El evento Carrington
Se conoce como evento Carrington la mayor tormenta geomagnética registrada en la historia. Tuvo lugar el 1 de septiembre de 1859 y se denomina así en honor al astrónomo inglés Richard Carrington que observó esta erupción solar y la asoció con una tormenta geomagnética por primera vez.
Esta tormenta solar es la de mayor magnitud registrada en la Tierra en los últimos 500 años. Sus efectos causaron asombro por todo el planeta ya que se presentó en forma de auroras borales, comunes en latitudes polares, que estuvieron presentes en lugares inusuales como Madrid o Santiago de Chile.
El diario español La correspondencia autógrafa publicaba el 30 de agosto lo siguiente: «Anteanoche se dejó ver en Madrid una magnífica y brillante aurora boreal […] A la una de la noche empezó a desaparecer la aurora boreal como una gran sábana que se arrolla y media hora después se había disipado completamente».
El mismo periódico publicaba el día 2 de septiembre que «La aurora boreal que dijimos haberse visto en Madrid perfectamente días pasados, se ha dejado ver también en Granada y otras capitales».
Carrington vio, a través de su telescopio, una explosión de luz blanca en la superficie solar. Decidido a averiguar qué sucedía, siguió observando el astro hasta descubrir unas enormes llamaradas de luz blanca que desprendieron una energía equivalente a diez mil millones de bombas atómicas. Este fenómeno desaparecería tan solo cinco minutos después, pero sus efectos llegarían a la Tierra 17 horas más tarde.
La primera consecuencia visible en nuestro planeta fue el colapso de la tecnología. En aquel momento contaban con líneas telegráficas que se colapsaron e incluso llegaron a quemarse, produciendo incendios y daños personales. Durante 14 horas la red telegráfica cayó en toda Europa y Estados Unidos. Debido a la sobrecarga eléctrica de la atmósfera los telégrafos conseguían enviar mensajes de larga distancia sin el uso de baterías.
Periódicos de todo el mundo se hicieron eco de la noticia, como el Weekly West estadounidense, que publicó que los habitantes de Missouri podían leer durante la noche sin ayuda de la electricidad. La explosión solar fue de tal magnitud que las auroras boreales fueron vistas también en el hemisferio sur.
Esta es la tormenta solar más violenta de los últimos 500 años, por lo que debemos remontarnos al reinado de Carlomagno para conocer una eyección solar diez veces superior a la de 1859. En 1989, una tormenta solar mucho más débil dejó sin luz a Quebec durante diez horas y en 1998, otra deshabilitó un satélite, dejando inutilizables los cajeros automáticos de Estados Unidos. En 2012, la Tierra se libró de un impacto solar gracias a que había abandonado el lugar de la órbita en el que se encontraba tan solo siete días antes.
Actualmente, la comunidad científica se pregunta cuándo llegará la próxima gran tormenta solar. Sin duda, los satélites se verán afectados, dejando inutilizables diversos servicios como la fibra óptica y otros aparatos eléctricos.
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