Entrevista | Élmer Mendoza Escritor

Élmer Mendoza: «Los autores de novela negra expresamos las debilidades de la sociedad»

«García Márquez es una literatura, todo lo que podamos conocer de él será bienvenido»

Élmer Mendoza este viernes en la capital tinerfeña.

Élmer Mendoza este viernes en la capital tinerfeña. / Carsten W. Lauritsen

Almudena Cruz

Almudena Cruz

Padre de la narcoliteratura, el mexicano Élmer Mendoza es uno de los autores de novela negra más conocidos del mundo. De visita en el Festival Tenerife Noir, será encargado de entregarle este sábado día 9 de marzo a su amigo y compañero Leonardo Padura el Premio Negra y Criminal con el que se distingue la trayectoria del cubano. Está a punto de lanzar la que será la séptima entrega de la saga que protagoniza ‘El Zurdo’ Mendieta.

Uno de sus cometidos dentro de esta edición del Festival Tenerife Noir es el de ser el presidente del jurado del premio Ciudad de Santa Cruz de Novela Criminal. Además de una responsabilidad, es una forma de palpar el estado del género negro en España.

Es complicado. Siempre lo es evaluar a los colegas porque el género negro tiene una característica dentro de las actividades artísticas que es que estamos todos muy unidos. Cuesta evaluar para calificar. Creo sinceramente que nos va a costar. En base a un principio de justicia literaria intentaremos que la novela más merecedora se lleve este premio.

También se reunirá en la Isla el Cartel del meridiano Cero, que es una suerte de encuentro entre festivales hispanoamericanos dedicados al género y en el que usted representará al de Culiacán de Sinaloa.

Eso nos gusta porque podremos sumar intenciones. Nosotros, los autores que trabajamos en la novela negra, somos los que expresamos las debilidades de las sociedades. Somos como los emisarios del dolor y de los errores de todos los seres humanos que son capaces de cometer delito. En esta época hay regiones del mundo, como en América Latina, en las que los delitos no son inventados, son reales. Trabajamos con ellos. Alguien tiene que tener conciencia, sobre todo la gente que está en el poder, de que una sociedad no puede continuar con ese perfil. Las leyes tienen que aplicarse y mientras no se haga correctamente nosotros estaremos para señalarlo.

Usted se ha especializado en lo que se ha dado en llamar la narcoliteratura.

Dicen que yo lo inventé (risas). Fíjate que nunca lo había pensado porque yo vengo de Joyce y de Fernando del Paso, pero he crecido en una zona donde se inventó eso que llaman el narcotráfico industrial, al por mayor, porque tenemos un cliente que es un gran consumidor en el norte. Lo que hice fue trabajar sobre eso, sobre los rumores y las historias de los bares. Siempre me metía en los bares más cutres y nunca tuve ningún problema. Ellos nunca dejan de conversar de sus temas. Yo estaba allí un rato y cuando salía tomaba notas, nunca lo hice delante de ellos. Sobre eso trabajé y trabajo.

¿Nunca se han molestado por usarlos como inspiración para sus libros?

No, creo que no leen. Nosotros tenemos un bajo índice de lectura. Pero creo que saben que estoy ahí y que yo y todos los colegas que trabajamos el territorio estamos ahí. Seguramente sienten que no les afectamos para nada.

Un poco empujado por autores como Pérez-Reverte, desarrolla el personaje de El Zurdo Mendieta, su inspector. ¿Creía en él desde el principio?

Yo tenía una historia a la mitad y conversé al respecto con mi editor español. Regresé a casa con la idea de escribirla. Teóricamente, cuando uno lee muchas historias y entrevistas de autores estos dicen que la propia historia te va guiando hasta el final. Así fue como escribí Balas de Plata. Cuando vine a hacer la promoción a España después de haber ganado el Premio Tusquets, cenamos con Arturo Pérez-Reverte. Me preguntó que cómo iba a continuar con El Zurdo Mendieta y la verdad es que yo no tenía previsto nada. Me dijo que había creado un personaje, también estaba Javier Velasco, que avaló su opinión. Cuando salí del restaurante me lo pensé y así nació la saga. Este año publicaremos la séptima.

La última, Ella entró por la ventana del baño, salió en 2021. Tiene un título musical, ¿verdad?

Sí, es el título de una canción de los Beatles. Uno creció con eso. Cuando vives en una ciudad escuchas ese tipo de música. Mis abuelos eran rancheros y allí se escuchaba música regional pero en la ciudad lo que se respiraba era el rock.

¿Qué nos puede adelantar de esa séptima novela?

Nada. Soy supersticioso. Tengo esa regla. Fíjate que es muy curioso, siento que me vacío en parte cuando revelo lo que estoy haciendo sin que lo haya terminado. Siempre prefiero callarme. Lo único que puedo decir que estoy en la parte final del proceso que suelo seguir y donde hay varios momentos en los que corrijo en impreso. Y en eso estoy y saldrá este año.

Viene también a participar en un homenaje a su amigo Leonardo Padura, ¿cómo es su relación con él?

Muy buena, muy humana y muy deportiva. Le gustan los mismos deportes que a mí y que practicamos cuando éramos jóvenes: el béisbol. Ahí los cubanos y los mexicanos somos muy buenos. Nacemos con eso, lo mismo que aquí en España con el fútbol. Desde niños lo jugamos en la escuela y de adultos también. A veces hablamos de eso.

Todos pensábamos que Padura y Mendoza se reunían para hablar de literatura...

También de temas literarios, de procesos, pero siempre hablamos de deportes.

¿Esta unión y relación tan cercana en el mundo del género negro es habitual en el mundo de la creación literaria?

No. Nosotros nos llevamos bien con todos pero a veces los que no son negros dicen que nosotros escribimos para hacer best sellers. No es verdad, la escritura de la novela negra tiene sus exigencias y un patrón inmóvil, que es el patrón de las tramas. Alguien que va a escribir una novela negra sabe que va a convertirse en detective desde la primera línea y que sus lectores también van a asumir ese papel, ahí está el juego. Se trata de conseguir que el lector haga suposiciones falsas y sorprenderle. Es un juego muy lindo. Lo que pasa con Ella entró por la ventana del baño es eso. No quise jugar mucho, sino ir directo. Desde que salió, unas cien personas me han confirmado que no se imaginaban el final aunque unas cuatro o cinco sí que lo vieron venir. Es un buen porcentaje.

¿Es cada vez más difícil sorprender a un lector que está cada vez más acostumbrado y tiene más referentes respecto a este tipo de tramas gracias también al cine y a la televisión?

No puedes inventarte nada, no se puede meter algo que no sea verosímil. Los novelistas que no son del género, al menos mis amigos, confiesan que ellos no escriben este tipo de libros por eso, por la dificultad de ese juego casi perverso de acercarnos a nuestros lectores y permitirles esa competencia hermosa, estética, con nuestras novelas y, en el fondo, con nosotros mismos.

¿Qué opina del lanzamiento de la novela póstuma de Gabriel García Márquez que tanta polémica ha suscitado? ¿Le parece bien que se haya publicado pese al deseo expreso del autor que no viera nunca la luz?

Que la publiquen. García Márquez es una literatura, no es un señor, y en este sentido todo lo que podamos conocer de él será bienvenido.