Un compositor y una escritora decidieron unirse durante el confinamiento locutar y ponerle música a una de sus creaciones, el libro Yo soy amor. De esa experiencia nació Spheres Project. A ellos se han unido ahora diez especialistas -narradores y actores- que tratarán de dar voz desde el Archipiélago a libros, temarios y cualquier tipo de iniciativa susceptible de ser escuchada en cualquier parte del mundo.

El confinamiento que se vivió el año pasado como consecuencia de la pandemia del covid-19 le sirvió a los canarios Elena H. Ghazale y José Agustín Acosta para forjar un proyecto que ha terminado por convertirse en la primera empresa canaria dedicada a la creación de audiolibros. La escritora y coach y el músico y compositor son los responsables de Spheres Project, entidad que está dispuesta a tomar cualquier libro o documento para adaptarlo a formato sonoro. Por el momento, ya cuentan con un plantel de narradores profesionales que adaptarán esas historias y contarán con una banda sonora hecha ex profeso. Esos narradores son Javier Ossorio, Nati Santana, Michelle Viamonte, Ana Rodríguez, Sergio San, David Navarro, Pilar López, Amílcar Afonso, Cira Rodríguez y Saulo Trujillo.

La idea de esta iniciativa partió de su propia experiencia. «Soy escritora, ya había escrito dos libros y el tercero fue una adaptación de un cuento anónimo que se llama Yo soy amor. Cuando lo terminé de escribir pensé que no se podía apreciar el tono y el acento con el que lo había escrito. Soy una persona muy intensa y no puedes contar con que el lector también lo lea con esa intensidad. Pensé entonces en narrarlo y me puse en contacto con Jóse. Así lo hicimos. Fue brutal. Decidimos que podíamos hacer esto con otros autores y aquí estamos», recordó Ghazale.

Pero la idea no se limita a pasar libros convencionales a formato de audiolibro. Va mucho más allá. «Tú me traes un papel y yo te lo paso a audio», avanzó. Tal es así que Spheres Project está en plenas negociaciones con una empresa local dedicada a la formación de opositores que quiere contar con todo el temario en este formato cómodo y compatible con otras actividades. «Hay personas que prefieren escuchar porque no tienen hábito de lectura pero sí que quieren nutrirse de esa información y aprender» añadió. Además, un formato no limita en nada el uso del otro. «Soy escritora y por tanto para mí los libros son sagrados pero eso no quita que use también los audios», confesó. No obstante, no quieren condicionar su actividad al Archipiélago. «Queremos movernos en el ámbito del habla hispana. Este es un mundo virtual y pueden escucharnos en cualquier parte del mundo. Tenemos voces latinoamericanas, voces españolas, acentos de todo tipo y podemos trabajar en cualquier parte mientras sea en castellano», concluyó.