El aguacate de Canarias ‘pelea’ en Bruselas por un DNI propio

Los productores del ‘oro verde’ prevén que Europa conceda la indicación geográfica protegida a mediados de 2024

VI Feria del Mango y Aguacate de verano de Mogán.

VI Feria del Mango y Aguacate de verano de Mogán. / Andrés Cruz

Néstor Santana

Néstor Santana

El aguacate canario mantiene su ‘pelea’ por alcanzar la indicación geográfica protegida (IGP). Después de que el Ministerio de Agricultura trasladase en mayo a la Comisión Europea la solicitud del sello de calidad, y esta pidiese mejoras y aclaraciones, la Asociación de Organizaciones de Productores de Aguacates de Canarias, Asguacan, que ha promovido la iniciativa, se encuentra trabajando en una propuesta que consiga el ansiado visto bueno de Bruselas. Así, si todo sale según lo previsto, la fruta conocida como ‘oro verde’ alcanzará el mismo estatus que ya tiene el plátano isleño en el primer o segundo trimestre del año que viene.

La IGP exige que el producto tenga una calidad diferenciada basada en el origen. Una cuestión que Asguacan defiende que el aguacate cumple perfectamente. ¿Por qué? Por la climatología de las Islas y el suelo volcánico en el que brotan los aguacateros. Además, entiende que la reputación y notoriedad es más que evidente debido a que lleva cultivándose en el Archipiélago más de 200 años y el terreno que se dedica a ello va in crescendo.

Si bien en 2010 la superficie aguacatera de las Islas era de 977 hectáreas, en 2021 había crecido ya hasta las 2.255 hectáreas. Es decir, en 20 años aumentó un 131%, la mayor subida en comparación con el resto de frutas y verduras made in el Archipiélago. Mientras el total del terreno cultivado mermó un 5,3%, el que se destina al ‘oro verde’ se disparó.

Eso sí, este régimen de ‘alto estanding’ también tiene una contrapartida. Y es que alcanzar la IGP implica que toda la cadena, desde productores hasta comercializadores, estarán sujetos a controles y auditorías tanto públicas como privadas. «Esto traerá tranquilidad a los consumidores porque asegurará que la fruta es de calidad», recalca la gerente de Asguacan, María Gabriela Pérez.

‘Aguacate de Canarias’, esa es la pegatina con la que los agricultores quieren exportar el producto, que sería la primera y única indicación geográfica protegida que consigue esta fruta en el mundo. Pérez destaca que este sello avalado por la Unión Europea (UE) permitirá posicionar el producto a nivel comercial, ya que se diferenciará de las variedades que se cultivan en Málaga o en otros lugares.

El gran competidor está al otro lado del charco: Latino América. Allí la masiva producción permite bajar los precios a niveles que el aguacate isleño no se puede permitir. Pero existen dos ventajas a favor de Canarias que con la distinción se pueden fortalecer: la cercanía y el sabor. Un barco cargado tarda 30 días en cruzar el Atlántico. Genera una gran huella de carbono y al consumirse, al gusto se nota la travesía que ha tenido que soportar el producto, algo que no ocurre con los cultivados en las Islas, apunta la organización de agricultores.  

Antes se exportaba de media el 17% de la producción, pero en los últimos años ha disminuido al 10% debido a las altas temperaturas, que echan a perder la cosecha. En La Palma, la isla que más produce junto a Tenerife y Gran Canaria, solo en el municipio de Tijarafe se ha perdido el 80% de lo plantado. De hecho, estas alertas de calor provocaron que en verano no brotara «casi nada», expone Pérez, y se disparasen los precios hasta 13 euros el kilo.

Aunque la superficie cultivada haya aumentado, todavía no se aprecia en la oferta porque el árbol tarda cuatro años de media en crecer. La gerente indica que para la temporada 2024-2025 ya estarán en edad de dar frutos los que se plantaron en 2021, por lo que aumentará considerablemente la cantidad de producción local. Según los últimos datos, que se publicaron en 2021, en las Islas se producen 10.973 toneladas, de las que sirven para abastecer la demanda total del Archipiélago 7.158.

Al igual que ocurre con plátanos, mangos, papayas y piñas tropicales, el aguacate en Canarias está sujeto a la orden del 12 de marzo de 1987. Esto implica que se prohibe la importación para evitar la entrada de plagas, en otras palabras, todo lo que se consume es de kilómetro cero.

La lucha de Asguacan, que está conformada con 1.000 agricultores, comenzó en 2021. Como la maduración se realiza en ocasiones fuera de la zona protegida –Canarias–, no se podía tramitar como una denominación de origen protegido (DOP) –requiere que todo el proceso se de en el mismo lugar–, así que se optó por una IGP, el mismo sello que cosiguió el plátano en 2008. Esta se presento con los pliegos de condiciones y estudios requeridos al Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria, que lo elevó al Ministerio de Agricultura para su publicación en el Boletín Oficial del Estado. Como no recibió ninguna oposición a nivel nacional, se trasladó en mayo de este año a la Comisión Europea, donde se encuentra en la fase final del trámite administrativo. La organización enfatiza en la prudencia. No quieren cantar victoria hasta que la resolución no sea oficial. 

131%

Hectáreas

Si bien en 2010 la superficie cultivada de aguacate era de 977 hectáreas, en 2021 había crecido hasta 2.255. Es decir, en solo 20 años experimentó un aumento del 131%.

Este producto de las Islas sería el primero

y único en contar con esta etiqueta

en el mundo

10.973

Toneladas

En 2021, el dato más actualizado, se produjeron en Canarias 10.973 toneladas de aguacate, de las que sirvieron para abastecer la demanda total del Archipiélago 7.158.

80%

Pérdida de cosecha

Las altas temperaturas han provocado la pérdida de parte de la cosecha, hasta el 80% en Tijarafe, según Asguacan. Esta cuestión ha alzado los precios este verano.