Desde que se conocieron los resultados de la primera prueba de evaluación de competencias básicas del alumnado de cuarto de Primaria de toda España, hace ya más de quince días, seguimos sin ponernos de acuerdo sobre los factores que explican por qué unas comunidades salen mejor paradas que otras. En Canarias, situada en los últimos puestos en este estudio -especialmente en las competencias lingüísticas y matemáticas-, el debate se ha multiplicado, enfrentando a quienes -encabezados por la Administración- achacan la situación a la falta de adaptación al "nuevo paradigma" educativo -la enseñanza y aprendizaje de competencias, y no de contenidos- y a los que, sin negar lo anterior, atribuyen los malos resultados a la falta de recursos humanos y materiales.

La falta de coincidencia en la identificación de las causas se produce también en la formulación de propuestas para revertir la situación, pese a que la necesidad de dar un giro metodológico -sustentado en la formación del profesorado- es aceptada por todos. Así se pone de manifiesto en el debate organizado por EL DÍA con la presencia de Fernando Hernández Guarch, comisionado del Gobierno en la Mesa de Calidad de la Educación; Pura Toste, presidenta de la Federación Insular de Tenerife de Asociaciones de Padres de Alumnos (Fitapa); Juan Jiménez, profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de La Laguna; Pedro Crespo, vicepresidente del sindicato ANPE; y Francisco Alonso, secretario general insular de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras.

Pese a las discrepancias en el diagnóstico, todos los invitados insisten en dos puntos: la alarma no es aconsejable -por el contrario, es contraproducente- y la necesidad de sintonía entre todos los miembros de la comunidad educativa es una evidencia.

"No se puede hacer un juicio universal sobre una encuesta muestral", advierte Hernández Guarch para iniciar la conversación. Sin embargo, admite, los resultados suponen "una muy seria llamada de atención para adecuar el sistema al nuevo paradigma del aprendizaje de competencias básicas".

No es la primera vez, recuerda el comisionado, que Canarias figura "en el pelotón de cola" de este tipo de estudios. "Estamos condenados por circunstancias socioculturales y económicas", dice, para luego reconocer que si este tipo de factores influye tanto "es un fracaso del sistema, que no ha sabido articular medidas de equidad". No obstante, Hernández Guarch insiste en que "la respuesta está en la metodología".

Los titulares que han generado estos últimos días los resultados de la prueba de diagnóstico no son del agrado de Juan Jiménez. El profesor de la ULL anima a tomarse los datos con "cautela y conocimiento de causa". A su juicio, el informe muestra el peso que tienen algunos indicadores de éxito -inversión, ratios, índices de repetición, implicación de las familias, nivel cultural-, que "condicionan y modulan".

Pero, si se profundiza, "se ve que hay respuestas sin preguntas: unas comunidades autónomas superan a otras cuando no reúnen esos indicadores". Esta "multiplicidad de factores" y la ausencia de una relación causa-efecto -aunque sí exista correlación- están relacionadas con la "complejidad" del fenómeno educativo. Es preciso, por tanto, "hacer todas las lecturas posibles" y evitar los análisis "simplistas", como lo demuestra el hecho de que, dentro de Canarias, hay desigualdades entre centros situados en las mismas zonas.

Los problemas del sistema educativo no empiezan ni terminan en las Islas, matiza Juan Jiménez. Si se estudian las distintas dimensiones que aborda la prueba se comprueba que "Canarias no difiere mucho del resto del Estado". Según el profesor e investigador de la ULL, el perfil del docente en España "se caracteriza más por emplear la lección magistral", mientras que el alumno debe "escuchar y aprender". Si luego las evaluaciones miden la aplicación de estos conocimientos en situaciones de la vida real, "quedan retratados todos los estudiantes de todas las comunidades autónomas". Es el caso, explica, de la expresión escrita, que es "un problema nacional".

Mientras que para Fernando Hernández Guarch la importancia de aspectos como la inversión o las ratios "está aún por demostrar", los sindicatos opinan que el vínculo con los resultados es indiscutible. Incluso admitiendo la naturaleza "multifactorial" del fenómeno, el representante de CCOO enfatiza: "eso de que no hay correlación no se lo cree nadie. La inversión en educación es importantísima".

En este aspecto, Francis Alonso destaca la relevancia de la inversión en los profesionales de la enseñanza. "El mejor futuro lo garantiza la formación del capital humano, y eso se hace con inversión", apostilla.

Contar con el profesorado es, según Pedro Crespo, de ANPE, una de las condiciones para mejorar. "Hay que exigir más a los docentes, pero también contar con él, y en Canarias no se hace", reflexiona Crespo, quien pone como ejemplo a otras comunidades autónomas, que incluso lanzan campañas publicitarias para prestigiar la figura del enseñante. A su entender, "el profesorado no se siente apoyado por la Administración. Sí está motivado y muy cualificado, pero no respaldado". Por ello, reclama a la Consejería de Educación que "salga a los medios de comunicación" a apoyar a sus trabajadores.

"Estos datos tienen que hacernos reflexionar. La preocupación es normal, pero la alarma es muy negativa", apunta Pura Toste. La representante de las familias está convencida de que "nuestros niños son tan inteligentes como los de otras comunidades y otros países". Respecto a las diferencias con otras regiones del país, destaca que son cuestión de décimas. Para Toste, el problema reside en "cómo se enseña y cómo se evalúa: si se enseñan contenidos y se evalúan competencias, los resultados serán malos".

Inestabilidad

Al margen de la metodología, la presidenta de Fitapa es la primera en poner sobre la mesa la inestabilidad normativa que caracteriza la educación en España. "Cada partido crea su propia ley y los chicos y profesores se convierten en experimentos", se lamenta.

La implicación de las familias es otro factor esencial, a juicio de Pura Toste. "Las familias deben apostar y trabajar las competencias básicas desde su casa", dice. En relación con las dificultades que para la mejora educativa puede suponer la mala situación económica, asegura: "en tiempos de crisis educamos todos".

Ante las críticas sindicales a aspectos de la gestión del Gobierno que pudieran influir en los malos resultados -sustituciones no cubiertas, constitución de grupos mixtos, recortes presupuestarios o desinversión-, el comisionado para la calidad educativa ironiza: "La prueba hace un esfuerzo por explicar. No lo consigue del todo, pero buscar otras variables que no están en el estudio es tal vez un esfuerzo excesivo por arrimar el ascua a su sardina".

La cuestión es, a su entender, "qué podemos hacer para mejorar los resultados en cuarto de Primaria", a lo que Pedro Crespo responde: "mejoremos la educación y mejoraremos los resultados". Según Hernández Guarch, "habrá que insistir en que los profesores cambien el modelo y su metodologíoa y en que el alumno se sienta cómodo con estas evaluaciones". Para ellos hay varios tipos de actuaciones: formación, materiales y generalización de las buenas prácticas.

Francis Alonso insiste: "el esfuerzo en la formación del profesorado implica inversión", una exigencia complicada ante los recortes que, según sus datos, se avecinan. Por su parte, Crespo advierte de que "no hay ninguna solución mágica para mejorar los resultados. Es responsabilidad de todos". En este sentido, aconseja recuperar "la cultura del esfuerzo" tanto para estudiantes como profesores.

Juan Jiménez finaliza con optimismo. "Por primera vez estamos convirtiendo las habilidades básicas en el centro de nuestra atención. Ésta es una consecuencia muy positiva del informe", afirma el profesor de la ULL.

L. CARRASCOSA Y M. GÓMEZ Fotos: MARÍA PISACA