Cuando ayer introdujo las papeletas en las urnas sintió que estaba participando en un hecho importante: "Me consideré responsable", afirma Silvia Lojendio Rodríguez, una joven tinerfeña nacida el 10 de julio del año 2000, estudiante de primer curso de Logopedia en la Universidad de La Laguna (ULL) y que se estrenaba, como más de 142.000 personas en Canarias, como nueva votante en unas elecciones.

A juicio de esta joven, "votar es un derecho que me asiste como ciudadana y la verdad es que ahora, tras haber salido del colegio electoral, me siento más incluida e integrada en la sociedad".

Lo cierto es que, hasta hace bien poco, la política no era un asunto que despertara su interés, más bien pasaba de todo ese ruido, la mayoría de las veces ininteligible para ella, en el que estaba envuelto el mundo de los mayores.

"Pero al cumplir la mayoría de edad entendí la importancia que representa ejercer el derecho al voto. Me informé, consultando los programas electorales, y reflexioné sobre cuál era el que más se acercaba a mi ideología y a mis valores, a mi forma de entender la sociedad, la vida y el mundo".

Como persona de su tiempo, entre sus prioridades a la hora de votar destacan asuntos como el medio ambiente y los efectos del cambio climático en el planeta. "Creo que se deberían tomar medidas más comprometidas y eficaces para combatir la degradación que está sufriendo el planeta", explica Silvia, así como también para que "los animales no sufran maltrato" y en su particular ideario siempre mantiene la mirada puesta en la integración y la diversidad. "Tengo muy presente el viaje que hice al continente africano. Me enseñó mucho a entender cuáles son los verdaderos valores humanos".

Durante la jornada de reflexión estuvo reunida con un grupo de amigos y amigas, pero antes de ese día, en sus habituales encuentros de fin de semana, solía deslizarse algún tema relacionado con política como parte de su agenda de ocio juvenil. "Antes ya habíamos comentado algo, pero este sábado el tema principal de conversación fueron las elecciones generales; intercambiamos opiniones, siempre desde el respeto, y aunque no coincidiéramos de manera unánime en nuestros juicios, la mayoría participábamos de las mismas ideas".

Y asegura que todas las personas jóvenes que conforman su grupo tenían el firme propósito de ir a votar.

Silvia es consciente de la importancia de este momento, que puede considerarse histórico. "Estas votaciones creo que más aún. Estamos en una encrucijada: podemos seguir avanzando o bien retroceder", concluye.