El coste de los escaños es muy dispar. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), al ser la formación que contó con más apoyos en el país necesitó menos papeletas para conseguir cada uno de los 120 asientos que logró en la Cámara Baja. Este dato no se traslada a las Islas, donde el acta más barata en número de papeletas lo obtuvo el Partido Popular (PP). Sin embargo, Unidas Podemos (UP) pagó el precio más alto en el Archipiélago para hacerse con uno de los 350 sillones del Congreso de los Diputados.

El partido liderado por Pedro Sánchez consiguió el apoyo de 6,7 millones de votos en el ámbito nacional. Así, cada representante socialista en la Cámara Baja tuvo necesitó 56.274 apoyos. Esto lo convierte en el partido que más rentabilizó el número de papeletas.

En el lado contrario de la balanza, la formación que necesitó más votos para hacerse con un puesto en el Congreso -y con mucha diferencia- fue Ciudadanos (Cs). Los de Albert Rivera -quien presentó ayer su dimisión y renunció a su acta de diputado- necesitaron 163.754 votos por cada uno de los 10 escaños que lograron en estas elecciones, ya que 1,6 millones de españoles se decantaron por esta opción. A la formación naranja le hizo falta más del triple de votos que al PSOE para hacerse con un representante en Madrid.

Los siguientes que más tuvieron que luchar para hacerse con representación en la Cámara Baja fueron los diputados de UP. Más de 2,3 millones de electores apoyaron a la formación liderada por Pablo Iglesias, que necesitó 90.930 votos para consolidar cada uno de sus 26 diputados.

Máxima rentabilidad para Vox

Con respecto a las elecciones generales celebradas el pasado 28 de abril, Vox no solo ha conseguido convertirse en la tercera fuerza más votada del país, sino que es el partido que más ha rentabilizado sus escaños. Hace solo seis meses necesitó 112.004 votos por asiento en la Cámara y, ahora, con 951.971 respaldos más alcanzó 28 sillones extra, por lo que cada una de las actas de diputado le ha costado 70.001 papeletas -42.003 menos que en abril-.

Este esfuerzo tan dispar que tienen que hacer los partidos a la hora de arañar un escaño se debe al sistema electoral español que aplica la fórmula D'Hondt en cada una de las 52 circunscripciones del país. Se trata de un sistema proporcional que castiga a las provincias más pobladas y otorga una sobrerrepresentación a las que cuentan con menos electores. Por esto, las formaciones políticas que concentran el mayor número de apoyos en una determinada circunscripción salen beneficiadas con respecto a aquellas que tienen un voto disperso.

A favor de los nacionalistas

Los partidos nacionalistas también sacan tajada del sistema electoral, ya que sus votos se concentran en pocas circunscripciones. De ahí que Teruel Existe irrumpiera en el Congreso con un diputado, Tomás Guitarte, logrando tan solo 19.696 votos, convirtiéndose así en el escaño más barato de todo el territorio nacional.

Por contra, el Pacma es uno de los partidos más perjudicados por el sistema electoral porque sus votos no se concentran en una sola circunscripción, sino que están repartidos por todo el país. Los animalistas no alcanzaron representación en Madrid, a pesar de que 226.469 electores les dieron su apoyo. Es decir, tuvieron más apoyos que Navarra Suma (Na+), En Comú-Unidas Podemos (Podemos-EU) o Coalición Canaria-Nueva Canarias (CC-NC), partidos que se hicieron hasta con dos escaños.

En las Islas, los populares fueron los que menos apoyos tuvieron que recabar para obtener una de las quince plazas de diputado nacional por las que se batallaba en Canarias. Para cada uno de los cuatro escaños obtenidos requirieron 49.097 votos.

Sin embargo, a Ciudadanos no le fue suficiente hacerse con 50.760 papeletas entre las dos provincias para alcanzar un solo sillón en la Cámara Baja, perdiendo así sus representación por parte del Archipiélago.

El triunfador de la noche, el PSOE, requirió 54.569 votos para consolidar cada uno de sus cinco escaños en Canarias; Vox 58.747 por cada una de sus dos plazas; y CC-NC empleó 61.990 papeletas por acta lograda en el Congreso de los Diputados.

Unidas Podemos se convirtió en el partido que más aportación tuvo que realizar en las Islas. Para hacer realidad cada uno de sus dos escaños necesitó 69.401 papeletas.

Por provincias, en Las Palmas, el octavo escaño consiguió consolidarlo el PSOE -con 46.896 votos- y se lo disputó con Cs, que se quedó a 18.990 papeletas de conseguir que Saúl Ramírez repitiera como diputado por la provincia oriental. En Santa Cruz de Tenerife, el popular Sebastián Ledesma se hizo con el séptimo y último escaño en liza. En este caso, el partido que se quedó al filo de lograr un acta más fue el PSOE, que se quedó a 7.572 votos de arañar su tercer diputado por las islas occidentales.

Una de las novedades de esta cita electoral fue la unión de CC y NC. Este acuerdo permitió a los nacionalistas recuperar el escaño perdido por la provincia de Las Palmas, logrando 47.959 votos en Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura. En abril, NC alcanzó 36.225 apoyos y CC 34.853 en las islas orientales, por lo que presentándose por separado ambos se quedaron lejos de rozar la representación en Madrid.