ESTAMOS pasando por la resaca de las elecciones generales, porque aquí pasa como en las borracheras, y nos llegan noticias de lo más variado, pero no sorprendentes, porque todos esperábamos el triunfo por goleada del Partido Popular y la derrota por el mismo resultado, pero al revés, de ese partido socialista de Rodríguez Zapatero, que sigue en funciones hasta que se constituya el nuevo ejecutivo del ganador de los comicios, Mariano Rajoy, aunque a estos períodos de entregobiernos, como el que actualmente sufrimos los españoles y los canarios colonizados, un compañero mío, en vez de "en funciones", decía "en defunciones". Porque, con estos sujetos y sujetas en el gobierno, la gente sigue muriéndose de hambre y de falta de asistencia en los hospitales por aquello del recorte con el tijeretazo.

Por aquí, que es donde seguiremos pasándolo prostitutamente si no hay pronto relevo del Gobierno de don Paulino Rivero, cuyo partido ha sacado en la Cámara Baja solo dos diputados, uno de Coalición Canaria y otro de la Nueva Canarias, que ya va para vieja, tendremos gobierno en funciones para rato si, desde Madrid, que es la capital de la metrópoli, no nos echan una mano aunque sea a lo "guarro" como hicieron aquí en las elecciones para el Senado, que, por cierto, resultó rana porque el candidato del PP don Antonio Alarcó salió ileso de las cochinadas que intentaron hacerle para eliminarlo y, sorprendentemente, no sabía que el "vice" del Cabildo competía con el presidente Ricardo Melchior, sino que solo lo ayudaba para tumbar a Alarcó. Resulta que don Aurelio Abreu, "Yeyo" en el ámbito familiar, se presentó también como candidato al Senado y dobló a su presi en votos. O sea, que el candidato Melchior, que ya había sido derrotado por Alarcó en elecciones anteriores -de ahí el antagonismo-, volvió a quedarse fuera de juego, ahora por la intervención, no sé si sorpresiva o no, de su segundo de a bordo en el Cabildo de Tenerife. Otra vez será, señor Melchior, y vigile a don "Yeyo" para que no vuelva a meterle lo que creo fue un gol.

Y pasando revista a lo publicado, para dar más variedad a este monótono tinglado electorero, destaco, por lo acertado, un título en este periódico. Dice: "La voz de Canarias se queda afónica" y da cuenta de que "la frustración se apoderó de los nacionalistas, que pierden un diputado en Tenerife y vuelven a quedarse sin senador, porque la gente no votó por ninguno de los de la lista que figuraba en los colegios electorales. Dice el suelto que apenas dos horas bastaron para que la alegría inicial se tornara en frustración en la sede de Coalición Canaria en Residencial Anaga. Fue el tiempo transcurrido entre el comienzo del recuento de votos, que les daba a los nacionalistas, más elegidos en casi todas las Islas. La realidad fue que otra vez se quedaron sin senador por Tenerife y perdían uno de los dos diputados que habían ganado en anteriores elecciones. La mejor noticia vino de Las Palmas, procedente de la aliada Nueva Canarias. Ana Oramas dio cuenta del contratiempo y habló de refundación. Otra vez será, aunque no se sabe cuándo.