Los electrodomésticos que tenemos en casa tienen un gasto de electricidad que depende del trabajo que tengan que hacer. El frigorífico, junto al congelador, por ejemplo, son dos de los que más gastan en una vivienda debido al esfuerzo para mantener la temperatura en 0 o 3 grados, o directamente bajo cero en el caso del congelador. Estos dos electrodomésticos tienen un gasto de 600 kWh al año.

En cambio, otros aparatos electrónicos como la televisión, la lavadora o el lavavajillas tienen un consumo que ronda los 200 kWh. Según los estudios, en una vivienda familiar el consumo medio anual llega a los 10.000 kWh, lo que tiene un coste aproximado de 1.000 euros según la OCU. Para intentar reducir el gasto en electricidad podemos seguir una serie de consejos que pueden ahorrarnos dinero.

Primero, siempre que se pueda, utilizar programas eco y de corta duración. Podemos también aprovechar el calor residual de la vitrocerámica y también del horno, que es otro aparato que gasta lo suyo. No olvidemos mantener la nevera y el congelador libre de hielo, esto solo provocará que funcione peor. La nevera específicamente a una temperatura de 5 grados suele estar bien. Por último, adquirir electrodomésticos que tengan la mejor clasificación energética posible.