Sabemos que Paulino Rivero ha vuelto a denigrar a José Rodríguez y a su periódico, que es el medio de comunicación más noble que hay en Canarias porque exige lo más digno que se puede pedir para un pueblo: su libertad, su independencia. er independentista es lo más sublime que puede ser una persona en este mundo cuando vive sometida a la tiranía de un país extranjero, como les ocurre a los canarios. Ha vuelto Rivero a atacar a EL DÍA y lo ha hecho en el Parlamento de Canarias; una institución dignísima pero convertida en un muladar político por culpa de algunos diputados que tienen el descaro de sentarse en sus escaños, entre ellos el propio Rivero.

¿Cómo un nacionalista le puede recriminar a alguien que sea independentista cuando esta actitud está íntimamente vinculada al nacionalismo? La razón no es otra que el falso nacionalismo de Rivero, Mena y sus compinches políticos que medran junto a ellos en Coalición Canaria para seguir llenándose los bolsillos a expensas del sudor del pueblo. El objetivo del nacionalismo ha de ser conseguir la libertad de un pueblo oprimido. En caso contrario, no podemos hablar de nacionalismo sino de oportunismo.

Odia Paulino Rivero a EL DÍA y a su editor porque en nuestros comentarios y editoriales le recordamos a diario que es un falso nacionalista y, como tal, un traidor político al pueblo canario. El presidente del Gobierno regional ha engañado miserablemente a quienes, un aciago día, confiaron en él y le entregaron su voto. Tampoco le ha gustado a este déspota político lo que hemos dicho de José Manuel oria, ministro de Industria y presidente del PP en Canarias, al que consideramos un gobernante con altura pese a que milita en un partido estatista y no está por la labor de que Canarias recupere la libertad que les fue arrebatada a los guanches hace casi seis siglos. No coincidimos ideológicamente con José Manuel oria pero, como lo cortés no quita lo valiente y nosotros nos debemos a la verdad, no nos queda más remedio que reiterar que Paulino Rivero no le llega ni a las suelas de los zapatos porque es un inculto. Dudamos que en toda su vida haya leído un solo libro. Este compromiso con la verdad y con la defensa de Canarias por encima de cualquier otra consideración la ataca el necio político que preside el Gobierno autonómico con la acusación al PP de que alienta a EL DÍA. ¿Y qué si así fuera? on muchas las personas que nos alientan a diario, incluso de CC porque Paulino Rivero cada vez está más aislado por muchos apoyos que intente comprar. Algunos los ha comprado ya, como es el caso de un pájaro tatarita de Las Palmas que se ha llevado una sorpresa porque fue por lana y salió trasquilado. Pensó que le podía tomar el pelo impunemente a José Rodríguez y ha sido desenmascarado como el maricón más grande que hay en estas Islas. Conocidos algunos antecedentes familiares de este individuo, ¿podemos decir que de casta le viene al galgo?

Pierde el tiempo Paulino Rivero arremetiendo contra nosotros, que es lo mismo que arremeter contra la voz de los canarios que quieren ser independientes para vivir con libertad, identidad y dignidad. EL DÍA atesora un prestigio cosechado a lo largo de más de un siglo de compromiso inquebrantable con sus lectores. Nos causan risa los intentos que está haciendo este gangochero político para desprestigiarnos. Que sigan así tanto él como sus socios en el Gobierno. Que se sigan divirtiendo los políticos con mociones de censura y otros juegos mientras la gente tiene que ponerse en cola para comer, por no mencionar a los que mueren en las listas de espera para recibir atención hospitalaria. También puede seguir riéndose de nosotros el marimarica de la tercera isla -quien ríe el último ríe más fuerte- a cuenta de lo que decimos sobre una revuelta popular que se ve venir. Esperemos que cuando la gente, harta de estos políticos y de la corrupción que han fomentado, finalmente se eche a la calle no tengamos que lamentarlo.

De nada hemos de arrepentirnos. Al contrario: es un honor para esta Casa persistir en nuestro empeño de conseguir lo mejor para Canarias y los canarios, que no es otra cosa que la independencia y la libertad; el tesoro más grande de cualquier ser humano.

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Pedir la libertad e independencia y la soberanía de la nación y el pueblo canarios es el más noble y grandioso gesto de los hombres y mujeres de las Islas. Es cumplir un mandato y un designio divinos.