Cuestión de perspectiva

No hay presión en el entorno del CD Tenerife. El floreciente proyecto de Víctor Moreno y Aritz López Garai parece haber conquistado los corazones blanquiazules. Ni siquiera la derrota del pasado domingo ante el Fuenlabrada provocó la ira de la afición, que sí se fue decepcionada. Pero que no pide a estas alturas ni cabezas ni un puesto más alto en la tabla clasificatoria. Reina la paciencia y la confianza porque gusta el juego desplegado y porque se espera, todavía, lo mejor de la decena de fichajes realizados. Y eso que el equipo blanquiazul solo cuenta con un punto más (8) que la campaña pasada a estas alturas (7).

Entonces, José Luis Oltra ya llevaba dos jornadas en el cargo y Joseba Etxeberria el mismo tiempo en el paro. El vasco fue destituido después de encajar su primera derrota en el Heliodoro (ante el Reus en la quinta jornada). Pese a que el Tenerife ganó en la séptima al Cádiz en casa (1-0), afloraban las críticas contra el presidente y, sobre todo, su director deportivo.

El asunto no paró en las siguientes semanas hasta que Alfonso Serrano, de acuerdo con el club, puso fin a su etapa en la Isla. Los fichajes principales, José Naranjo y Nano, ya estaban por entonces en el ojo del huracán. Tanto que Oltra llegaría a sentar al andaluz por primera vez en la novena fecha liguera. El tinerfeño caería poco después. Ambos llevaban un gol, como Dani Gómez y Ramón Miérez en la presente campaña.

Todo ha cambiado ahora. La decepcionante Liga 18/19, lejos de aportar desesperación a la hinchada blanquiazul, ha rebajado las expectativas. Se observa el proyecto de este curso como un reinicio, en el que se ha hecho necesario apostar por un entrenador nuevo y por una revolución que afectó a la mitad de la plantilla.

Se valora la línea de juego elegida por López Garai, así como el hecho de haber logrado ya una victoria a domicilio (0-4 al Albacete), mucho antes que en el Campeonato anterior. Además, hay incorporaciones que ya han empezado a ganarse a su afición, como Ortolá o Álex Bermejo. Y hábilmente, el técnico ha sabido sacar del foco a aquellos que no han cumplido inicialmente las expectativas, como es el caso de Sipcic.

Este Tenerife, que apunta maneras, está a cuatro puntos del playoff (en 2018 a seis) y dos por encima del descenso, la misma distancia que hace un año. Felizmente, la exigencia es hoy menor.

Atendiendo a las cifras de la jornada siete desde el retorno al fútbol profesional en 2013, mejora en un punto el tanteo de tres de las seis anteriores, iguala a 8 con otras dos y solo le supera la 17/18, en la que el Tenerife de José Luis Martí disponía ya de 10 puntos. Las cifras son similares en los goles a favor, pero sorprende que tenga el segundo peor bagaje en los encajados. En la 15/16 sí que había recibido más tantos (13).

La estabilidad actual solo encuentra comparación con la campaña del retorno a Segunda, en la que el equipo blanquiazul no logró su primer triunfo hasta el séptimo encuentro. Había nervios, pero no se dudaba de la capacidad del técnico y la plantilla para sacar adelante la situación. Como ahora.