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Voleibol

El Tenerife Libby’s se reencuentra con la Supercopa

Las jugadoras de Juan Diego García suman un nuevo título para el club en un encuentro ante el Arenal Emevé en el que sufrieron en varias fases del choque

Las jugadoras del CVHaris celebraron en la cancha la consecución del segundo trofeo de la Supercopa tras una espera de seis años. Carsten W. Lauritsen

Llegó el día y el Tenerife Libby’s no falló y se llevó a sus vitrinas su segunda Supercopa de España después de seis años de sequía y tres subcampeonatos ante un dignísimo rival, el Arenal Emevé de Lugo, al que superó por un 3–1, no sin antes pasar dificultades en determinados tramos de los juegos en disputa, principalmente en los tres primeros.

El equipo lucense vino a la Isla a por todo y con muchas ganas de venganza después de su derrota en la pasada final de la Copa de la Reina. Pero no, el ganador fue el grupo que dirige Juan Diego García al imponerse en un encuentro sufrido. Bien es cierto que el CV Haris partía como gran favorito, porque decir lo contrario sería equivocado después del gran final de temporada que tuvo y los nuevos refuerzos que ha sumado para disputar la Champions League en la temporada que comienza.

Pero pintaban bastos también, y mucho más desde el momento en el que el viernes el Gobierno de Canarias decretara Máxima Alerta por la llegada de la tormenta Hermine. Esto impidió que el público no pudiera acudir a las gradas del recinto de Los Majuelos, tal y como había sucedido la temporada anterior en la final de la CEV Challenge Cup ante el Bene de Scandicci. Un palo muy grande para un bloque que tiene en su afición un jugador indiscutible dentro de la pista.

A pesar de ello, las laguneras se sobrepusieron al frío que hacía en el Santiago Martín por la alerta y a la necesidad de ensamblar un equipo que tras lo visto, todavía le falta un poco para que funcione sin que se gripe para igualar la imagen del año pasado, la que pesa entre los aficionados del Pablos Abril de Taco.

Eso sí, también hay cosas muy positivas las que se vieron en la pista y que al final fueron claves para vencer al correoso equipo lucense. Entre otras muchas, el saber sufrir en los malos momentos; en la sociedad que se puede establecer entre los fichajes de Elena Arán, Avie Nice, Meg Wolowicz y Julie Lengweileer (algo menos entonada ayer); y la consistencia y letalidad impuesta por las dos Patricias, Aranda y Llabrés, junto a la potencia de Lisbet Arredondo, que fue la MVP de la final tras un imponente último juego en el que ella y Arán desde el saque borraron al Arenal de la pista para finiquitar el partido (3–1).

Pero no fue fácil, ni mucho menos, el encuentro para las tinerfeñas y de hecho las lucenses llevaron la iniciativa del partido en el primer set, dominándolo en todo momento. Las de Manuel Blanco vinieron a por todas y desde el principio sumaron ventajas significativas (8–15) por una línea de bloqueo local que no funcionaba y una defensa que no terminaba de ser sólida ante el empuje de jugadoras como Sara Folgueira y Valentina Galiano, auténticas pesadillas para las de García.

Pero el Haris es el Haris y siempre vuelve cuando más se le necesita. Con mucho trabajo de Aranda y con Avie Niece haciéndose grande en la red y algunos chispazos de Wolowicz, las de Taco lograron un parcial de 7–0 (15–15) para igualar la manga, ponerse por delante en el tramo final (23–22) y sacar el juego adelante (25–22), a pesar de un sufrimiento inmenso.

Pero el Arenal tiene orgullo y dejó muestras de ello. En la continuación empezó con pequeñas diferencias a su favor con un parcial de 0–7 (2–9). Eran momentos en los que las laguneras fallaban en el saque y el bloqueo funcionaba a trompicones, pero poco a poco se rehicieron, otra vez, con Aranda llevando la manija y Lengweileer apareciendo (15–15 ). No obstante, el empuje de las lucense con las destacadas Folguera y Prol les permitió igualar la contienda (1–1) tras una situación de acordeón continuo en el marcador, tal y como ocurrió en la primera manga.

En el tercer acto fue mucho más igualado, pero la diferencia la pusieron las norteamericanas Meg Wolowicz y Avie Niece, que pusieron las primeras diferencias en el marcador (12–9). En esos instantes habían sumado 10 y 9 puntos, respectivamente, lo que dejaban clara su importancia en el juego. Ellas y con Julie en el saque, el Tenerife Libby’s obtuvo parcial de 6-0 para las locales, llevando el juego al 24–17 que sería definitivo para alcanzar el final (25–22) a pesar de una pequeña reacción del Arenal Emevé.

 Con el 2–1 a favor y un buen final en el anterior juego, las tinerfeñas se comieron a las lucenses en todos los aspectos del juego. Ahí emergieron las figuras sin contemplaciones de Lisbet, la de Avie y la Elena (un parcial de 17–0 con ella en el saque), quienes con un trabajo serio en ataque, una mejor defensa global y una maravillosa Patricia Aranda que volvió loca a la defensa del Emevé, llevaron en volandas al CVHaris para levantar el tan ansiado trofeo de la Supercopa de España tras seis años de espera desde la última vez que lo consiguió (2016).

Y una lectura clara. Falta trabajo y compenetración para que el equipo consiga su plenitud de rendimiento, recursos y vuelva a ser el conjunto contundente de la temporada pasada en ataque y se reencuentre con la complicidad en el bloqueo y la defensa en la pista.

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