Puede resultar algo excesivo, pero una sentencia judicial lo aclara todo y no porque beber cerveza y estar de baja no sea incompatible: las razones van más allá de la mera jurisprudencia laboral. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid (TSJM) ha avalado el despido de un empleado que fue visto varias veces consumiendo cerveza durante una baja por depresión. En el fallo, se considera que se trata de una actividad contraria al subsidio, pues el hombre tomaba una medicación que no permitía la ingesta de alcohol.

La empresa había notificado al trabajador con la advertencia sobre una posible imposición de una sanción por falta de asistencia no justificada al puesto de trabajo. Sin embargo, al día siguiente, este causó baja médica por incapacidad temporal.

Al trabajador se le diagnosticó un "trastorno adaptativo mixto ansioso depresivo" y se le administró un tratamiento de escitalopram y lorazepam.

Cese disciplinario

El tribunal avala el cese disciplinario del trabajador, camarero en un bar en Madrid. El trabajador fue grabado por unos detectives contratados por la compañía para vigilarlo.

Los detectives comprobaron que el trabajador había estado consumiendo durante tres días diferentes en varios establecimientos botellines de cerveza y cañas. Incluso lo captaron "subiéndose a caballito encima de un amigo y quitándose una zapatilla para colocársela encima de la cabeza".

La situación ha provocado el fallo a favor de la empresa del TSJ de Madrid. Argumenta que el alcohol es incompatible con su medicación y que, estando en tratamiento con antidepresivos, está prohibida la ingesta de alcohol por producir efectos secundarios graves y provocar retraso en la recuperación.