CAMINO ya del verano, se siguen percibiendo los síntomas de incertidumbre. No sólo en el aspecto económico o parlamentario, sino en otros colaterales: a estas alturas, aún con el aviso que dio a Garzón el TS sobre el auto acerca del franquismo, Jaime Sartorius sentencia que "la Ley de Amnistía no ampara al franquismo". Manuel Ramírez, clásico liberal, catedrático, en la Tercera de ABC (24-3-10), se pregunta "¿dejamos otra vez de ser católicos?". En El Magisterio Católico (marzo 2010), a raíz de publicarse la Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo, se indica que, tras ella, sobrarían los tres grandes amores que se cantaba en una zarzuela: el amor de madre, el amor a la Patria y el amor a Dios. Y se preguntaba "¿Dónde están los padres?; ¿es que ya no son necesarios para engendrarlos o mantenerlos o educarlos o acompañarlos?".

Defensa retira las plazas a Mola y Franco de la Capitanía de Burgos. Bono acusa al nuevo obispo de San Sebastián de "muy de derechas y conservador" -lo dijo antes de lo del famoso piso conservador para su hijo-; "culpables, económicamente, los padres por no vigilar a los niños". Otros titulares: el prejubilado de TVE Díez Moro, a sus 50 años, nos confiesa que en época de Franco y de la censura -contra la que luchó- se hicieron programas mejores y más atrevidos que con el PSOE. Curioso, ¿eh?

En este mar de confusiones, y contradicciones, síntomas de falta de luz y claridad, apareció otra cortina de humo, que debió quedarse en eso -que no sería poco-, pero que trascendió. Por eso me extiendo en lo que Herman Terstsch titulaba "Las razones de ETA y los demás" (ABC, 25-3-2010) tras un cálido elogio a Mayor Oreja: "Ese hombre que vio morir a casi todos sus compañeros de UCD en los años ochenta …como morían uno tras otro los miembros de la Guardia Civil y de la Policía… Nuestro Gobierno, busca árnica…". ¿Ha sido una mera política, oportuna o inoportuna entre el Ejecutivo y el PP? ¿O de meros intereses periodísticos?

Cuando hay un hecho jurídico discutido o discutible los intérpretes -lo adelantábamos en nuestra "España en la Encrucijada", 2009-, deben considerar los datos coetáneos, anteriores y posteriores. De los anteriores están la autorización del Parlamento -29-J- para el "proceso" de diálogo-negociación con ETA. La deslegitimación de la presentación de etarras en los ayuntamientos, cosa que, tras las declaraciones de Mayor, parece que va en serio. Desenterrar el "chivatazo". Delimitar si las apoyaturas del PNV a los presupuestos y al aborto tienen indirecta relación.

Más que haber hablado de "oportunismo", habría que explicar los temas con claridad. Que si no la hay, en el fondo, sería, como diría Ortega, "una injusticia". Y poner énfasis en la seguridad jurídica: sobre la unidad de España o su desvertebración. Si Pergiñán y Loyola -o en Suiza- se mantienen negociaciones. Y desde luego, el respeto a la legalidad.

Hay síntomas de que, a otros niveles, no se hace así: pensemos en decisiones sobre los monasterios de Yuste y Valle de los Caídos. O en la acusación al TS de que sea el que "avale la querella de Falange contra Garzón" (?). O en el recurso -promovido por la Audiencia- sobre inconstitucionalidad de diversos preceptos de la Ley de la Carrera Militar, sobre el curso de adaptación y validez universitaria, que ha dado lugar a muchos pleitos.

En este ambiente continuado de incertidumbre, quien tiene que ser contundente, clarificador y ofrecer seguridad jurídica es el Poder Ejecutivo. Como debió ocurrir con la crisis económica. Aunque será Sarkozy quien nos está pisando los talones en materia terrorista, pero el que avisa -Mayor Oreja- no es traidor. Aunque abunden los charlatanes.