La parálisis del turismo desplomó un 36,27% la economía canaria durante el segundo trimestre del año, periodo comprendido por los meses de abril, mayo y junio y, por tanto, por aquellos en los que estuvo vigente el estado de alerta sanitaria decretado a mitad de marzo. Este es la segunda caída trimestral consecutiva del Producto Interior Bruto (PIB) del Archipiélago, por lo que técnicamente la economía de las Islas entra en recesión. La contabilidad trimestral elaborada por el Instituto Canario de Estadística (Istac) muestra que la economía canaria registró un descenso anual del 36,27% en comparación con el mismo período del año anterior. La contracción está motivada, principalmente, por la parálisis del sector servicios, pero también por el parón de la construcción.

Desde la irrupción de la pandemia del coronavirus el Archipiélago advirtió que sería una de las regiones más afectadas desde el punto de vista económico por su alta dependencia al turismo, pues este sector aporta un 35% del PIB y genera un 40% de los empleos. El desplome del segundo trimestre es, de hecho, 14 puntos superior al registrado a nivel estatal (22,1%). Con respecto al primer trimestre del año, el PIB canario se redujo un 32% frente al 18,51% registrado por el conjunto de España. Se suele considerar que una economía entra en recesión cuando la tasa de variación del PIB arroja números negativos durante dos trimestres consecutivos. Es el caso del Archipiélago, cuya economía bajó un 6,11% en el primer trimestre con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior y un 9,14% en comparación con los tres últimos meses de 2019.

Conjunto del Estado

El estudio concluye, además, que durante el primer semestre de este año la economía canaria cayó un 21,1% respecto al mismo periodo del año anterior. Para el conjunto del Estado la caída en ese tiempo se estima en el 13,1%. Todos los sectores económicos registran caídas importantes respecto al año 2019, destacando el sector servicios como el más afectado con una reducción del 40,6%, seguido de la construcción (-36,5%), la industria (-27,9%) y el sector primario (-7,9%). El retroceso de los servicios en España es del 22%, prácticamente la mitad que en Canarias, lo que evidencia el peso diferencial de este sector en la economía del Archipiélago y, por tanto, la mayor incidencia de la crisis que la pandemia está provocando.

Tales datos, según la Consejería de Hacienda, Presupuestos y Asuntos Europeos del Ejecutivo regional, dirigida por Román Rodríguez (Nueva Canarias), fundamentan la reclamación del Gobierno de Canarias para que el Ejecutivo central asuma las necesidades de las Islas con respuestas distintas y más intensas, no solo en la asignación de recursos estatales, sino en la distribución de los fondos europeos habilitados con motivo de la crisis.

La Consejería, a través de un comunicado, subraya que en el contexto de las consecuencias económicas generadas por la Covid-19, el informe del Istac recoge que los datos del PIB en el segundo trimestre en comparación con el mismo periodo del año anterior, conocido como la variación real del PIB, son los peores de la serie histórica iniciada en el año 2000.

La previsión de las dos patronales canarias para el cierre del año tampoco son alentadoras. Si la Confederación Canaria de Empresarios (CCE) estima que el Archipiélago cerrará el ejercicio con una caída mínima del PIB del 18%, CEOE-Tenerife calcula que el hundimiento puede alcanzar hasta el 25% por el freno turístico y, en especial, por el veto británico. Reino Unido es el principal mercado emisor de turistas de la región, por lo que la decisión adoptada a finales de julio por el Gobierno de Boris Johnson para imponer cuarentena a los pasajeros procedentes de cualquier punto de España, incluido Canarias, supuso un duro mazazo para las expectativas de recuperación.

Impacto inmediato

El efecto de esta medida tuvo efecto inmediato. Jet2 y TUI optaron por cancelar las más de 22.000 plazas semanales que sumaban al Archipiélago y los hoteles de las Islas recibieron una cascada de cancelaciones. El sector registró, además, un frenazo en las reservas de invierno, una cuestión que preocupa, y mucho, en el sector porque puede suponer la pérdida de la temporada alta de las Islas.