Entrevista | Gonzalo Giner Veterinario y escritor/Autor de ‘La sombra de los sueños’

Gonzalo Giner: «Clonar animales es un logro científico que no podemos desaprovechar»

Su primer oficio, el que le garantiza una estabilidad económica, es la veterinaria y como segunda opción está la escritura. Eso sí, en sus libros suele aparecer algún animal de cuatro patas

En ‘La sombra de los sueños’ vuelve a recurrir al caballo como ya ocurrió en ‘El sanador de caballos’ y ‘El jinete del silencio’. «Me siento más un fabricante de emociones que un escritor», dice

Gonzalo Giner (1962, Madrid).

Gonzalo Giner (1962, Madrid). / Javier Ocaña

La idea de que uno escribe de lo que conoce la lleva usted a rajatabla.

Sí, a veces pasa [ríe]... Ahora mismo acabo de regresar a casa de una consulta veterinaria que tenía aquí al lado para hacer la entrevista tranquilos. Sin prisas, sin ruidos.

¿La literatura todavía no le ha apartado de la veterinaria?

El mundo de los animales es mi primera vocación y como usted bien sabe soy uno de esos escritores tardíos [el autor madrileño ganó el Premio Fernando Lara en 2020 con La bruma verde] que se lo pasa bien contando historias... Me siento más un fabricante de emociones que un escritor, me gusta atrapar el alma de los lectores.

¿No se atreve a romper con su primer oficio?

Aún tengo una dependencia vital y emocional que no me deja hacerlo... La económica también existe, pero en un momento dado me lo podría plantear porque afortunadamente hay varias líneas laborales que me garantizan cierta estabilidad financiera. Me considero un hombre de costumbres y no estoy preparado para dejar atrás cosas que hago todos los días.

¿Costumbres que lo conectan con los animales?

Sí, básicamente, unas rutinas con las que vivo desde hace décadas... Me gusta subir a la sierra madrileña e irme a Ávila y a Segovia, visitar granjas, tener la posibilidad de cambiar el chip de residir en una gran ciudad para huir a lugares donde abunda la tranquilidad... No tengo del todo claro que lo vaya a hacer cuando me toque dar un paso a un lado y llegue la jubilación... No lo sé.

¿Ni siquiera jubilado lo veo «borrando» de sus historias a un buen perro o un hermoso caballo?

Escribir de las cosas que te rodean siempre es más fácil y, sobre todo, una oportunidad para hurgar en los sentimientos de las personas... Yo tampoco me veo demasiado lejos de unos compañeros de viaje tan leales [sonríe].

¿Saladino vuelve a aparecer en uno de sus libros?

Sí, ya lo había tocado tangencialmente en alguna ocasión, pero nunca con la fortaleza de La sombra de los sueños (Planeta). Es un personaje histórico que siempre agitó mi curiosidad y que no conocía. Por eso busqué textos que me acercaran a él, pero desde el otro lado, no a partir de lo que decían los cruzados cristianos. Así fue cómo conseguí llegar hasta él y su yegua Shujae. La trama está enlazada con la Tercera Cruzada, que por cierto fue un sonoro fracaso para las tropas cristianas que comandaban los reyes Federico I Barbarroja, Felipe II de Francia y Ricardo I Corazón de León... Saladino defendió Jerusalén de todos los asaltos que planificaron los monarcas. En el momento en el que un héroe de este nivel capta tu atención estás obligado a saber más de él y de las cosas que lo convirtieron en un mito.

¿Y cómo une la época de las cruzadas con la actualidad?

Si lo que me pregunta es qué le estoy dando a los lectores la respuesta es una novela de aventuras que roza el thriller. ¿Cómo lo hago? Con la figura de un personaje del siglo XXI que, al margen de la devoción que siente por la obra de Saladino, se siente el portador del mensaje de un hombre que consiguió nada más y nada menos que unificar el Islam. De alguna manera, él tiene la esperanza y el poder para que algo tan extraordinario se repita.

¿En medio nos encontramos con una ladrona de obras de arte?

El azar y el poder ponen de acuerdo a una ladrona de arte [Sarah] y al emir de Fuyarja [Jalid bin Ayub]... El reto es transformar en realidad un hecho histórico que va a abrir un debate ético y moral en la comunidad científica. Es una trama llena de conspiraciones y secretos que remueve con fuerza todos los cimientos de la ciencia.

¿Ahí es donde se abre el debate ético?

La ciencia puede desencadenar complicaciones éticas [generar vida en un laboratorio] y, por lo tanto, existe una fina línea que los separa, un punto en el que reflexionar sobre los límites morales de las acciones humanas.

¿Qué opina el veterinario?

Estoy en el bando de la innovación de la ciencia... La clonación de animales no es algo peligroso que debamos evitar a toda costa: es un logro científico que no podemos desaprovechar... En esta novela Jalid bin Ayud es el encargado de juntar a un equipo para lograr un sueño que planifica por etapas y con un final que no conocen todos sus «aliados».

¿Suena a robo a gran escala?

Suena a una planificación muy elaborada... Hay una ladrona que roba en directo en las mejores pinacotecas del mundo, un científico chino que ha sobrepasado de largo todos los códigos éticos, una zoóloga especializada en encontrar restos de animales antiguos... Y no le cuento más porque le destrozamos el libro a muchos lectores.

Además de caballos, en sus novelas suele aparecer un debate ético para analizar asuntos asociados con la sostenibilidad y el cuidado del planeta. ¿En La bruma verde, por ejemplo, escribió sobre la deforestación y la amenaza del cambio climático?

Todo lo que tenga que ver con algo que se debata a diario en una cafetería o viajando en metro o en un autobús (guagua) crea un vínculo sólido entre el autor y los lectores. Una de las partes más interesantes de esta novela es ver cómo los personajes tratan de hacer realidad sus ambiciones, unos desde un plano más luminoso y otros en plena oscuridad. Todos buscan lo mismo, pero las maneras que utilizan para cumplir la misión asignada [no todos conocen el propósito que se plantea el emir] son diferentes. Robar está bien, pero por qué y para qué lo haces. Ésas son algunas cuestiones que aparecen en los asuntos que solemos leer en la prensa.