Hay cifras redondas, de naturaleza conmemorativa, que motivan y allanan el camino de las palabras. Con los 110 años que cumple el periódico EL DÍA ocurre algo así, permiten reunir y componer reflexiones relativas al determinante papel, nunca mejor dicho, de la prensa escrita en general, y de la veterana cabecera tinerfeña en particular, en el devenir de nuestra historia reciente y los acontecimientos que la han configurado. Que un periódico celebre, en los tiempos tan duros que corren, once décadas de existencia no es un asunto en absoluto trivial. Antes del virus que parece haber llegado para cambiarlo todo, la prensa escrita ya timoneaba su nave a través de una implacable tormenta, con su supervivencia clásica seriamente amenazada por un mundo cambiante que se empeña en que nos despidamos del papel. Parece inconcebible imaginar un periódico alejado de ese papel, un formato capaz de ofrecernos una sorpresa potencial en forma de titular o de noticia gráfica al paso de cada página. El formato digital, en el que también se plasma desde hace tiempo EL DÍA, dejará por el camino parte de ese encanto, aunque también nos traerá ventajas que por novedosas puede que ni siquiera logremos imaginarlas con claridad. En todo caso, ahí están esos 110 años de historia de un periódico que cada día contribuye, con su papel de notario de la realidad cercana y amplificadora de voces y sentires diversos, a preservar la historia de todos. Es por ello que felicitar al periódico en esta efeméride, y con ello a quienes han formado parte de su historia pasada y presente, es congratularse también con el conjunto de nuestra provincia y comunidad autónoma.

En La Matanza también nos sentimos parte de esa imprescindible sinergia entre redactores, anunciantes y lectores que aporta sentido y singulariza, desde la proximidad, a un medio de comunicación como EL DÍA. Los matanceros y matanceras nos hemos visto reflejados en sus páginas, a veces incluso en primera plana compartiendo alegrías, y esperamos continuar haciéndolo por mucho más tiempo. Y todo ello a pesar de que nadie puede negar que pasamos por una etapa tan única como compleja y difícil, y que a los medios de comunicación tradicionales, al igual que nos ocurre a las administraciones, a la ciudadanía y otros muchos sectores, nos toca reinventarnos para no quedarnos atrás. Espero y deseo que el periódico EL DÍA encuentre en este 110 aniversario que todos celebramos un estímulo adicional que le permita fortalecer aún más esa vocación de servicio público y compromiso con el bienestar de la ciudadanía que a lo largo del tiempo ha formado parte de su ADN.