En abril de 2015, un empresario tinerfeño que regenta una imprenta suscribió con Nueva Canarias (NC) un contrato para suministrar a la formación política material de propaganda electoral destinado a los comicios autonómicos, insulares y municipales que se celebraron en mayo de ese año. Hoy, más de 48 meses después, y en vísperas de otras elecciones regionales, sigue sin cobrar todo lo que se le debe por ese trabajo.

En concreto, la deuda de NC con este pequeño empresario asciende a día de hoy a 134.041,44 euros. Desde que el trabajo fue realizado y entregado hasta ahora, el partido que preside Román Rodríguez ha pagado casi 300.000 euros, puesto que el montante total de la factura se cifraba en 431.041,44 euros, correspondientes a mailing y propaganda electoral.

El afectado, que prefiere no divulgar su nombre pero que aporta documentación que acredita la información, relata que los pagos fueron llegando paulatinamente hasta que en cierto momento se interrumpieron. Desde que eso ocurrió, añade, ha tenido problemas para contactar con quienes hasta ese momento habían actuado como sus interlocutores en las gestiones conducentes al abono de las cantidades pactadas.

Nueva Canarias ha declinado aportar su versión de los hechos, aunque en los últimos días -tras la llamada de este periódico y después de no contestar al requerimiento que la empresa le ha realizado a través de un burofax- ha vuelto a ponerse en contacto con el empresario. De hecho, se ha celebrado recientemente una reunión que desde la representación legal del afectado califican de informal y de la que no se han concretado previsiones de la fecha en que puede producirse el pago y ni siquiera un compromiso al respecto.

Ante la falta de respuesta por parte de la formación política y el escaso éxito que ha tenido el reciente encuentro, el empresario ultima una demanda judicial que prevé formalizar a finales de esta semana o a comienzos de la próxima.

"Un partido que gobierna en una isla -Gran Canaria- no puede tratar así a sus proveedores", se queja el impresor, que confiesa que, después de los incumplimientos que ha padecido hasta ahora, ha perdido la confianza en que NC le abone finalmente la deuda sin recurrir a los tribunales. Este pequeño empresario recuerda que el retraso en el abono de las cantidades comprometidas provocó problemas en el desarrollo de su negocio. "En su momento lo pasé mal. Era mucho dinero. Tuve que tirar de ahorros y de mi hipoteca para no cerrar, esperando que pagaran, pero no ha sido así", relata. Ahora, cuando su empresa ha conseguido "remontar", ha decidido acudir a la vía judicial para obtener un dinero que le corresponde.