Tras sufrir en 2020 el peor año de su historia, el turismo empieza a respirar, gracias al avance de la vacunación. El Gobierno es consciente de que no puede dejar pasar la oportunidad y de que tiene que lanzar ya mensajes de apertura, no solo dentro de España, sino sobre todo fuera de ella. Y por eso el presidente, Pedro Sánchez, aprovechó ayer un escaparate como el de la feria de Fitur, en Madrid, la segunda más importante del mundo, para adelantar que los viajeros que hayan recibido la pauta completa de vacunación, de cualquier país del mundo, podrán llegar a España a partir del 7 de junio. Se abren, pues, las fronteras.

Es decir, todos los ciudadanos de países con los que haya libertad de movimientos, y puso como ejemplo Estados Unidos, podrán llegar, ellos y sus familias, siempre y cuando dispongan de un certificado que acredite que les han sido administrados los sueros autorizados por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) o la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además, desde el lunes podrán entrar en España, sin ningún tipo de control sanitario, los visitantes de diez países no comunitarios pero considerados seguros: Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Israel, Corea del Sur, Tailandia, Japón, China y Ruanda. La orden ministerial se publicó ayer en el BOE. Un anuncio de gran trascendencia puesto que Reino Unido es el primer emisor de viajeros hacia España y también el primer mercado de Canarias.

En 2019 llegaron a España procedente del Reino Unido 18 millones de visitantes –4,9 de ellos a Canarias–, por delante de Alemania y Francia, con 11 millones cada uno.

No obstante, el impacto no será aún el esperado pues Londres mantiene aún en su lista ambar tanto a las Islas como a España, de forma que sus ciudadanos que vengan de vacaciones a la vuelta tendrán que guardar diez días de cuarentena y hacerse un PRC a los dos días de la llegada y otra a los cinco. Los hoteleros canarios esperan ganar ahí ventaja y pasar antes a la lista verde británica.

Los viajeros europeos de países catalogados en verde –menos de 25 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días y una tasa de positividad inferior al 4%– no tienen que cumplir requisitos para entrar en España. Y los ciudadanos de países europeos identificados, según el semáforo del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (Ecdc), con los colores naranja, rojo y rojo oscuro, «podrán entrar en España con una PCR negativa en origen o, a partir del 7 de junio, con la pauta completa de vacunas autorizadas por la EMA o la OMS».

El anuncio tuvo lugar apenas unas horas después de que el Parlamento Europeo y los Veintisiete llegaran a un acuerdo para poner en marcha, a partir del 1 de julio, el certificado digital verde (certificado digital UE covid será el nombre oficial). Este documento, junto a la relajación de las restricciones de los viajes no esenciales, «permitirá tener un verano mucho mejor» que el de 2020.

El certificado será «gratuito» y «universal», informará de forma «sencilla» de si su titular ha pasado la enfermedad y está vacunado o si tiene PCR negativa, por lo que se evitarán «comprobaciones complejas» a la llegada a un país. El documento será emitido finalmente por las comunidades autónomas, anticipó el presidente. Sánchez precisó, no obstante, que el Ministerio de Sanidad, a cargo de la canaria Carolina Darias, será el encargado de «coordinar» los diferentes registros y sistemas de información que expedirán los certificados de vacunación a los ciudadanos y que estos podrán solicitar en papel o en formato digital.

«Apoyo absoluto» del Ejecutivo, por tanto, a un sector, el turístico, que volverá a ser, indicó el líder socialista, el «reactor que impulse la recuperación económica a la que España se encamina gracias también al proceso de vacunación», que avanza a buen ritmo y que permitirá conseguir la inmunidad de grupo a mediados de agosto, con el 70% de la población (33 millones) inmunizada «en menos de 90 días».

Según el presidente del Gobierno, España recibirá este verano la llegada de entre el 30% y el 40% de los 20,1 millones visitantes internacionales que llegaron en la temporada estival (junio y agosto) de 2019 (o sea, entre 8,5 y 10 millones de personas), mientras que a finales de año se podría alcanzar el 60% y el 70% de los 83,7 millones de turistas que visitaron el país hace dos años. Unas previsiones más halagüeñas que las avanzadas hace una semana por la ministra del ramo, Reyes Maroto, que auguró la entrada de 45 millones de turistas en 2021. En 2019, el tturismo, según el INE, supuso el 12,4% del PIB, pero el golpe de la crisis del coronavirus hizo descender su impacto hasta el 4,3% .