Enero fantástico para el CD Tenerife

Entre el 29 de septiembre, día de aquella victoria en Lugo (1-4) que ilusionó al tinerfeñismo con la posibilidad de pelear con el ascenso y la derrota en Riazor ante el Deportivo de La Coruña (2-1) del 20 de diciembre, el Tenerife sumó 8 puntos de 39. Se hundió de tal forma en la tabla que parecía candidato claro al descenso de categoría. Agotada la primera bala, la del cambio de entrenador, no parecía que Rubén Baraja hubiera mejorado a Aritz López Garai. Quedaba la oxigenación necesaria de las vacaciones navideñas y el mercado invernal.

El técnico blanquiazul dobló su apuesta, prescindió de pesos pesados como Malbasic y Naranjo y dio paso a la cantera a la espera de los refuerzos. Sin las peñas en el Heliodoro, logró que su equipo compitiera por primera vez al nivel que deseaba ante el Albacete (4-2). Una semana más tarde sufrió en el campo de un Segunda B, el Rayo Majadahonda, y acabó sacando adelante la eliminatoria copera en los penaltis.

Cuatro días después cayó en Huesca (2-1), pero ofreció buena imagen y ser marchó de El Alcoraz con la sensación de que mereció más en aquella visita. El apretado calendario le traía, casi sin tiempo, a otro gallito como rival: el Girona de José Luis Martí. Le valió entonces un gol de Nahuel Leiva para sumar tres nuevos puntos después de resistir el vendaval catalán. La confianza crecía, pero lo iba a hacer aún más al conseguir imponerse a un Primera, el Valladolid, en la Copa.

El Tenerife también sabía sufrir y volvió a demostrarlo, con uno menos durante 70 minutos, soportando el 0-0 en el derbi. El esfuerzo se multiplicó tres días más tarde ante el Athletic (3-3), con prórroga incluida, y dando una gran imagen. Siguiendo esa inercia, derrotó el pasado viernes al Sporting (3-1): 10 de 15 puntos en enero en lo que supone su mejor tramo liguero de la presente temporada 19/20.