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Liga ACB

Irreconocible en el regreso

El Iberostar Tenerife salda su vuelta a la competición con una incontestable derrota ante un rival que siempre lleva la delantera l La derrota y el -13, malos datos para las aspiraciones aurinegras de pasar a semifinales

Irreconocible en el regresoJosé Manuel Pérez

Planchazo en el reestreno. Después de casi 100 días sin competir el Iberostar Tenerife estuvo ayer muy lejos de su mejor versión. Ni siquiera cerca del mínimo para tratar de discutirle el triunfo al Unicaja en la primera jornada de la Fase Final de la ACB. Un pobre arranque (4-15), el nefasto inicio en el tiro de tres (1/10 frente al 7/10 de su rival), y el ser incapaz de encontrar a sus mejores hombres -Huertas y Shermadini apenas pudieron producir con regularidad maniatados por las defensas de ayudas del cuadro andaluz- condicionaron por completo al conjunto lagunero. Un equipo, el del retorno, desconocido y que bien haría en recuperar su identidad para mantener intactas sus opciones de hacer algo grande en esta cita.

Pese a verse dos veces contra las cuerdas con el 26-41 (19') y el 32-46 (23'), los de Vidorreta recurrieron a la paciencia para seguir en partido (54-60, 30'). Sin embargo, un parcial de 7-18 coincidiendo con otro bache ofensivo y la incapacidad para frenar a Elegar dentro, ni a Waczynski en el exterior, tiró por tierra cualquier posibilidad de voltear la situación.

De entrada dio la sensación de que el Canarias iba a sufrir para contener a su rival cerca de canasta, con Mekel posteando a Huertas y Gerun cargando el rebote ante Shermadini. Sin embargo, la verdadera diferencia llegó desde fuera, y no tanto por esos jugones a los que tanto reconocía temer Vidorreta. Y es que el Unicaja empezó a hacer daño desde el perímetro gracias a buenas circulaciones a las que los aurinegros no terminaban de llegar. Así, con los triples de Adams, Thompson y Bouteille, los andaluces fabricaron un 0-10 (4-15) que encendieron las alarmas de los laguneros en apenas cinco minutos de juego.

Los canaristas no se desesperaron y trataron de empezar a producir de manera regular. Lo hicieron siendo algo más agresivos atrás, cerrando su rebote y recurriendo a Shermadini cerca de canasta (12-17). Con todo el quinteto titular ya descansando, los aurinegros dieron continuidad a su mejora (15-20 tras triple de White), si bien cada ataque de los de Vidorreta era un encomiable ejercicio de sufrimiento ante la incisiva defensa del Unicaja, cada vez más arriba en la zona y ahogando las líneas de pase canaristas. Aún así, sendas canastas de Lundberg y Bogris dejaron la desventaja de los laguneros en solo dos puntos (19-21, 13').

Pero ahí el partido regresó, en parte a sus orígenes. El Unicaja sacó provecho de un triple de Waczynski y un 2+1 de Brizuela (19-27) al que solo respondió un Bogris que recordó la buena mano a media distancia que ya exhibió en su primera etapa como canarista (23-29). Era la única manera de aguantar, con el gancho, a su rival, toda vez que el Iberostar empezó su particular cruzada con el tiro exterior. Así, White, López, Huertas y Díez erraron solos desde más allá del 6,75. Todo lo contrario que un Unicaja que elevó su porcentaje de acierto hasta un 7/10 para amagar con romper el partido (26-41). Otro momento crítico que los aurinegros al menos pudieron amortiguar rompiendo su divorcio con el tiro de tres con las canastas de Gielo y Salin (32-43, 20').

No pareció mejorar lo suficiente la situación a la vuelta de vestuarios, con un Gerun demasiado suelto cerca de canasta (32-46). Ahí el Canarias recurrió a una zona 2-3 que al menos le permitió contener a su rival y estabilizar su desventaja entre los ocho y los 12 puntos. A las acciones de Thompson por el centro de la zona respondían Huertas, White y Díez, toda vez que Shermadini regresó salgo perdido desde el banco.

Con el cuchillo entre los dientes y subiendo líneas en defensa, el Iberostar creyó en sus opciones con cinco puntos seguidos de Salin (48-55), pero justo en ese momento a Huertas y a Shermadini se les bajó la persiana, coincidiendo también con la puesta en escena de la imparable conexión Mekel-Elegar y el día más inspirado de Waczynski (4/4 en triples). De pensar en la victoria el cuadro lagunero había pasado a besar la lona en solo cinco minutos (56-74, 34').

Los minutos finales solo sirvieron para que Huertas terminara de frustrarse, aunque también para que la plantilla canarista interpretara (con un par de buenas defensas y otras tantas finalizaciones) la conveniencia de que la derrota fuera lo menos abultada posible. También saben ya en el vestuario aurinegro qué no hay que hacer más para poder optar a algo en esta cita de Valencia.

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