La lluvia de perseidas, las popularmente conocidas como "lágrimas de San Lorenzo", podrá verse, pero con escasa intensidad, a lo largo de esta noche, 12 de agosto, y durante la madrugada de mañana, miércoles, día 13.

Para los amantes de este tipo de fenómenos va a representar casi una "cita a ciegas", ya desde el momento en que su radiante, localizable en dirección nordeste (NE), más concretamente en la constelación de Perseo, salga sobre el horizonte hacia las 23:30 horas en Canarias, un poco antes en la Península.

Desde el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) destacan que la máxima actividad se espera durante la madrugada, entre la 1:00 y las 4:00 hora canaria.

Lo cierto es que la Luna, que desde el domingo ha entrado en su fase llena, va a representar un obstáculo para la observación.

Esta superluna es ahora un 30% más brillante de lo habitual, coincidiendo con su perigeo, el punto de su órbita más cercano a la Tierra. Por esta razón sólo va a ser posible observar aquellas estrellas fugaces más brillantes.

Cada lluvia de estrellas está asociada a un cometa. Las llamadas "estrellas fugaces" de las perseidas son, en realidad, pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños, por lo general menores que granos de arena, que va dejando el cometa "Swift-Tuttle" a lo largo de su órbita.

Cuando un cometa se acerca a las regiones interiores del sistema solar, su núcleo, formado por hielo y rocas, se sublima debido a la acción de la radiación solar y genera las características colas de polvo y gas. La corriente de partículas resultante se dispersa por la órbita del cometa.

Cada año cunado llegan estas fechas, nuestro planeta se encuentra con los restos de este cometa, que tiene un período de 133 años y que pasó cerca del Sol, por última vez, en 1992.

Estas partículas de polvo, al contacto con la atmósfera de la Tierra, se desintegran a gran velocidad, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de "meteoros".

Si sumamos todos los meteoros de una lluvia en una sola imagen, se tendrá la impresión de que provienen de una misma zona del cielo, que recibe el nombre de radiante. Por eso, se nombra a estas lluvias en función de la constelación de la aparente procedencia: el nombre de "perseidas" se debe a que su radiante se encuentra en la constelación de Perseo, de igual manera que las "Acuáridas" corresponden con la de Acuario, etc.

Las distintas lluvias cuentan con distintas intensidades máximas, distintas velocidades de entrada en la atmósfera de la Tierra y diferente brillo de los meteoros. También tienen un máximo más o menos pronunciado y se distribuyen a lo largo de más o menos días en función de la dispersión de los restos, su tamaño y localización en la órbita terrestre, entre otros factores.

Existen más de treinta lluvias de esterellas al año, aunque muchas de ellas son meramente anecdóticas.

En el aire a 3.555 metros

El reloj marca las 20:05 horas del 10 de agosto de 2014. No es un domingo cualquiera. Desde la estación del teleférico del Teide, a 3.555 metros de altura y con el patrocinio de Volcano Life Experiencie, el astrofísico del IAC, Miquel Serra, retransmite en directo, a través del canal Sky-Live.TV, el desarrollo del fenómeno conocido como la superluna y la alineación del volcán con el satélite. Las sombras del volcán Durante la generación de la sombra de una montaña se producen dos fases. Una primera, donde la silueta dibuja el perfil en el terreno y, la segunda, cuando empieza a ascender sobre la atmósfera. Aunque no todas las montañas tengan forma triangular, la sombra que proyectan se corresponde con esta figura geométrica, "debido a un efecto de perspectiva", comenta Miquel Serra, Así, cuando una montaña de aspecto cúbico proyecta su sombra sobre la atmósfera lo hace con una forma triangular. El satélite, en su perigeo El reloj da las 20:15, la sombra del Teide ha superado el circo de Las Cañadas y navega sobre el océano, rumbo hacia Gran Canaria. Miquel Serra explica que la Luna, que traza una órbita elíptica, se encuentra en el perigeo (punto más cercano a la Tierra). A una distancia de 356.000 Kilómetros, el satélite terrestre es un 14% más grande y un 30% más brillante. Si alzamos el meñique, la Luna ocuparía medio dedo. Un año de superlunas El astrofísico destaca que este año resulta algo "especial" y es que se van a suceder nada menos que cinco superlunas. Sin duda, el fenómeno vivido el pasado domingo, que siguieron infinidad de personas en la Isla, es el más espectacular de cuantos se podrán observar. El ansiado encuentro A las 20:35, la sombra del Teide acaricia Gran Canaria y dos minutos después (20:37) la luna sale a su encuentro, pero "algo desplazada a la izquierda", advierte Miquel Serra, como una pequeña mota blanca. Un adiós entre suspiros La sombra del Teide asciende la atmósfera intentando ganar la vertical y alrededor de las 20:53, la sombra deja su lugar a la magnífica estampa del satélite. Adiós entre suspiros.