Crece la brecha entre las pensiones de los jubilados canarios y españoles

Los pensionistas isleños cobran un 8,3% menos que sus iguales del resto del país | La diferencia se agranda tras el ‘blindaje’ de las pagas frente a la inflación

Un jubilado de vacaciones saca una foto en una playa de las Islas.

Un jubilado de vacaciones saca una foto en una playa de las Islas. / Juan Carlos Castro

Las pagas de los pensionistas canarios, como las de los perceptores del resto de España, experimentaron en enero una histórica subida del 8,5% con la que el Gobierno central pretende ayudarlos a capear la crisis de precios. Esa es toda la equivalencia existente entre las pensiones que se cobran en el Archipiélago y las que se cobran, de media, en las demás Comunidades Autónomas. El jubilado medio isleño no solo gana menos que el jubilado medio español, sino que, además, esa diferencia, lejos de aminorarse con el paso de los años, sigue agrandándose.

La pensión de los jubilados canarios –siempre en cifras promedio– llegó el mes pasado a, exactamente, 1.263,4 euros. La revalorización decretada por el Ejecutivo estatal en línea con la disparatada inflación ha hecho así posible que la paga supere por primera vez en la historia los 1.200 euros mensuales. De un mes para otro, es decir, de diciembre de 2022 a enero de este año, los jubilados del Archipiélago vieron incrementarse su nómina en alrededor de 99 euros, el equivalente a esa subida del 8,5%. El mismo aumento porcentual que elevó las pagas de los jubilados del resto del país en unos 107 euros. La razón de que el incremento efectivo de la pensión media de jubilación sea menor en Canarias es que los perceptores ganan aquí menos y hasta mucho menos que, en general, los de las demás comunidades. La paga media en las Islas antes de la revalorización del 8,5% era de 1.164 euros con 12 céntimos, mientras que la media nacional era de 1.259,79 euros. Y, claro, no es lo mismo un 8,5% de 1.164 euros que un 8,5% de 1.259. Así que la pensión media de jubilación ha quedado en España en casi 1.370 euros, frente a esos 1.263 del Archipiélago. En definitiva, el jubilado tipo de la Comunidad Autónoma, que en diciembre cobraba 95 euros y 67 céntimos menos que el jubilado tipo español –un 8,2% menos–, gana ahora casi 105 euros menos, esto es, un 8,3% menos. De modo que la brecha se ha agrandado otra décima, algo que lejos de ser puntual, es más bien crónico.

Los menores sueldos que se cobran en la región están detrás de los más bajos ingresos tras el retiro

Cuando a mediados de 2018 Pedro Sánchez se instaló en la Moncloa –abriéndose de esta forma un ciclo virtuoso para la población pensionista, ya sea por convencimiento o por electoralismo–, la prestación contributiva media de jubilación era en las Islas de 1.016 euros. En el conjunto del Estado alcanzaba los 1.083 euros con 67 céntimos. La brecha era entonces de un 6,6%, cerca de dos puntos inferior al actual 8,3%. En otras palabras: la sensible diferencia entre las pagas de los pensionistas canarios y del resto del país no solo no ha disminuido a lo largo del último lustro, sino que incluso ha aumentado. ¿Y cuál es la razón de este progresivo alejamiento de la nómina de los jubilados isleños de la media nacional? La respuesta está en las distintas carreras laborales y en los distintos sueldos.

La paga contributiva de los jubilados –no entran aquí los 25.000 canarios retirados del mercado laboral que cobran la no contributiva por no haber cotizado lo suficiente para ganarse el derecho a recibir una pensión ordinaria– es en última instancia el resultado de la mayor o menor suma aportada por el perceptor a la Seguridad Social durante los años que estuvo trabajando. Si se tiene en cuenta que el tejido productivo regional se caracteriza por una temporalidad por encima de la media española y por unos salarios no ya inferiores, sino incluso muy inferiores a los que se pagan por lo general en el resto del país, no extraña que las pensiones también acaben siendo aquí más pequeñas. Esto es lo que justifica la necesidad de que la economía canaria se diversifique más allá del negocio turístico y, por extensión, los servicios, lo que en modo alguno es sinónimo de renunciar a la actividad que ha impulsado el progreso de Canarias desde la década de los sesenta del siglo pasado.

Las economías muy dependientes de los servicios ofrecen por lo general peores carreras laborales

Pero ocurre, eso sí, que las economías muy dependientes de los servicios tienen como punto negativo esa mayor temporalidad y esos menores sueldos. Esto se traduce en carreras laborales más discontinuas y peor retribuidas que las de los asalariados de países o regiones donde el peso del sector secundario, la industria, es mayor. Por eso los sueldos en el fabril País Vasco, por ejemplo, están sensiblemente por encima de los que se pagan en el Archipiélago, con lo que también están por encima las aportaciones de sus trabajadores al sostenimiento del sistema público de pensiones, unos trabajadores que, una vez jubilados, acaban cobrando, claro, pagas mucho más generosas que las que reciben los canarios.

La brecha entre la pensión media de los jubilados canarios y del resto de españoles existe también en los demás tipos de prestaciones contributivas: las de incapacidad permanente, viudedad, orfandad y favor familiar. El pensionista isleño percibe 1.117 euros mensuales (la media de todas las modalidades); el español, 1.217.

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