más para que se enteren los que quieren seguir en la inopia: Canarias no puede tener aguas propias mientras sea la colonia de un país situado en otro continente. No podemos tener aguas propias porque estamos en la Zona Económica Exclusiva de Marruecos.