Existe la creencia de que los cisnes entonan un bellísimo canto justo antes de morir. La realidad es que los cisnes no cantan nunca. Lo único que sale de sus largas gargantas es un sonido áspero que recuerda a los insoportables ronquidos del pariente o la parienta; de la pareja, como se dice ahora cuando ya los barcos no tienen cubiertas sino pisos. No seré yo, sin embargo, quien destruya tan extendida fábula. ¿Qué sería de nosotros sin algunas leyendas piadosas?

l caso es que se suele llamar canto del cisne al acto postrero de cualquier persona, animal, institución o cosa. Verbigracia, la refinería de Santa Cruz y su intención de destilar 220.000 toneladas de crudo almacenadas en sus tanques. Una tarea que supondrá tres o cuatro semanas de actividad. Después, vuelta a parar porque los márgenes de beneficios que provocaron la parada en julio continúan siendo negativos. so sí, la compañía afirma que mantendrá el análisis diario de la coyuntura de los mercados para determinar si, una vez consumido el inventario de crudo, mantiene la operación de refino o para nuevamente hasta que la situación mejore.

La pregunta consiguiente para los dos millares de trabajadores cuyo curro depende directa o indirectamente de esta planta es si tales condiciones van a cambiar para bien, habida cuenta de que cualquier muda para peor sobra. Les sugiero que le vayan poniendo una vela a la Virgen, no precisamente para que se queden como están ahora. Lo digo no con la perversa intención de amargarle el desayuno a nadie, sino porque las perspectivas son poco halagüeñas. Cepsa está obligada a realizar fuertes inversiones en Tenerife para cumplir las normas europeas sobre límites de contaminación. Dinero que no le merece la pena gastar porque le sobra capacidad de refino -el consumo ha bajado debido a la crisis y tiene suficiente con las refinerías de Huelva y Algeciras- y porque urbanizar buena parte de los terrenos que ocupa en Santa Cruz podría ser un interesante negocio. No el pelotazo que hubiese sido cuando el ladrillo estaba por las nubes, pero tampoco una bagatela desdeñable. Una parte de la actual refinería se convertiría en factoría -término al uso en el sector para designar una planta de almacenaje- y todos contentos: los políticos de CC -léase ATI- junto con los empresarios que añoran los tiempos del cemento a mansalva por un lado, y el empresariado del sanedrín canarión por otro, considerando que tal centro logístico podría estar en Las Palmas o en Arinaga, donde ya hay proyectado algo.

Todos contentos salvo los 2.000 nuevos parados en Tenerife, si bien ese es un mal menor. A unos los prejubilarán, a otros los colocarán en alguna actividad sucedánea y los demás que se busquen la vida. No faltarán quienes caigan en la ingenuidad de pedirles ayuda a los políticos que ya se frotan las manos con otro chollo a costa de la manida disculpa de la expansión urbana de Santa Cruz. Les aconsejo que no se molesten.

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