Atletismo | Campeonato del Mundo

Budapest espera la mejor versión de Samuel García

El palmero confía en confirmar la trayectoria alcista que exhibió en los Nacionales

Compite el sábado junto al relevo 4x400

Samuel García, en Budapest, ciudad donde se celebran los Mundiales.

Samuel García, en Budapest, ciudad donde se celebran los Mundiales. / ED

Manoj Daswani

Manoj Daswani

Es cuestión de velocidad. A Budapest, la ciudad de los zapatos, llega Samuel García Cabrera (Santa Cruz de La Palma, 1991) con la idea de trazar las ciento y pico zancadas que le separan de un nuevo hito: otra final mundialista. La tendrá a tiro de una sola carrera este sábado (18:30 horas) en las semifinales del relevo largo, para el que está alistado junto a Iñaki Cañal, Bernat Erta, David García y Óscar Husillos. Cuatro de ellos serán los elegidos para clasificar a España para la cita del domingo, ahí donde se juegan los metales.

García llega con buen pálpito. «En los Nacionales las sensaciones acompañaron, me sentí bien. Nos jugábamos mucho, más todavía porque es año preolímpico y de Mundial; y saqué un rendimiento que hacía años que no obtenía», relata desde el inmenso estadio de la capital húngara, una joya arquitectónica «donde da gusto correr». Haberlo hecho en 45 y medio en su última gran cita le permite haber llegado «con un plus de confianza para seguir adelante y ser optimista».

«El trabajo, después de un tiempo difícil, está saliendo de nuevo a la luz», destaca el isleño, doblemente feliz por su participación más reciente en los Campeonatos de España. «Quedé contento por la medalla y por el tiempo que hice. Obviamente mejor salir con bronce que con nada; la del 400 es una prueba de mucho nivel. Pero aún así me quedo sobre todo con la marca porque fue acorde a lo que venía entrenando», asegura.

Respecto a los Mundiales ya iniciados el pasado sábado con doble éxito español en marcha, Samuel cuenta que «éste es el reto máximo del año», si bien luego seguirá buscando marcas y progresión en los mítines internacionales que ya ha apuntado en rojo en el calendario. «El proceso de clasificación para los Juegos ya está abierto desde el 1 de julio y todo lo que hagamos es importante, todo cuenta», afirma.

Con la vista a corto plazo puesta solo en Budapest, expone García que «entrar en la final es posible». Y una vez ahí, a soñar. «Tal vez podría caer un bronce. Pero cuando estás en las horas previas no piensas en eso. El equipo es verdad que ha llegado un poco justo en cuanto a lesiones y no es el mejor momento para hablar de podio ni distraerse en eso; sí nos planteamos luchar en serio por la clasificación. Y la realidad es que habrá opciones de todo si estamos todos al 100%», completa.

Motivado y con la sonrisa en el semblante porque ha recuperado sensaciones, confianza y velocidad, deja la conversación con García Cabrera una inequívoca señal de autoestima alta y fe en sí mismo. «Soy un atleta que puede bajar de 45,00», sentencia. «Todo pasa por seguir la línea que estoy llevando. He tenido molestias, una cirugía el año de Tokio (2021) y volver a la normalidad se hace difícil. La premisa para seguir progresando pasa por no tener problemas y buscar el punto perfecto. Es una cuestión de velocidad, clave en mi prueba; y entrenar mucho esa faceta es lo que me hará cumplir objetivos en las citas importantes. Tengo claro que es en los grandes mítines donde puedes brillar y hacer marca. Creo que sí, que puedo bajar los 45,00. Y eso me daría muchas cosas, por ejemplo una plaza para París», añade.

Quiera o no, el horizonte a un año vista –con los Juegos a la vuelta de la esquina– hace inevitable hablar de la ciudad de la Torre Eiffel, del 2024 que viene y de un sueño por cumplir. «Estoy ilusionado con ir, no te voy a engañar. Para mí serían mis primeros Juegos normales porque los de Tokio fueron atípicos. Y me hace ilusión competir con público, hacerlo con mi familia en la grada, y eso pasa por clasificarnos. Claro que veo factible entrar, además en la prueba individual. Van 48 y ya estoy entre los 90 primeros. Vengo de muy atrás, de estar en el puesto 180; y tengo también el reto del relevo masculino y el mixto. Incluso veo opciones de pelear algo grande». Pero primero, Budapest. Primero, el sábado.

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Para que en el firmamento del atletismo isleño aparezcan más deportistas de referencia como Samuel hacen falta instalaciones, apuesta de las instituciones, planificación y medios. Según asegura el palmero, también es crucial que haya una Federación Canaria que se implique, ayude y sea resolutiva. Sea como fuere, en su caso el mérito es doble. «Donde yo crecí no había sitios adecuados para entrenar, ahora ya sí. Y evidentemente la única solución pasaba por irme al Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, como así hice. ¿Si lo haría otra vez? Seguramente», responde a su propia pregunta. Dependerá de muchos factores que el atletismo sea semillero de más talento e iconos de éxito. Pero desde luego él ya ha puesto de su parte siendo ejemplo para los demás. Un espejo donde mirarse otros deportistas palmeros.

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