Las Guayotas se enfrentan en 15 días a su temporada más complicada, y es que el salto de Primera División a la División de Honor es muy grande. Para ello el equipo que dirige Iztiar Pavón trabaja «a destajo» con el objetivo de compactar un grupo de jugadoras que consoliden «la permanencia», aunque si viene algo más tampoco sería de extrañar. En ello está la madrileña, que considera que cuenta con un grupo «joven, pero con experiencia y muy polivalente» que puede dar sorpresas a lo largo de una temporada que comienza el miércoles 19 ante el Atlético Barceloneta.
Las incorporaciones de María Ramos, Elena Alcón y María Sagrera dan esa juventud por las edades que tienen (19, 18 y 20 años, respectivamente), aunque son algo más que veinteañeras. De hecho vienen a Tenerife no a foguearse, sino a estar a pleno rendimiento de cara a lograr los objetivos marcados a sabiendas de la experiencia con la que cuentan en División de Honor.
Con ellas estarán las canadienses Jessica Gaudreault y Blaire Mcdowel y la neozelandesa Emily Nicholson, que «dan solidez» al proyecto por su «tremenda experiencia a nivel internacional». Hasta aquí genial, pero hay un hecho que puede marcar diferencias en la competición, que no es otra cosa que la «polivalencia» que atesoran las fichas con las que contará el proyecto Pavón.
El conjunto final mantiene la veteranía y la solvencia del núcleo duro de las tinerfeñas representado por Elena Domínguez, Fátima Pérez, Clara Ríos, Júlia Rodríguez, Alba Sánchez (que sigue de segunda entrenadora) y la nueva capitana, Eugene Gege Pirat. Un bloque con muchos partidos a sus espaldas y con la sangre guayota recorriendo sus venas.
Mucho equilibrio
Sobre ello, la técnico de la santacruceras refuerza la idea de que cuenta con «un equipo equilibrado y con experiencia, personas que vienen de jugar en selecciones y ligas nacionales, con lo que saben de qué va esto. Pero además, debo decir que tengo un equipo muy polivalente», asegura.
«Casi todas las jugadoras pueden jugar en todas las posiciones por lo que solo puedo decir que es un lujo, pero eso tiene también sus complicaciones [risas], porque en cada partido es complicado elegir un equipo o una distribución».
La exjugadora es consciente de que tanta versatilidad supone en los entrenamientos mucha competencia «y eso es bueno para el equipo porque constantemente mantiene una tensión que nos servirá desde que empiece la temporada».
Itziar Pavón se mantiene firme en la idea de que «el objetivo principal es la permanencia y luego lo que tenga que venir vendrá», rechazando que se tengan miras más allá de mantenerse en la División de Honor: «que quede claro, el club y las chicas saben que el objetivo es mantenernos; todo el mundo lo sabe y todo está enfocado para lograrlo».
Recuerda que esta meta es complicada y que el equipo cuenta con la «desventaja» de no contar con amistosos en pretemporada cuando en Cataluña y Madrid tienen liguillas, aunque «solo doy gracias a la familia Echeyde porque entre unos y otros nos estamos ayudando», afirma.
