El apoyo al campo se ha convertido en diana de los partidos políticos en estas elecciones. Llegar al autoabastecimiento, la soberanía alimentaria, aumentar las ayudas a la comercialización o luchar por el mantenimiento del REF agrario son propuestas de las distintas formaciones. Todas coinciden en que el peso del campo isleño en la economía regional es mínimo -1,2%- por lo que se proponen todo tipo de medidas para favorecer la agricultura, ganadería y pesca, sectores tradicionales que han pasado momentos críticos con la crisis y en donde es prácticamente imposible recuperar la producción una vez que las empresas o explotaciones desaparecen.

Ello se debe a los elevados costes para producir y comercializar los distintos géneros así como el escaso relevo generacional y a que las exportaciones son complicadas desde las Islas si las ayudas no llegan a tiempo, además del surgimiento de productos competidores de otros países.

Prácticamente desde el principio de la etapa democrática se han formulado las mismas propuestas para revitalizar el campo, pero la realidad es que el peso del sector primario en el Producto Interior Bruto no ha superado el 2%. Mientras se genera empleo en cultivos o áreas determinadas, entre ellos el aguacate, los quesos, los vinos con denominación de origen o en la acuicultura, se destruye trabajo en otros. En el tomate la situación es complicada. La crisis dio de lleno en este producto, lo que, unido al retraso en el pago de ayudas al transporte, la producción de países competidores como Marruecos, Túnez o Libia o las plagas, provocó el cierre de un gran número de empresas en un sector que en los años 90 llegó a exportar 450.000 toneladas de tomate y empleaba a unas 30.000 personas directamente. En los últimos cuatro años las exportaciones han bajado de 65.000 toneladas a 48.000. También se han reducido las de pepinos.

A esta situación se une el escenario de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (brexit). El Gobierno canario y los agricultores quieren evitar un mayor deterioro pidiendo a la Comisión Europea que mantenga o adapte las ayudas al transporte de mercancías y de comercialización del Posei del tomate y del pepino. El 50% de la producción del tomate, del que dependen 6.000 empleos directos e indirectos, se exporta actualmente a Reino Unido.

La situación no es la misma con el plátano donde se mantiene la comercialización a la Península, principalmente, por las ayudas y la protección que recibe de Europa. Por otro lado, han aumentado las producciones de frutas tropicales y el codiciado aguacate en estos cuatro años. Muchas de las más de 250 empresas de jóvenes que han arrancado en el último año se dedican a esta fruta, cuya producción se queda prácticamente en Canarias por la elevada demanda. También ha crecido la producción de leche y de carne.

En este contexto, los datos muestran un incremento del valor añadido bruto aunque el empleo en agricultura o la superficie cultivada no han aumentado, lo que indica que hay una mayor profesionalización y productos de más calidad. La radiografía del sector revela un crecimiento de la agricultura ecológica y de la acuicultura lo que denota hacia dónde va el futuro. De hecho, el valor comercial de la acuicultura es mayor que el de la pesca, 41 millones de euros en 2017 frente a 31 millones. Por ello, todos los expertos coinciden en que urge un sector primario moderno, especializado y que haya un relevo generacional.

La labor de la Consejería en este área en la legislatura que finaliza es valorada positivamente, con el desbloqueo del Posei adicional, el anclaje en el Estatuto de Autonomía del REF que conlleva el 100% de la bonificación al transporte de mercancías, las ayudas a la producción o la defensa de una mayor cuota del atún rojo, así como el fomento en el turismo y en los colegios del consumo de productos canarios con programas como Crecer Juntos o los ecocomedores.