¿SE NOS ABRIRÁ alguna puerta? Creemos que sí, pero no hay que esperar. Ante el desprecio e indiferencia del que es objeto el pueblo canario por parte de quienes nos colonizan y explotan económicamente, lo mejor que podemos hacer es ayudarnos nosotros mismos. Venimos anunciando, desde hace varios meses, que la gravísima situación por la que atravesamos va a peor. Acuciante situación que no es debida a factores externos, como nos quieren hacer creer quienes saquean esta finca y sus medianeros. Mienten descaradamente con el fin de mantenerse en el poder; mienten porque este Archipiélago tiene solución inmediata si tuviéramos un verdadero Gobierno canario. Ese debe ser nuestro objetivo, porque, además, se nos abrirían muchas puertas al mundo; daríamos un paso cualitativo importantísimo.

La libertad, la seguridad y el bienestar social son derechos que por naturaleza tiene todo ser humano; es consustancial a la propia vida y dignidad de las personas. Por consiguiente, los canarios tenemos, asimismo, el deber de esforzarnos para conseguir esas metas, dejar de ser explotados por el Gobierno colonial y superarnos desde la perspectiva socioeconómica. Es un derecho que nos asiste no sólo por las leyes internacionales sino porque tenemos la razón, que es el principio más importante por el que se rigen las leyes. Actuemos en consecuencia.

Contrariamente a lo que muchos canarios piensan, en estas Islas no tenemos libertad, o ésta es muy limitada. Carecemos de libertad porque no podemos expresarnos democráticamente en todos los medios de difusión para informar a los ciudadanos de este archipiélago acerca de la realidad y de los peligros que nos acechan. Tenemos una libertad controlada por el aparato estatal con la complicidad de los falsos nacionalistas CC-PNC y sus satélites. Ni la llamada Radiotelevisión Canaria está al servicio de quienes amamos esta tierra y luchamos para liberarla del yugo colonial. Un medio que se constituyó supuestamente para formar a los canarios, y que ni siquiera los informa de asuntos tan importantes como el proceso de descolonización y las grandes posibilidades económicas que poseemos.

La libertad se puede conseguir de varias maneras, como ya hemos defendido. En este sentido, en el MP estamos inmersos reclamándola en los foros correspondientes. Primero nos dirigimos al Gobierno español, que puede concederla, pero se niega a perder una finca muy rentable. El pasado año también nos dirigimos a la UE, de donde nos contestan, desde el Departamento de Derechos, Libertad y Justicia, que ellos no tienen potestad para ayudarnos; no obstante presumen de Derechos Humanos. Y ¿donde está esa libertad y justicia de la que hacen gala? Pese a todo nos hemos dirigido recientemente a los gobiernos de los distintos países que conforman la UE, adjuntándoles el dossier que entregamos al Comité de Descolonización, pues nos proponemos que la UE presione a España, ya que un Estado canario independiente será más rentable para los europeos que con la situación actual, lo que nos beneficiará mutuamente.

En abril del pasado año le hicimos llegar al Comité de Descolonización la solicitud correspondiente, y en octubre nos desplazamos a la sede de la ONU en Nueva York, donde le dejamos copias también al secretario general y al presidente de la Asamblea. Pese a todo, una vez constituido el nuevo Comité en febrero, volvimos a enviarles un dossier ligeramente aumentado, de 12 páginas. Dossier que hemos hecho llegar asimismo a un total de 120 países, pidiendo ayuda y solidaridad a las naciones de África, América Latina y de otras partes del mundo. Esperamos que alguno de esos países inste al Comité de Descolonización a que se atienda el caso de Canarias, la colonia más antigua del mundo.

Como el diablo no está siempre detrás de la puerta, ya pudimos participar en una sesión de dicho Comité el pasado día 21 de junio, en solidaridad con el pueblo de Puerto Rico, haciendo alusión a la colonia Islas Canarias, no sin los interesados intentos para que no dejaran intervenir al MP. De nada les va a valer que nos hagan un seguimiento y escuchen nuestras conversaciones. Pese a todo, lo que tenemos que hacer los que nos gusta la libertad y el bienestar es ayudarnos nosotros mismos, organizándonos y derrotando a través de las urnas a los lacayos y colaboracionistas que tienen secuestrada nuestra soberanía y progreso.