Quienes creemos en esta tierra, como así lo ha demostrado a lo largo de su dilatada historia el periódico El Día, somos conscientes de que todos, sin excepción, debemos arrimar el hombro. Todos debemos poner de nuestra parte, sin duda también los medios de comunicación. En los últimos 110 años nuestra sociedad ha vivido luces y sombras, momentos dulces y agrios, periodos complicados, etapas que tuvieron eco y reflejo en el periódico El Día.

Nunca como ahora la sociedad, en su conjunto, y los empresarios y profesionales del Sur de Tenerife, en particular, nos hemos enfrentado a un desafío tan difícil y exigente. Quienes nos antecedieron y abrieron el camino, con su esfuerzo y compromiso con la Comarca, tampoco lo tuvieron fácil. Para llegar hasta aquí, convirtiéndonos en el motor económico de la Isla, varias generaciones tuvieron que plantar cara a situaciones complicadas, a crisis que obligaron a sacrificios y esfuerzos enormes, así como a momentos en los que la gente del Sur no se sintió suficientemente escuchada o atendida en sus propuestas, demandas y urgencias. Sin embargo, es ahora, con una pandemia castigando con dureza la viabilidad de empresas y puestos de trabajo, cuando nos vemos obligados a mostrarnos más fuertes y más unidos que nunca.

Meses después de los primeros golpes que encajamos con la pandemia, es ahora cuando estamos sufriendo los momentos más inciertos, duros y dolorosos que hayamos afrontado las generaciones actuales, la gente del Sur

Sabemos que el periódico El Día continuará dando voz, haciéndose eco e implicándose en los momentos dulces y amargos que dan forma a la historia de una sociedad, de una tierra, de esta Isla

Una pandemia se nos ha cruzado en el camino y amenaza con doblegar el esfuerzo que tantas empresas y familias hemos hecho durante tanto tiempo. Sin embargo, no podemos rendirnos. A quienes nos precedieron al frente de nuestras empresas les debemos sobreponernos a los zarpazos de esta crisis. Quienes en el futuro nos sustituyan merecen que no tiremos la toalla, que no nos resignemos. A los asociados de ayer, hoy y mañana les debemos defender con uñas y dientes los empleos y proyectos a los que dedicamos nuestras vidas.

No nos lo están poniendo fácil. Lamentablemente no siempre estamos encontrando en el ámbito público el empuje, la valentía y la decisión que una situación tan grave requiere. Echamos en falta entre los responsables públicos más capacidad, reflejos y decisión, necesitamos que gobiernos de diferente signo político den muestras de una capacidad de reacción tan extraordinaria como la crisis que tienen la obligación de gestionar.

No basta con el necesario apoyo de lo público, pero es fundamental que pongan todo de su parte. Empresarios y profesionales sí estamos haciendo nuestra tarea, con propuestas viables, exigencias razonables e ideas que deben ser atendidas y entendidas por las instituciones.

Las mujeres y hombres que hacen posible el CEST estamos haciendo un esfuerzo titánico para estar a la altura de las circunstancias, firmemente comprometidos con las medidas sanitarias y de prevención que nos ayuden a contener la propagación del COVID-19. No conformes con cumplir con nuestras obligaciones, incrementamos nuestra iniciativa ante los poderes públicos ofreciéndonos a arrimar el hombro para cruzar en mejores condiciones esta crisis.

Sabemos que el periódico El Día continuará dando voz, haciéndose eco e implicándose en los momentos dulces y amargos que dan forma a la historia de una sociedad, de una tierra, de esta Isla. Una pandemia parece empeñada en borrar lo mucho que se ha conseguido durante los últimos 110 años, pero no lo logrará. Nos sobrepondremos y cuando eso ocurra el periódico El Día estará en el quiosco para contarlo.

Enhorabuena a quienes lo han hecho posible y a quienes cada día hacen realidad el milagro de la prensa diaria.