La colección Formas mágicas, que aúna en ocho publicaciones las variopintas formaciones geológicas que identifica con personajes y objetos, nació desde la capacidad espacial de Javier Bello Lecuona (Santa Cruz de Tenerife, 1967) en interpretar la naturaleza. Como un juego de niños. Antes de dedicarse profesionalmente al sector del turismo, Javier Bello ya sentía atracción por la naturaleza. Las excursiones familiares le permitían deleitarse en la creación y el León de Taganana marcó su explosión neuronal. De pequeño, en las visitas que realizaba a la capital de la Península de Anaga, siempre alertaba a sus padres de la presencia del león. Su madre, pintora, lo veía más claro cuando se lo indicaba; su padre, el exconcejal del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife Antonio Bello es más aventurero, como lo describe, pero con la capacidad visual de descubrir la magia de dicha forma con las instrucciones de uso que le facilitó su hijo. "Vi cómo a mi padre se le dilataron las pupilas cuando acertó a interpretar la naturaleza y ver al león".

Hace ya dieciséis años, a Javier Bello se le ocurrió realizar una colección de doce láminas de otras tantas formas mágicas de Tenerife y proponerlas a CajaCanarias para el esperado y tradicional calendario que por entonces se esperaba cada Navidad por su bella y cuidada publicación. Se puso en contacto con el responsable de la entidad financiera, Alfredo Orán, quien le advirtió que ya había adquirido un compromiso con el Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), y que gustosamente escucharía la propuesta, pero quedaría pendiente para una mejor oportunidad. Tras esa advertencia se celebró la reunión. Javier Bello le presentó la propuesta a la que Alfredo Orán respondió: "Me has creado un problema. Ya tenía apalabrada la colección con el IAC, pero sacaremos tus fotos antes". Dicho y hecho.

CajaCanarias publicó en la Navidad 2005 el calendario, con 40.000 ejemplares. La aceptación fue tal que preguntaron a Javier Bello si había más formas mágicas. Y nació así Formas mágicas de Tenerife, y luego vendría Gran Canaria y La Gomera, gracias al respaldo económico de Fred. Olsen. "Al dueño de la compañía le encantó la idea. Es un enamorado de la naturaleza. Cuando vio la colección me mandó a llamar desde Escandinavia y me preguntó y me dijo cuántas formas había. Su entusiasmo fue tal que hasta él mismo también aportó alguna interpretación". "Recuerdo que me preguntó si tenía localizado El Barbudo, que se ve desde el bosque del Garajonay, en el Roque Cano, en la zona de Vallehermoso".

La colección de Formas mágicas fue creciendo: Tenerife, Gran Canaria, La Gomera, Lanzarote, El Hierro, Fuerteventura y La Palma... Precisamente esta isla fue la más complicada por la implicación de las administración, pero se logró el objetivo y la colección se culminó con una joya: "Formas mágicas de Canarias". Ocho publicaciones en total. Luego siguieron otras dos: "Los siete colores de Canarias" y "Canarias vista desde el mar". Y comenta con orgullo: "Me he recorrido los 1.583 kilómetros del litoral de las islas e islotes del Archipiélago canario".

E Más de 35 formas mágicas por Islas. Javier Bello asegura tener identificada una media de treinta o treinta y cinco formas mágicas en cada Isla. Eso sí. La elaboración de cada publicación fue posible gracias a un trabajo intenso de cuatro meses por la Isla para hacer un compendio de la experiencia acumulada desde las caminatas infantiles. Una vez recibido el encargo de los diferentes patronatos de turismo, Javier Bello se trazó una forma de trabajo: fijaba círculos de actuación e investigación en cada Isla. "He estado en los 88 municipios de Canarias, y de 5 a 10 días de media en cada uno".

La localización de la forma mágica consiste en hacer senderismo y la observación de la naturaleza. Por una parte, admite que hay que tener habilidad mental para la interpretación del caprichoso de la orografía en estas islas volcánicas; clave para escuchar cuando habla la naturaleza, explica. Pero igual de clave es realizar estas rutas respetando su ritual: "Vas a hacer senderismo porque quieres observar la naturaleza, no para ir hablando del Gobierno de España o del último partido de fútbol". Por Javier Bello decide perder por la naturaleza solo, para facilitar que pueda aflorar su sexto sentido.

E Encuentro entre cruces. Una vez, en uno de sus paseos por el corazón de Anaga, se perdió por uno de los senderos que arrancan en la Cruz del Carmen y se encontró con unos vecinos del lugar que le preguntaron qué hacía por el lugar. Al principio sintió miedo, pero luego siguió caminando y le explicó que trabajaba en un proyecto de Formas mágicas. Sus interlocutores, agricultores de la zona, lo llevaron a una cueva, y cuál sería su sorpresa que se la encontró con unas 250 cruces repartidas en su interior. Según Javier Bello, eran naturales de la zona que, según le explicaron, hacían eso para velar por el cuidado de los montes de Anaga. Le explicaron que ellos se dedicaban a rezar por los montes para proteger el territorio.

En la colección de formas mágicas que ha localizado Javier Bello hay algunas curiosas que se ven en una época determinada del año, como la Calavera, que se identifica con mayor facilidad precisamente en Anaga, pero solo en verano. La incidencia de la luz del sol es fundamental para poner en valor lo que para muchos es una simple piedra. Sin salir de Anaga, pone el ejemplo del León de Taganana: "Según la inclinación de la luz destaca un detalle de su cabellera, una roca que parece que está suelta y que alguien olvidó. Es un monolito macizo que marca la diferencia en el conjunto".

Javier Bello, el hombre que habla con la naturaleza, se define como un "amante silencioso de la tierra" y casi habla con veneración de la naturaleza, que le ayuda transportarse al mundo interior: alma, espíritu y tierra. Aunque estudió para director de hotel y guía turístico, desarrolla su labor en la comunicación y la publicidad, y ha prestado su esfuerzo para poner en valor la orografía, sin ánimo de convertirlo en un negocio.

Detrás de la colección de Formas mágicas llegaron las publicaciones por la costa y las montañas de la Isla. Y cumplimentado el trabajo de campo en Canarias, dio el salto a Estados Unidos. "Tengo once borradores de libros de Norteamérica fruto del año que me pasé de estudios en EEUU".

E Más allá que simples rocas. Javier Bello habla con respeto de la naturaleza y pone voz de solemnidad cuando hace confidencias de sus hallazgos. Retoma la relevancia que para él supuso el León de Taganana, figura que parece como referente en el imperio, el Congreso, el Senado, las Pirámides... Y no podía faltar en Anaga, frente a África.

En este descubrimiento personal, este amante del senderismo habla de fuerza de la naturaleza y se rinde ante las creaciones esculpidas por el viento y la lluvia que han cincelado las formas que él ha ordenado y presentado en ocho libros. "Sin intervención humana. Por tanto, de la naturaleza. De Dios".

Destaca detalles que para otros ha pasado desapercibido, como le ocurrió al Franco cuando estuvo en Tenerife. "El Roque del Este es la primera porción de tierra donde se pone el sol, y ahí Franco realizaba prácticas militares", se lamenta.

Por eso Javier Bello habla con respeto de las formas mágicas que elevó al grado de publicación cuanto tenía 24 años. "Los aborígenes adoraban las formas mágicas", asegura, y cuenta con orgullo la aproximación que ha tenido desde su infancia. De siempre ha mantenido ese diálogo y, para documentarlo, contó con expertos en Biología Marina, Geografía e Historia y Geología.

En su discurso, Javier Bello contagia. Y entra en un mundo que combina ciencia con mística. Por una parte, admite que su facilidad para identificar esas formas mágicas obedece a que le funciona por igual el hemisferio racional y el de la fantasía. Y no lo pasa por alto. Recupera aquella explosión de emoción que sintió su padre cuando identificó al León de Taganana. Javier Bello asegura que pensó que era una broma que no lo identificara, cuando para él era una obviedad.

Ahonda en ese concepto más espiritual que encuentra en la naturaleza, no solo como concepto de creación sino porque forma parte de su yo. Dice que "en nuestra vida hay tres partes: una atiende al mundo social, otra al privado y una tercera, al secreto". Este contacto de Javier Bello con la naturaleza lo enmarca en su 'mundo privado'.

Precisamente en esa búsqueda interior, ya a nivel personal, realiza que practica taichí. En cierta oportunidad participó en unas charlas con un maestro de reconocida reputación, al que le regaló un ejemplar de formas mágicas. En una conferencia que ofreció el maestro de taichí definió la publicación como "un libro que trae luz al mundo".

Dentro de esa cultura, Javier Bello acude a la entrevista sobre las formas mágica con un libro que explica Formaciones de fenómenos naturales". "Todos los paisajes que contienen formaciones que se parecen a los fenómenos naturales han absorbido la esencia del cielo y de la tierra y han recogido poder de las estrellas y de las piedras durante miles de años. Son los paisajes más poderosos en todos los sentidos. Si absorbéis la energía de estos lugares, naceréis con el cielo y la tierra y envejeceréis con el sol y la luna. En otras palabras, estos lugares contienen la energía primordial del Tao en su forma más pura. También son lugares hacedores de inmortales". No considera una casualidad el libro que llegó a sus manos y la reflexión que transmite. Y rescata otra sobre Formaciones animales". "De las formas terrestres que se parecen a un animal se dicen que tienen forma de animal. Existen tres tipos de formaciones de este tipo. En orden creciente de poder son: la forma básica o pasiva, la forma dinámica y la forma mágica".

Javier Bello se siente un privilegiado por disfrutar de la naturaleza e interpretar con elementos que siempre han estado ahí; solo ha faltado quien los ponga en valor y los escuche.

E Retos de futuro. Cuando culminó la publicación de formas mágicas, Javier Bello recibió la llamada desde la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias. Habían decidido lanzar un nuevo producto turístico hasta el punto de que acudieron a Europa y fue elegido entre unas doscientas alternativas como una interesante propuesta de Ecotecnología.

El objetivo del proyecto que se impulsaba desde la vicepresidencia de Gobierno, con José Manuel Soria al frente, y Rita Martín, en la Consejería de Turismo, es adaptar Formas mágicas al mercado, con el desarrollo de una aplicación que permitiría hacer una ruta e identificar desde un dibujo las formas que se localizan en la geografía insular. Este proyecto tuvo una fase inicial con una aproximación en los colegios canarios con el modelo de las formas mágicas de Tenerife. Fue solo un adelanto de un universo aún por explorar: "Esta metodología permitía que los niños conocieran Canarias como un juego", con la misma pasión con la que Javier descubrió el León de Taganana y se lo contó a su padre.