A Hierro

¿Qué tal está siendo esta vuelta tan atípica al rodaje de Hierro

Tengo la sensación que los seres humanos tenemos una capacidad de adaptación increíble y, aunque al principio estaba un poco preocupado por si iba a ser complicado mantener los protocolos y nos iba a ser incómodo trabajar de esta forma, la verdad es que enseguida hemos visto que no es así. En primer lugar, se nos considera prácticamente una unidad familiar porque pasamos todo el tiempo juntos, tanto en las horas de rodaje como cuando termina la jornada de trabajo, pero es importante seguir manteniendo las distancias, y si eso no podemos garantizarlo nos ponemos las mascarillas. Nos hemos acostumbrado a ir todo el tiempo con ellas y sin problema.

Tan bien lo están llevando que, de hecho, han sido de las primeras producciones en España en volver a rodar tras el estado de alarma.

A lo mejor hubo alguno que empezó a rodar unos días antes pero sí. A pesar de eso, creo que hemos sido especialmente cuidadosos porque nos veníamos a una isla que estaba libre del virus por lo que teníamos que asegurarnos de no ocasionar ningún problema. En la vuelta al trabajo ha habido un punto de aventura muy divertido.

Y tras este parón obligado, ¿todo sigue como lo dejaron en la Isla?

El día que se decretó el estado de alarma paramos el rodaje y tres días después yo ya me estaba marchando para casa con lo que hice una maleta rápida y deje muchas cosas en la Isla. Cuando he vuelto lo he encontrado todo igual que cuando me fui y eso ha sido muy chocante. Todo nos ha ocasionado una sensación muy rara porque no hemos empezado un nuevo rodaje sino que lo hemos continuado y eso no nos había pasado antes. Durante un rodaje se toman muchas decisiones, es tan extrema la cantidad de cosas que se piensan que ahora retomar el trabajo ha supuesto que no nos acordáramos de algunas de las decisiones que habíamos acordado. Tenemos que recolocarnos en este proyecto que ya teníamos en marcha.

¿Y se plantean ahora muchos cambios?

A nivel de guion no. Hemos hecho algunos cambios pero no debido al coronavirus sino porque siempre hay margen y hemos seguido dando vueltas y afinando la historia durante este tiempo, porque siempre se puede mejorar. Al volver y tener que replantear el rodaje en otro momento, las fechas de los actores han cambiado. Además, nos hemos preparado para ir solo una vez a cada decorado porque si entramos a uno hay que desinfectarlo antes, rodamos los días que sea necesario y, cuando nos vamos, lo tenemos que volver a desinfectar, por lo que ha habido que cambiar los planes de rodaje. Incluso algunas cosas hemos decidido rodarlas en otros lugares a los que teníamos planeados porque nos viene mejor por cuestiones prácticas. Pero nada ha afectado al contenido.

Precisamente esta temporada está siendo un poco extraña por todos los contratiempos que se están encontrando en la Isla. ¿Cree que terminará afectando al producto?

Efectivamente han pasado muchas cosas. Pero lo estamos llevando muy bien porque tenemos un equipazo tremendamente cohesionado. Hay muy buen ambiente. Cuando veníamos en el avión había una sensación de excursión, un punto de alegría por volver a vernos después de tantas semanas y estábamos muy contentos de regresar a El Hierro. No llego a imaginar cómo habría sido un rodaje más habitual, con gente menos conectada y desconocida.

¿Y cómo está siendo la incorporación de nuevos talentos al equipo en esta segunda temporada?

Cuando planteamos la posibilidad de hacer una segunda temporada de Hierro sabíamos que solo tendría sentido si a nosotros nos apetecía de verdad y si no era una pura operación comercial para exprimir un éxito. De ahí surgió algo que para mí es muy agradable porque hemos vuelto al mismo mundo de la primera temporada pero también está muy remozado porque hay una historia completamente nueva. Y esto lo hemos comentado con el resto del equipo: creemos que hay un nivel muy similar al de la primera temporada. Hay gente que va a conectar mucho con los personajes, actores equilibrados, el reparto funciona bien, hay cosas que van a sorprender mucho y había grandes retos porque tenemos ahora más personajes infantiles que en la primera temporada. El mundo infantil supone un reto en sí mismo para nosotros pero estoy encantado con lo que estamos haciendo.

También mostrarán una cara de El Hierro que no se había visto antes en esta serie.

Se nos ocurrió explotar toda la zona de las playas, que en la primera temporada no se había visto. Es una Isla muy especial, con mucho carácter y personalidad. Y yo estoy encantado de tener la suerte de retratarla.

Ha comentado con anterioridad que precisamente esta serie le ha dado su mirada como director, a pesar de que ya tenía una larga trayectoria antes de dirigir Hierro

Suena un poco pretencioso y grandilocuente. Pero sí hay algo así. Yo empecé a hacer cortos y a dirigir en Galicia pero tengo la sensación que desde hace pocos años empecé a entrar en una época de madurez. Hasta ahora he estado aprendiendo a contar y ahora me siento más suelto, más maduro como director. Tengo muchas ganas de manejar esto con soltura y sin tanto miedo a equivocarme. Y desde ahí se trabaja con más placer.

A lo largo de su carrera también ha realizado trabajos para el cine. ¿Tiene algún proyecto previsto para después de Hierro

A día de hoy para mí todo es Hierro. Todo mi cerebro está centrando en la serie porque es una locura, es muy compleja. Pero sí tengo proyectos en el cine y es casi seguro que después de esto me meta en un largometraje. Es cierto que hay como una frontera invisible entre el cine y la televisión. Para mí la diferencia es que son diferentes formatos porque no es lo mismo contar una historia en una única entrega de 90 minutos a ocho entregas de 50. Pero al final son historias. Una historia puede tener su formato preciso en tan solo diez minutos. Y todo es cine, son cuentos que contamos a través de imágenes. Seguimos con la tradición de contar cuentos alrededor de una hoguera pero ahora lo hacemos con una tecnología más desarrollada que permite tener imágenes en movimiento. Son historias independientemente de que sean seriadas o que se den en una única entrega.

Para historias las que nos ha dado también esta crisis sanitaria. Para un director, ¿esta realidad que se ha vivido es una fuente de inspiración?

Honestamente no tengo ni idea de si esto va a traer muchas historias o no. Me imagino que vendrán pero por otro lado no sé si todos estamos suponiendo que se van a contar muchas historias sobre el confinamiento y luego no van a cuajar. Ahora mismo todo esto tiene una presencia tan poderosa para todos nosotros en todas las facetas de nuestra vida que incluso da una cierta pereza hablar sobre ello. Pero yo creo que cuando pase un poco de tiempo y tomemos cierta distancia para examinar lo que ha pasado en el mundo quizás podamos tener algo interesante que decir. Ahora creo que existe una sobreexposición del discurso. Se dice mucho y también pasaron cosas tan feas, con tantos intentos de aprovechar este momento tan duro, que a mí al menos no me apetecería nada contar una historia sobre el confinamiento. Al mismo tiempo, hablando sobre un posible proyecto de largometraje hace poco tiempo me surgió la posibilidad de que los personajes iniciaran la historia durante el confinamiento y eso podría funcionar dramáticamente. A lo mejor algún día termino haciendo algo sobre eso pero ahora mismo estoy con Hierro.

Durante el confinamiento precisamente las plataformas digitales, como en la que se emite Hierro

Sí. A este nivel el único interrogante es que esta pandemia al mismo tiempo ha supuesto un duro golpe para la industria. Pero es cierto que estas plataformas fueron una forma de ocio esencial. Ojalá las salas de cine se recuperen porque sería devastador que debido a esta pandemia las salas de cine también terminen tocadas de muerte. Yo espero que no, que se recuperen poco a poco porque me parece una forma de conexión entre seres humanos única, muy especial y, para mí, muy querida. Pero es verdad que la posibilidad de recibir historias desde casa fue esencial durante la pandemia y sin ninguna duda viene para quedarse. Seguimos siendo seres humanos que necesitan contarse historias entre sí constantemente.