El Ministerio de Industria y Turismo invertirá 1.900 millones de euros durante los tres próximos años en convertir a los principales destinos vacacionales del país en más sostenibles en lo medioambiental, lo socioeconómico y lo territorial, ha anunciado la titular del área Reyes Maroto.

La ministra y el secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, han presentado este lunes la Estrategia de Sostenibilidad en Destino en Lanzarote, en una de las obras de César Manrique que tradicionalmente se citan como referencia de cómo actuar de forma respetuosa sobre un recurso natural, los Jameos del Agua.

"Desde nuestros destinos de sol y playa más internacionales a los pueblos del interior, pasando por las grandes ciudades y destinos urbanos con identidad turística, vamos a apoyar a nuestros destinos a transformarse en verdaderos polos de innovación y atracción turística más resistentes frente a retos como el cambio climático y la digitalización, y que contribuyan a diversificar nuestra oferta y desestacionalizar la demanda para atraer a un turista de mayor gasto", ha añadido Reyes Maroto.

La Estrategia de Sostenibilidad Turística en Destino sentará las bases de un nuevo modelo turístico para transformar los destinos de acuerdo a criterios alineados con los objetivos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia 'España Puede', según la ministra.

Ha sido diseñada por la Secretaría de Estado de Turismo con la participación de los responsables de turismo de las comunidades autónomas y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), y establece los objetivos y resultados esperados por los programas de Planes de Sostenibilidad, al tiempo que define las categorías de destino en los que se ejecutarán esas actuaciones.

La intención es lograr un desarrollo equilibrado del potencial turístico, repartir la riqueza que genera esta actividad por todo el territorio y ofrecer oportunidades de empleo también en aquellas zonas afectadas por la despoblación, ha indicado Valdés en su intervención.

Otros objetivos de la estrategia son aumentar la competitividad de los destinos, incorporar la sostenibilidad y la digitalización en la gestión de los recursos, infraestructuras y productos turísticos, y mejorar la calidad y el capital natural del sistema turístico.

El destino turístico de sol y playa supone el 65 % del total de la oferta y la demanda turística española y se enfrenta a "un profundo cambio de paradigma competitivo", según el secretario de Estado.

La estrategia quiere incrementar su competitividad y reforzar la variedad de la experiencia turística gracias a herramientas digitales y a la elevación constante de los estándares de calidad.

En cuanto al destino turístico rural, el objetivo de la estrategia es su integración en el sistema turístico mientras se cumplen los objetivos del reto demográfico y contribuyendo a la desestacionalización, la desconcentración y la distribución de la renta turística.

Además, persigue mejorar la calidad de vida de sus pobladores, generar oportunidades laborales, dinamizar espacios sociales envejecidos, generar tejido asociativo y empresarial a escala local.

La estrategia tiene en cuenta también al destino turístico urbano, que concentra aproximadamente un cuarto de la demanda turística internacional hacia España.

Apoyará asimismo la renovación de la oferta cultural y de ocio, y ampliará y diversificará las zonas de interés y la puesta en marcha de herramientas digitales que permitan un mejor manejo de los flujos turísticos.

Además, quiere mejorar los cascos históricos, la conciliación de usos en los barrios y hacer una apuesta por retos asociados con la movilidad verde o la naturalización de la ciudad, ha asegurado Valdés.

La Estrategia de Sostenibilidad Turística en Destinos tiene por objetivo apoyar a los destinos turísticos españoles, cualquiera que sea su escala y el tipo de demanda al que responda, en un proceso de transformación que los conduzca a convertirse en polos de innovación turística capaces de integrar en su oferta la sostenibilidad medioambiental, socioeconómica y territorial.

También quiere que se desarrollen estrategias de resiliencia frente a los nuevos retos del ecosistema turístico, desde el cambio climático, hasta la sobredemanda turística o las crisis sanitarias y de seguridad.

Otro de los objetivos es alcanzar una mayor cohesión territorial, no solo relacionando la oferta y los destinos de cada territorio, sino creando conexiones entre los destinos de distintas regiones.

Se pretende buscar un desarrollo equilibrado del potencial turístico en el conjunto del territorio, al tiempo que se consolidan vínculos de solidaridad en el interior de las comunidades, de manera que contribuyan a la solución de problemáticas comunes.

La estrategia espera mejorar los destinos turísticos gracias a la inversión en actuaciones claves para el aumento de su competitividad que permitan ejercer un efecto tractor sobre la demanda turística y un efecto dinamizador del sector turístico privado, ha manifestado Valdés.

Igualmente, pretende incorporar la sostenibilidad y la digitalización en la gestión de los recursos, infraestructuras y productos turísticos de los destinos.

Asimismo, confía en diversificar la oferta de destinos turísticos para contribuir a generar oportunidades de empleo y actividad, redistribuir la renta y favorecer la cohesión territorial y la desconcentración de la demanda.

Otro de sus fines es mejorar el capital natural del sistema turístico, garantizando su perennidad mediante la reducción de las emisiones, la mejora de la gestión de deshechos y aguas, la protección, restauración y aprovechamiento turístico de los ecosistemas, la renaturalización de los mismos y la introducción de actuaciones de prevención o mitigación de los efectos del cambio climático.