Rebaja fiscal de 28,5 millones para 12.600 agricultores y ganaderos de Canarias

El Gobierno central concede una bajada generalizada del 25% en el IRPF para los profesionales del sector

Vacas de una explotación ganadera de las Islas.

Vacas de una explotación ganadera de las Islas. / María Pisaca

Los 12.600 agricultores y ganaderos canarios que tributan en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) por el sistema de módulos disfrutarán en su declaración de una rebaja generalizada del 25%. Una rebaja que se aplicará como una reducción del rendimiento neto –es decir, que se restará a la renta obtenida por el profesional una vez descontados los gastos deducibles– y que, en la práctica, aliviará la factura del IRPF de los ganaderos y agricultores isleños en alrededor de 28,5 millones de euros. Hasta 800.000 profesionales autónomos de toda España se beneficiarán de esta ayuda tributaria del Ministerio de Hacienda.

El Gobierno central concedió para la liquidación del IRPF del último trimestre de 2022 una bajada del 15% con la que pretendía paliar los sobrecostes que viene soportando el sector primario a consecuencia de la invasión rusa de Ucrania, que agravó hasta el extremo la ola inflacionaria y, en definitiva, disparó los precios de los cereales a máximos históricos. Con la orden publicada este martes, ese porcentaje se eleva en diez puntos, hasta el susodicho 25%. Además, Hacienda ha aprobado también mayores reducciones fiscales en favor de las actividades castigadas con especial saña, para lo que se relajan los índices que determinan el rendimiento obtenido por los profesionales.

En el caso de Canarias, el catálogo de esas actividades agrícolas y ganaderas «afectadas por circunstancias excepcionales» incluye desde los cultivos digamos clásicos de la papa y el plátano hasta otros más recientes y en auge como los del aguacate, la piña tropical o incluso el aloe vera. Eso en la agricultura. En el caso de la ganadería, en el listado de los subsectores a los que se les rebajan los índices para la declaración del IRPF figuran los del ovino, el caprino, el porcino y también la cunicultura, esto es, la cría de conejos. En resumen, por un lado se rebajan los índices a partir de los cuales se calcula el rendimiento obtenido por el profesional del campo –la renta por la que debe tributar– y, por otro, se concede una reducción extraordinaria del 25% sobre la cuantía resultante una vez aplicadas las correspondientes deducciones. Todo ello implica que la suma global a declarar por los agricultores y ganaderos españoles se reduzca en 1.807 millones de euros, de los que esos 28,5 millones corresponden a los profesionales canarios.

Un respiro

«Es una buena noticia; en esta situación toda rebaja de impuestos es bien recibida», explicó este martes el secretario general de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga), Theo Hernando. El representante de Asaga hizo hincapié en que la ayuda de la Administración pública es «de justicia». No en vano, Hernando recordó el sobresfuerzo del sector primario durante lo peor de la pandemia, un sector que «no paró ni un momento» y que fue clave para el autoabastecimiento del país.

El secretario general de la asociación agraria puntualizó, eso sí, que este respiro en el IRPF es justamente eso: un respiro. El golpe que han soportado los profesionales del campo isleño ha sido de tal magnitud que hace falta más ayuda para evitar nuevos cierres de explotaciones. No obstante, en Asaga confían en que las instituciones de la región se suban al carro del Estado y echen una mano.

En particular los ayuntamientos, una parte de los cuales –una pequeña parte– ha bonificado el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) de las explotaciones agrarias, una medida que esperan adopten todos los consistorios del Archipiélago y que Asaga ya ha solicitado formalmente a la Federación Canaria de Municipios, donde parece tener buena acogida.

«Toda ayuda es poca», insiste Hernando, cuando la tonelada de cereales para alimentación animal –el pienso– cuesta 230 euros, un 28% más que en 2019, aquel último año precrisis. Y eso ahora, porque ha llegado a alcanzar los 400 euros. Si se tiene en cuenta que la alimentación de los animales representa el 60% de los costes de una explotación, resulta evidente hasta qué punto han tenido que hacer malabares los pequeños ganaderos canarios para mantener su negocio en funcionamiento.

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