Semanas después de cargar con inusitada dureza contra los ERE (expediente de regulación de empleo) de los bancos y los sueldos de los banqueros, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, rebajó ayer el tono contra el sector: «Es muy importante y valoro positivamente el que al final esté reduciéndose el número de bajas y que se esté orientando además a las bajas voluntarias». Esto último, eso sí, supone un toque de atención, ya que es uno de los principales elementos que está complicando la negociación de CaixaBank y los sindicatos, el mayor proceso en marcha después de que BBVA llegase a un pacto con su plantilla y rebajase a 2.935 el número de empleados que se iban a ver afectados por el recorte de plantilla –una reducción del 10% de la masa laboral de la empresa en el que se cuentan 210 excedencias incentivadas–.

En plena recta final de las conversaciones, los sindicatos del banco catalán han convocado para hoy una jornada de huelga porque la dirección de la empresa «sigue manteniendo la forzosidad en las salidas». En un curso de la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y UIMP en Santander, Calviño instó a la cúpula de la entidad a alcanzar un pacto. «La voluntad que han expresado los directivos del banco es llegar a un acuerdo y yo confío, por supuesto, en que se siga avanzando en esta misma dirección y se llegue a una solución negociada con los representantes de los trabajadores», apuntó.

«Una agenda positiva»

Como ya había apuntado con anterioridad, la número tres del Ejecutivo admitió ayer que la banca está inmersa en un proceso de reestructuración o reconversión por factores como los bajos tipos de interés o el creciente uso de los canales digitales a costa de las oficinas, pero le reclamó que no responda a ello solo mediante recortes de estructura. «No es positivo plantear el futuro de un sector solamente sobre la base de una reducción de su tamaño, de su capacidad o del número de empleados y oficinas. Hay que desarrollar un agenda positiva en la que se descubran, se exploten y se expandan nuevas oportunidades de negocio», afirmó Calviño antes de mantener que los ERE son «tremendamente traumáticos» para los trabajadores y sus familias y deben ser abordados mediante el «diálogo y la negociación».

En el mismo acto, el presidente del BBVA, Carlos Torres Vila, comentó el documento que prepara la banca a través de sus dos grandes patronales del sector, la AEB y la CECA, para mejorar su reputación y responder a las críticas del Gobierno y que, según Calviño, incluirá orientaciones sobre los ERE, la prestación de servicios financieros a los colectivos y zonas más vulnerables, y la remuneración variable de los directivos.

«No siempre explicamos bien el papel que el sector juega en la economía. Creo que la respuesta que colectivamente dimos a los eventos del año pasado y a la crisis ilustran bien el compromiso y la responsabilidad social que el conjunto de la banca tiene», sostuvo el banquero. La iniciativa, añadió, también busca «reforzar muchos aspectos que todavía son susceptibles de mejora. La reconversión es necesaria, tiene ganadores y perdedores, es algo bueno en el medio y largo plazo, pero hay que paliar los efectos negativos que tiene sobre determinados colectivos en el corto plazo».

Además de abordar los ERE, Torres apuntó que el documento tratará el los sueldos de las cúpulas: «La actuación que hemos tenido ha sido responsable, pero todo es susceptible de mejorar y de explicar mejor algunos elementos de los modelos retributivos que contienen muchos factores que no tienen que ver con la rentabilidad, sino con la calidad del servicio al cliente, la satisfacción de la plantilla, o el impacto que tenemos en conseguir los objetivos de descarbonización, por poner tres ejemplos. Y lo que queremos es explicarlo mejor».