El BBVA trasladó ayer a los representantes de sus trabajadores la intención de realizar un expediente de regulación de empleo (ERE) que suponga el recorte de 3.798 puestos de trabajo en España y el cierre de 530 oficinas (el 22% del total: de 2.350 a 1.820). En Canarias el anuncio se traduce en el cierre de 14 oficinas y la salida de un total de 149 empleados –78 en la provincia de Santa Cruz de Tenerife y 71 en Las Palmas– de los 825 que componen la plantilla actual tras varios ajustes a través de la incentivación de prejubilaciones.

El ajuste está por encima de las en torno a 3.000 salidas que preveían algunos analistas y afecta al 16% de los 23.330 empleados sobre los que se aplica –el grupo tiene 29.330 trabajadores en el país, pero están excluidos los alrededor de 6.000 que trabajan en sociedades que son orgánicamente independientes como la aseguradora, la gestora de activos o el call center–. Se trata de una primera propuesta y lo habitual es que el banco la reduzca durante las negociaciones con los sindicatos en las próximas semanas.

El recorte afectaría a 3.025 empleados de la red de sucursales (un 21% del total) y a 773 de los oficinas centrales (un 9%: 360 en el centro corporativo, 258 en los servicios centrales de la filial española y 155 en trabajadores que dependen de dichos servicios pero están en las direcciones territoriales).

Los sindicatos amenazaron ayer al banco con “movilizaciones” de protesta: “En CCOO creemos que se trata de unas cifras y un planteamiento de salida insostenible y escandaloso, que se aleja de todo aquello que el banco ha querido hacer creer a la plantilla. Detrás de estos números hay personas y sus familias que se van a quedar sin fuente de ingresos, mientras la alta dirección mantiene e incrementa unos sueldos millonarios que no se corresponden con la gravedad de la situación”.

Dedse Canarias, el secretario regional en BBVA de UGT, Ramón Acaimo Hererra, tildaba de “atropello a los derechos de los trabajadores” el anuncio de ERE apenas unos días después de que la misma Junta que aprobó los despidos votara a favor de un bonus para los directivos de 157 millones de euros.

Los trabajadores del BBVA en España tienen una edad media de 45,3 años y una antigüedad media de 19,3 años. En función de si son hombres o mujeres, los gestores (excluyendo la alta dirección) cobran un sueldo de 117.091 y 105.851 euros al año; los mandos intermedios, 67.403 y 62.69; los especialistas, 47.133 y 43.899; y los que ocupan puestos base, 42.547 y 38.919 euros.

Su consejero delegado, Onur Genç, aseguró en octubre que el BBVA no planeaba ningún ajuste excepcional de plantilla, más allá de mantener el ritmo habitual de unas 3.800 salidas al año en todo el grupo (tiene 123.174 empleados en más de 30 países). Su discurso cambió a finales de enero y anunció que preparaba un recorte sustancial de gastos en su red en España y en los servicios centrales.

En una carta a la plantilla la semana pasada, el banco argumentó que el sector bancario “se encuentra en un contexto de profunda transformación marcada por una enorme presión competitiva, bajos tipos de interés, la adopción acelerada de los canales digitales por parte de los clientes y la entrada de nuevos actores digitales”, lo que hace “imprescindible” reducir costes para la “competitividad y la sostenibilidad del empleo a futuro”. En otra misiva, ayer reiteró que “se buscarán conjuntamente fórmulas que permitan minimizar el impacto en el empleo”.

Las cifras del BBVA se conocieron apenas dos días después de que CaixaBank comunicase su intención de realizar el mayor ERE de un banco español, con 8.291 despidos, 312 en las Islas. Entre 2008 y 2019, las entidades de depósito españolas recortaron 94.016 empleos, hasta bajar la plantilla a 176.839, a los que se sumaron los 2.988 reducidos en 2020 por los 12 mayores bancos del país. Solo con las operaciones en marcha, se prepara un recorte adicional de más de 19.000 empleos. Santander (3.572), Sabadell (1.800) e Ibercaja (750) ya han pactado los ajustes y a ellos se suman los que ultiman CaixaBank, BBVA y la fusión de Unicaja y Liberbank (se prevén entre 1.000 y 2.000).

Calviño busca vías para controlar los sueldos

El Gobierno ha instado al Banco de España a encontrar formas de controlar los salarios de los principales banqueros, coincidiendo con los ERE que preparan las principales entidades mientras mantienen fuertes remuneraciones y bonus a sus cúpulas, afirmó ayer la vicepresidenta segunda, Nadia Calviño, en un encuentro con corresponsales extranjeros. “Esta preocupación la hemos expresado al Banco de España y vamos a utilizar los instrumentos a nuestra disposición para tratar de encauzar este proceso de la manera que sea lo mejor posible para la evolución económica. Tendremos que utilizar los distintos instrumentos y, en primer lugar, creo que el Banco de España como supervisor del sector tiene un papel que jugar para encauzar este proceso de la manera más positiva desde el punto de vista de su impacto en la economía general de nuestro país”, afirmó, según fuentes de Economía. Los salarios y las bonificaciones de los ejecutivos bancarios, defendió, deben estar alineados con la evolución de la industria y la economía.