Vanesa Aibar dará vida, este domingo en la glorieta de San Francisco de Garachico, a la pieza de danza La reina del metal. La artista sevillana abrirá la programación de la última jornada cultural de Cuadernos Escénicos con tres pases ideados para poder mantener un aforo tan reducido que respete la intimidad de la propuesta escénica. Las citas están previstas para las 17:00, las 17:30 y las 18:00 horas.

Una veintena de bailarines pasarán este fin de semana por Garachico gracias a Cuadernos Escénicos. La décima edición de este certamen de danza, que cuenta con extensiones en los municipios vecinos de Guía de Isora y Buenavista del Norte, tendrá su epicentro en la glorieta de San Francisco. Las entradas para el evento pueden adquirirse en tomaticket.es y de manera física en la Casa de Piedra. La última de las jornadas de danza, prevista para este domingo, arrancará con la actuación de la bailarina Vanesa Aibar. Se le podrá ver tres veces: a las 17:00, a las 17:30 y a las 18:00 horas. «La lentitud de los movimientos rituales en las ceremonias tiene íntimo parentesco con el ritmo de los movimientos astrales», reza la sinopsis de La reina del metal, la pieza con la que se presenta.

En 2019 empezó a hacer espectáculos en solitario. ¿Es más difícil llenar el escenario en soledad?

No lo creo. De hecho, creo que estando sola siento realmente mi universo. Estoy más convencida de mi cuerpo y tengo más claro cómo ocupar el espacio. Bailando con una compañía dependes de otros porque se ocupa el espacio de otra manera.

Habla de que el confinamiento fue un momento de cambio decisivo en su vida. ¿Qué le trajo en lo profesional?

A nivel profesional, he podido concretar más el foco. Tengo los objetivos más claros y definidos. En el confinamiento todo esto se materializó en la vídeo danza y no dudo de que esto tenga su eco en el futuro. De hecho, salieron dos proyectos. Realicé una residencia atípica porque fue online. Fue junto a un músico: yo con el lenguaje de mi cuerpo le enviaba mis ideas y el me las devolvía en música. Teníamos una rutina diaria, con una reunión a primera hora e intercambios de archivos. De esta experiencia salieron dos piezas, cada una de una manera.

Para la pieza La reina del metal se ha pedido intimidad, aforo más reducido, tres pases… ¿Qué esconde esta pieza?

Todo tiene que ver con la colocación espacial. El sonido es bastante importante en la pieza y por eso se dispone al público de manera circular. Los sonidos van viajando de un altavoz a otro y es una experiencia muy íntima. Queremos que el público se integre en la atmósfera sonora y la construimos en base a la colocación.

¿Se ha inspirado en el movimiento astral?

Durante la creación hablábamos mucho de que la velocidad que seguimos tiene que ver con la velocidad de los astros. Nos conectamos. Enric Monfort, el músico que trabajó conmigo la pieza, buscaba el sonido metálico.

Es parte de la red Acieloabierto, ¿pensabas que esta pieza se bailaría en espacios no convencionales?

No me lo imaginaba. Lo cierto es que el vídeo de este trabajo se grabó en un espacio no convencional. De aquí salió la idea de presentarse a la red. Fue algo que encajó solo.

¿Se podría clasificar a La reina del metal como flamenco?

Para mi sí. Es mi lenguaje aunque viajo y divago a otras formas que se etiquetan en contemporáneo. Pero mis herramientas parten del flamenco, a esto se le unen mis movimientos y mi percepción.

¿Conocía el festival Cuadernos Escénicos?

Lo conocía de lejos, me sonaba. No tengo una opinión formada, pero sí que recuerdo Garachico de un viaje que hice con mis padres. Tengo la sensación de retornar a ese lugar.