Las emisiones de dióxido de carbono volvieron a crecer el pasado año un 2,7% y marcaron un nuevo récord histórico. Inundar la atmósfera de gases de efecto invernadero trae como consecuencia un cambio climático al que Canarias no escapa, con el riesgo que eso supone para la actividad turística. El comportamiento amable de la meteorología es uno de los grandes activos de la industria alojativa de las Islas, que ahora se ven expuestas al riesgo de inundaciones y a perder suavidad en las temperaturas, ya más altas.

Como cada 5 de junio, ayer se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente. Los datos que maneja la Delegación Territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no conceden espacio a la duda. Tomando como ejemplo Tenerife, entre 1944 y 1970 su temperatura media se incrementó 0,09 grados centígrados cada decenio. De ahí en adelante el aumento fue de 0,2 grados centígrados cada diez años.

Javier Fernández, meteorólogo de la Aemet en el Archipiélago, detalló durante una presentación a empresarios del sector alojativo organizada por BBVA que los últimos cuatro años han sido "los más cálidos desde que se recogen datos". Más en concreto, 2016, por efecto de El Niño, fue el de temperaturas más elevadas.

El panorama dibujado por este experto concluye en la intensificación de los fenómenos meteorológicos. Es decir, periodos de sequía más prolongados, olas de calor más habituales e intensas, y precipitaciones torrenciales cuando se produzcan.

Al respecto, el economista principal de BBVA Research, Javier Alonso, expuso la conveniencia de contar con una cobertura de riesgos adaptada a esta situación, que podría "afectar especialmente al sector turístico".

El nivel de los océanos

En la parte positiva, Javier Fernández señaló que no debe entenderse como un patrón definitivo la tardía llegada del frío al continente europeo en el pasado invierno. Esa circunstancia motivó la pérdida de buena parte de la clientela en las primeras semanas de la temporada alta.

La aparición de lluvias de gran intensidad y el calentamiento del Ártico, con el consiguiente aumento del volumen de agua en los océanos, elevan la probabilidad de inundaciones. Sobre todo en ciudades que están solo un metro por encima del nivel del mar, como la capital tinerfeña, o seis metros, como Las Palmas de Gran Canaria.

A ello, Javier Alonso sumó también la posibilidad de que prosperen en un ambiente más cálido insectos transmisores de enfermedades que hasta la fecha no han anidado en Canarias. "La proximidad de África", expuso el economista principal del servicio de estudios de la entidad, unida a un ecosistema propicio para los agentes transmisores, generaría el problema.

Este último es un ejemplo del incremento de los riesgos a contemplar por las aseguradoras en el segmento de salud. Del mismo modo que crecen esas amenazas por los desajustes meteorológicos, con el pedrisco y los vientos intensos sumándose a las fuertes lluvias. Alonso destacó la necesidad de diseñar una buena cobertura de esas circunstancias que podrían generar, incluso, una crisis financiera. "No tener bien provisionado el riesgo genera un problema de financiación que se traslada a los bancos", detalló el economista principal de BBVA Research.

El aumento de la posibilidad de que se produzcan circunstancias que generan daños colectivos y graves obliga a contratar pólizas de seguros que, en principio, serían más caras. Ante ello, Javier Alonso abogó por mutualizar los riesgos. Esto es, convencer a un mayor número de ciudadanos y de, esa manera, contener el crecimiento del precio.

Por su parte, Javier Fernández dio idea de la urgencia de poner coto a los gases nocivos. "Reduciendo hoy a cero las emisiones de dióxido de carbono, el planeta aún continuaría calentándose entre 20 y 25 años", afirmó.

Calor temprano

El aumento de las temperaturas se deja sentir y Centroeuropa es buen ejemplo. En la imagen superior, de esta misma semana, varios turistas disfrutan de un paseo en barco por uno de los canales de Ámsterdam, ciudad en la que se llegaron a alcanzar 30 grados centígrados. A la izquierda de estas líneas, el economista principal de BBVA Research, Javier Alonso, y el meteorólogo de la Delegación Territorial de la Agencia Estatal de Meteorología Javier Fernández (derecha), ayer en la sede central de la entidad financiera en Las Palmas de Gran Canaria, tras exponer sus conclusiones a un grupo empresario del sector hotelero del Archipiélago./ quique curbelo (EFE)