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CD Tenerife

30 años de una gran gesta del CD Tenerife

Hoy se cumplen tres décadas de la goleada al Real Betis en la promoción que abrió el camino del segundo ascenso a Primera del Tenerife

30 años de una gran gesta del CD TenerifeArchivo

Los niños de aquella época eran del Real Madrid o del FC Barcelona. Alguno, más por influencia familiar que otra cosa, se apuntaba al Atlético, el Athletic o la Real. El Tenerife era otra cosa: el equipo de la Isla que siempre estaba en Segunda A o en Segunda B. Pero algo cambió en aquella temporada 1988/1989.

Javier Pérez había llegado a la presidencia del club en el verano de 1986 prometiendo regeneración después de la etapa de Pepe López y osó hablar de llegar a la élite. Primero, con Martín Marrero a los mandos, volvió a la categoría de plata. Al año siguiente estabilizó al club en ella y comenzó un curso que acabaría en gesta.

José Antonio Barrios, histórico del club, hacía las veces de directivo y secretario técnico. Eligió a Benito Joanet, que había sido su entrenador en el Hércules, para el banquillo y conformó un grupo que, en principio, no debía aspirar al ascenso. Pero... ¿por qué no? Las cosas empezaron a ir bien después de ganar el derbi a Las Palmas en la tercera jornada de Campeonato. Fuera de casa se dio el salto de calidad ganando a Deportivo, Mollerussa, Barça B y Lleida en las primeras 13 jornadas. Ahí se colocó en ascenso el conjunto blanquiazul, que ya no bajaría de la cuarta plaza hasta el final (había dos billetes directos y dos puestos de promoción).

La seguridad de Belza en la portería, con Herrero y Lema como jefes de la defensa, Guina en la sala de máquinas y Rommel en el capítulo realizador comandaron una escuadra capaz de llenar el Heliodoro y de generar olas de euforia e ilusión.

A cada mal resultado una reacción propia de un grupo sólido, de un equipo bien armado y competitivo, con un entrenador cualificado y serio al frente. Así sucedió, por ejemplo, cuando el Burgos ganó en la Isla a falta de dos jornadas para el final del Campeonato. Edu marcó en el minuto 84 y Bastón se lució. Ni un penalti le entró al Tenerife aquel día. Pero el fin de semana siguiente fue capaz de ganar al Castilla y cerrar su presencia en la promoción con cuatro goles de Rommel.

Y llegó el gran día. Contra el rival que nadie quería. El Betis de Pumpido, Poli Rincón, Calderé, López Ufarte o Pato Yáñez. El Heliodoro registró una entrada espectacular aquella noche de miércoles, un 28 de junio como hoy. El Tenerife volvió a responder y goleó a un rival gigante, pero que pareció de juguete aquella noche. Un doblete de Rommel, un gol del marroquí El-Ghareff y otro en propia puerta de Julio hicieron creer a la afición por primera vez en el ascenso a Primera. El que estuvo aquel día en el Estadio seguro que recuerda detalles de aquella hazaña.

Cuatro días después, ni las amenazas de emular el España-Malta en el mismo escenario, el Benito Villamarín, ni la permisividad del colegiado Ramos Marcos, tumbaron a los blanquiazules. Fueron noventa minutos de sufrimiento que desataron la mayor de las alegrías. Joanet fue alzado a hombros por sus jugadores y las calles de Santa Cruz se llenaron de aficionados. Ahí, hace 30 años, empezó la época de oro del CD Tenerife.

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