Como fuerza más votada en el país, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fue la formación que menos papeletas requirió para conseguir cada escaño. Ese ejercicio de asignación directa de las 350 plazas en el Congreso de los Diputados que defienden algunas voces no tiene, sin embargo, traslación exacta a las Islas, donde fue el Partido Popular (PP) el que pagó más barato el sillón. En el Archipiélago, Ciudadanos (Cs) fue el que se vio obligado a conseguir más votos para entrar en la Cámara baja.

Los socialistas obtuvieron 7,48 millones de votos en todo el país que les valieron 123 diputados. El cociente entre ambas variables revela que cada representante en el Congreso tuvo un coste de 60.819 papeletas, el menor de entre las siglas con aspiraciones de presidir el país.

Entre los partidos de implantación nacional fue Vox, y con mucha diferencia, el que más tuvo que sudar cada una de las 24 plazas alcanzadas. Los ultraderechistas cimentaron cada escaño con 111.549 papeletas tras lograr que 2,67 millones de electores se decantaran por su oferta.

La siguiente mayor carestía la debió salvar Unidas Podemos, que consiguió atraer a 3,11 millones de votantes para conseguir 35 escaños, cada uno de ellos por 89.091 sufragios.

¿Qué factores abaratan el pasaporte a Madrid siguiendo este método de adjudicación directa? Alcanzar el objetivo con el menor número de papeletas posible pasa por dos cuestiones fundamentales. El primero de ellos es la fortaleza en las circunscripciones escasamente pobladas. Los censos electorales en ellas son los menos nutridos y, por tanto, en las que son necesarios menos apoyos para alcanzar el objetivo.

El segundo es la total concentración en alguna de esas provincias. El ejemplo más claro es el Partido Regionalista de Cantabria de Miguel Ángel Revilla, que envía a la Cámara baja a su cabeza de lista, José María Mazón, con 52.197 papeletas, el menor coste de toda España.

El PP, también en las Islas

Trasladar a Canarias ese esquema de asignación directa revela que los populares fueron los que menor número de apoyos tuvieron que recabar para obtener una de las quince plazas de diputado nacional que se ponían en liza. Cada uno de los tres asientos alcanzados pasó por la consecución de 54.824 apoyos. Prácticamente en los mismos números se movió Unidas Podemos, segunda fuerza más votada en el Archipiélago, que necesitó 55.490 sufragios para hacerse con cada una de las tres plazas que finalmente alcanzó.

Siguiendo el orden, el PSOE, triunfador el domingo, dedicó 58.981 papeletas a hacer realidad cada uno de sus cinco escaños; Coalición Canaria (CC), 68.598 para cada una de sus dos plazas, y Cs, 77.631, con lo que se convirtió en el partido que mayor aportación hubo de realizar en las Islas.

Vox no consiguió representación. La fuera liderada a nivel nacional por Santiago Abascal logró un total de 69.398 papeletas entre las dos provincias, registro claramente insuficiente si se coloca junto al de sus oponentes. El partido que le quedó más cerca fue CC, que prácticamente multiplicó por dos -les sacó 67.798 votos- el resultado cosechado por los ultraderechistas en las urnas.

¿Qué es lo que ocurrió realmente? La Ley D'Hont es la fórmula que rige el reparto de escaños en España. Se trata de un sistema que garantiza la asignación proporcional de los diputados, pero que recibe amplias críticas por parte de las formaciones de menor tamaño, que ven en muchas ocasiones cómo lograr un elevado número de apoyos no les sirve para conseguir acceder al Congreso de los Diputados.

Vayamos por provincias. En la de Las Palmas, el octavo y último escaño en disputa lo consiguió el PP con 44.098 votos. Los sondeos habían contemplado la posibilidad de que la ultraderecha lograra una plaza en esta circunscripción. Veamos a qué distancia quedó realmente Vox de conseguirlo.

La formación que lidera Santiago Abascal sumó 38.091 votos en el conjunto de los colegios electorales de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, es decir le separaron 6.007 papeletas de conseguir el objetivo, lo que significa que debería haber incrementado en un 15,7% los apoyos que finalmente recibió.

Incluso, Cs y PSOE estuvieron más cerca de conseguir su segundo y cuarto representante respectivamente que la ultraderecha de obtener uno. Los de Albert Rivera contaban para ello con 41.196 sufragios y los ganadores, con 38.516, cifras ambas que superan la alcanzada por Vox.

Continuando con el ejercicio, al siguiente partido más votado, Nueva Canarias (NC), le faltaron un total de 7.905 papeletas y a CC, 9.323 para arañar un asiento. Pedro Quevedo (NC) tendría que haber mejorado en un 21,8% el resultado obtenido y María Fernández (CC), en un 26,8%.

Saltemos a la otra provincia canaria, Santa Cruz de Tenerife. Guadalupe González Taño, segunda en la plancha de CC, obtuvo la última acta de las siete que estaban en disputa. Los nacionalistas se hicieron con ella de forma holgada, con 51.215 votos.

Volvamos a Vox, que alcanzó 31.307 apoyos en la circunscripción occidental. Es decir, le faltaron 19.908 papeletas, lo que significa en términos relativos que por delante le quedó una inmensa parcela de mejora del 63,5%.

En este caso, ese último escaño tenía una auténtica legión de novios por delante de la ultraderecha: PSOE (46.946), PP (38.137), Unidas Podemos (37.746) y Ciudadanos (35.715).