EL SOCIALISTA señor Blanco arremetió días pasados contra los controladores aéreos por sus desorbitados salarios. 713 de estos profesionales cobran 540.000 euros/anuales, 135 alcanzan los 600.000 euros, 28 suben hasta los 700.000 euros y algún privilegiado con horas extras incluidas se embolsa la friolera de 900.000 euros/anuales. Indiscutiblemente, estamos ante una clase privilegiada, con el matiz de ejercer una profesión de mucha responsabilidad, y aprobar unas oposiciones de las que desconozco su dificultad. Supongo que si estos trabajadores tuvieran más competencia, seguramente no serían tan exigentes, así que animo a promover el acceso a más personas, crear más puestos de trabajo y reajustar horarios y sueldos, terreno que podría haber abordado inicialmente el señor Blanco, después de mirar primero para su propio ombligo.

Los grandes salarios que cobran muchos privilegiados en nuestro país es la raíz del desorden moral que tiene la sociedad española, además de la escasez de valores, el egoísmo desmesurado, la hipocresía de la clase dirigente que se llena la boca de agua hablando de igualdad, cuando cada día se empobrece más la población y la divergencia campea a sus anchas por todo el territorio patrio. Así nos dan ejemplo personalidades tan distinguidas como:

Don José Bono: católico confeso que percibe mensualmente 13.856 euros por la Presidencia del Congreso, 3.126 euros como diputado, más un complemento de 3.605 euros. Además, para gastos de representación tiene 3.915 euros, y otra partida de libre disposición de 3.210 euros. Total, que sumando y sumando, este buen señor que votó a favor de la Ley del Aborto, pero que siente mucha pena porque varios matrimonios españoles que habían adoptado niños de Haití no pueden alegrar sus vidas porque han perecido en el terremoto, cobra 27.712 euros/mes. Incongruencias de señores como este, que confunden la fe y ser creyente. Acepto que se mate, pero lloro después.

Don Manuel Chaves: vicepresidente 3º y ministro de Política Territorial, con un sueldo anual de 81.155 euros, que también cobra una indemnización de 46.000 euros por ser ex presidente de la Junta de Andalucía; o sea, que recibe 127.155 euros/anuales un señor que vació las arcas andaluzas y que promovió durante 19 años la vagancia en dicha comunidad.

Don Mariano Rajoy: líder de la oposición, que parece más modosito, pero no tanto. Posiblemente con su profesión de registrador de la propiedad podría ganar más dinero, pero parece suficiente embolsarse 8.996 euros/mes, más 3.126 euros como diputado, 870 euros para alojamiento y 5.000 euros como presidente del PP. ¡No está nada mal el pastón!

No sigo mentando a más privilegiados porque se me revuelven las tripas y se acaba el folio, aunque hay más días que ferias; pero a todos estos altos cargos habría que añadir los 8.112 alcaldes, 65.896 concejales, 1.206 parlamentarios, 1.031 diputados provinciales, 650 senadores, responsables de cabildos y diputaciones, los del Valle de Arán, que quieren independizarse, etc. Todos esos, junto con los altos cargos de bancos y cajas de ahorro, conforman una sociedad de despropósitos que son la sangría de esta nación. Para colmo, Hacienda, la que no perdona a nadie, a diputados y senadores sólo les retiene el 4,5%.

No hay conciencia, no hay valores, la sociedad está totalmente desprotegida, y cuando menos lo pensemos llegará la debacle. Cosas como estas no parece que sucedan en el resto de países europeos, y si las hay, serán casos aislados.