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Copa del Rey

El Lenovo, impotente desde el inicio

El cuadro aurinegro se ve superado de forma clara por un Real Madrid (94-74) superior en todo momento

Borg trata de defender a Heurtel en el partido de semifinales. ACB Photo

Una semifinal sin historia. El Lenovo Tenerife ha caído de forma clara ante el Real Madrid (94-74) en su estéril intento de meterse en su primera final dentro de una competición nacional. Los aurinegros parecieron estar en disposición de aguantar las primeras embestidas del conjunto blanco (10-8), pero en cambio se encontraron con el enorme acierto de su rival desde el 6,75, hasta el punto de que los blancos acertaron en 10 de sus 15 primeros triples. Un arreón protagonizado por Rudy Fernández supuso el principio del fin para los canaristas, que tras varios minutos haciendo la goma (28-22) se rindieron a la evidencia ya antes del descanso (42-28), sobre todo en una segunda parte que no tuvo historia alguna.

Los laguneros pagaron el discreto partido de Huertas, que pese a irse hasta los 12 puntos, evidenció muestras de estar todavía enfermo, a la vez que se mostró incómodo desde el salto inicial (seis pérdidas) ante la agresiva marca de sus pares: Deki Todorovic aportó 12 puntos para los isleños mientras que Shermadini, muchas veces inferior bajo los aros y condicionado por las faltas, acabó con 14.

Como estaba escrito en el guion previo, Huertas ya sufrió de entrada ante la marca de su particular pesadilla cada vez que se mide a los blancos: Jeff Taylor. Condicionante que vino con dificultad extra, ya que a la incomodidad sufrida en ataque el base brasileño también tuvo que lidiar, atrás, con el mayor físico de Abalde. Una descompensación de la que se acabó beneficiando Tavares, que pescó varios balones sueltos cerca del aro canarista (7-2).

Pese a que Huertas se atrevió a una bomba delante del propio gigante caboverdiano y Shermadini supo definir en segunda oleada (7-6), el Lenovo Tenerife se topó con otra serie de inconvenientes. Alguno de ellos, no previstos. El principal, la aportación exterior en el Madrid de Taylor, autor de tres triples (13-8), a lo que se unió la segunda falta de Shermadini tras solo cuatro minutos de juego.

Pese a que entre Sastre (4/4 en libres) y Guerra trataron de sostener al equipo isleño, el Real Madrid dio continuidad a un primer cuarto tonto desde el perímetro, faceta en la que los blancos llegaron a estar con seis canastas de siete intentos, algunas de ellas sobre la bocina de 24 y con la colaboración de un par de ayudas aurinegras demasiado largas. Se movió así el conjunto de Pablo Laso en rentas que rondaron la decena (21-10 y 26-16) y solo alguna que otra buena defensa y dos finalizaciones tras sendos rebotes ofensivos de Guerra y Wiltjer dieron algo de aire a los canaristas coincidiendo con el final del primer acto (26-20).

Pese a algunos momentos en los que dio muestras de suma paciencia para dar con la mejor opción en ataque, le estaba dando al Lenovo, como mucho, para hacer la goma (28-22, 11'). Aguantar como podía a un Madrid que no solo mantuvo su nivel de acierto del arranque, sino que además lo incrementó con la entrada en escena de sus rotaciones. Thompkins le hizo mucho daño a Wiltjer a la media vuelta cuando se fue al poste, y pese a la decisión ofensiva de Sastre, siete puntos seguidos de Rudy -el decimosegundo jugador en la rotación merengue- dieron al cuadro de Pablo Laso su máxima renta: 42-28.

El Lenovo trató de agarrarse a la semifinal de la mano de Huertas (penetración) y Shermadini con un 2+1 (42-33, 18'), pero como en situaciones anteriores se dio de bruces con el estado de gracia madridista desde el arco. Esta vez la cachetada la propinó Yabusele para el 45-33 (llegaron a estar con un 10/15 poco antes del descanso desde el arco... y en el aro supuestamente bueno de la Copa).

El acierto de los blancos desde el exterior no solo les permitió dar siempre un paso más largo que los canaristas (no anotaron su primer triple hasta que faltaba minuto y medio para el descenso, que alcanzaron un 1/6), sino que además les generó un extra de intensidad y motivación, plus que se tradujo en ser los beneficiados de todos y cada uno de los balones que quedaban sueltos.

Recuperaciones, rebotes ofensivos (seis) y canastas de Llull y Tavares para que el Canarias se fuera al intermedio 12 abajo y, sobre todo, con unos guarismos en contra desconocidos en sus últimos encuentros. Con Huertas a medio gas (seis pérdidas) y sin noticias del tiro exterior, de nada le sirvió a los de Vidorreta llegar a la media parte con un notable 13/20 en tiros de dos y un sobresaliente 9/10 en libres.

Desperdició el Canarias sus dos primeros ataques del tercer acto, justo antes de que Shermadini se colocara en tres faltas y que, al regreso a la cancha de Huertas respondiera Laso sacando también a Taylor (52-38). Shermadini aportó en un par acciones (52-42), pero entre que Tavares se hizo grande en el otro aro, el Madrid sí atinó desde el arco en el aro maldito (triples de Abalde y Taylor) y a Huertas le costaba un mundo siquiera recibir la bola, el Lenovo se llevó otro golpe de realidad: 60-42 (35').

Trató de responder el equipo lagunero también desde el perímetro (triples de Salin y dos de Todorovic para el 60-48 primero y el 64-51 después), contando también con alguna acción esporádica de Huertas. Pero la entrada en escena de Tavares (ocho puntos en el tercer cuarto) y el triple final de Thompkins fueron un golpe de gracias para el equipo tinerfeño (73-55). Pese a su ¾ desde el perímetro en ese periodo, el Madrid supo aguantar el envite con un 3/6 con el que metía los dos pies en la final.

Lejos de apurar cualquier mínimo resquicio para recurrir a la épica en los diez minutos finales, al Canarias solo le dio para un estéril intercambio de canastas con el que al menos logró que su desventaja no siguiera ampliándose. El cuadro de Vidorreta dio, aunque no con la fluidez necesaria, con varias vías de anotación, pero en cambio fue incapaz de frenar la impronta ofensiva de Heurtel y Poirier (nueve y diez puntos respectivamente en el cuarto periodo) en un Madrid que pese a tener ya la final en el bolsillo no bajó un solo ápice su intensidad defensiva hasta el 94-74 final.

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